Aprender a imaginar

  El organismo es un espacio opaco en el que se integran una infinidad de procesos de extremada complejidad. Todo ello sucede en el ámbito de lo inconsciente. Lo que no aparece explicitado en la conciencia es objeto de la imaginación. El instinto de buscar y dar (aparentemente) con patrones que permitan comprender y anticipar lo que sucede en ese universo inaccesible de los procesos biológicos, genera una idea de organismo, una hipótesis de lo que pudiera estar sucediendo en el interior. El proceso imaginativo es inevitable. El organismo no pide permiso para imaginar ni nos aclara si lo que …

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«La información»

La alimentación, la digestión, el metabolismo, la respiración, la circulación… son funciones importantes, vitales. El ciudadano hace cábalas sobre ellas. A veces la digestión es lenta o mala, la sangre no circula, no respira lo suficiente… Eso piensa y parece. La información es otra función importante. No sólo de glucosa viven las células sino también de la información que les afecta en el día a día. Por el árbol circulatorio no sólo fluyen nutrientes y oxígeno. La sangre está cargada de mensajes que indican a los órganos cómo deben funcionar. Cada latido cardíaco está influido por esos mensajes. Hacen que …

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Pienso, luego muevo

  Somos movimiento. Toda la complejidad de los circuitos neuronales y la maquinaria de órganos y sistemas está al servicio de la acción. La percepción es el resultado de una acción exploradora. Los ojos palpan el entorno. Lo percibido, a su vez, guía el curso de la acción. En la denominada «teoría del sandwich», la cognición se encuentra emparedada entre lo que percibimos y lo que hacemos. Pensamos sobre lo percibido y luego decidimos. Como mucho de lo que parece intuitivamente correcto, resulta ser falso. Actualmente se propugna la «Teoría del código común» que ofrece un modelo altamente integrado, en …

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Anarquía

La red neuronal es una compleja red de capas de procesamiento de datos.

Los sentidos externos e internos detectan las variables de la realidad y las codifican en un flujo ascendente continuo de señales electroquímicas que conecta con centros que contienen respuestas potenciales motoras, vegetativas, emocionales, cognitivas y perceptivas.

El dolor es una respuesta perceptiva de alto nivel. Como toda percepción, resulta de la activación conjunta de diversas áreas cerebrales.

El cerebro no espera la información sensorial ascendente para generar percepciones. No es un mandado que selecciona respuestas a los estímulos. Procesa su propio mundo predictivo, anticipándose a lo que los sentidos informan.

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El cerebro sueña la realidad

Intuitivamente pensamos, en lo que se refiere al dolor, que este se genera allí donde duele. ¿Qué pinta el cerebro en todo esto? ¿Pinta algo, realmente? Estamos instruidos a pensar en huesos, músculos, articulaciones, corazones y estómagos dolientes, generadores de dolor. Cuando sentimos dolor en la zona lumbar damos por sentado que surge de «la columna». – ¿El cerebro, dice? Si nos exigieran una respuesta sobre el papel que pueda jugar el cerebro en la génesis del dolor, en el hecho real de que lo sentimos en la región lumbar, probablemente no sabríamos qué contestar. – Lo único que sé …

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