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Grupos de migraña. Nocicepción y muerte celular accidental

El organismo es una Sociedad de células cuyo objetivo biológico (evolutivo) básico es sobrevivir, individual, colectivamente y como especie.

La Sociedad celular dedica parte de sus efectivos a detectar peligro y activar respuestas defensivas adecuadas. Tanto el Sistema Inmune como el Sistema Nervioso disponen «células vigilantes de nocividad», especializadas en la detección de estados y agentes potencialmente letales.

Los células (neuronas) vigilantes de nocividad del Sistema Nervioso se denominan nociceptores, es decir, receptores de nocividad.

Todavía en muchos textos sobre dolor describen unas supuestas neuronas que son capaces de detectar el dolor generado en tejidos afligidos. Serían neuronas con receptores de dolor, algoceptores. Algia es dolor. Receptores de algias.

Aun a sabiendas de que me repito de forma obsesiva con esto, lo hago porque también se repite el error de los supuestos, imposibles e inexistentes receptores de dolor. Entre en Wikipedia. Encontrará (sic): Nociceptores (receptores de dolor).

Hay muchos estados y agentes potencialmente nocivos. Algunos acaban con la vida celular de modo rápido y otros lo hacen lentamente. El tiempo es un agente que mata lenta e inexorablemente. Los nociceptores no detectan el paso del tiempo, los años. No es cierto que duelen los años. Tampoco lo hacen los desgastes, la osteoporosis, la artrosis, la escoliosis. Lo «osis» no duele por sí mismo. Puede haber mucha «osis» y ‘poco dolor y lo contrario. No hay correlación.

El organismo se protege con el programa cerebral del dolor y el Neuroinmune coordinado de la inflamación, de los estados y agentes capaces de generar muerte aguda, accidental, violenta: por ejemplo gérmenes, falta de oxígeno, ácidos, temperaturas extremas, energía mecánica que desgarra o comprime en exceso…

Los nociceptores inmunes detectan gérmenes y células cancerosas y los nociceptores neuronales peligro, no biológico sino físicoquímico.

La muerte celular accidental, violenta, aguda, no sólo supone una pérdida que hay que reparar y reponer sino que también contiene una amenaza para las células vecinas, sanas. Un incendio en el salón de la vivienda del 5º piso, letra A destruye el salón y, además, amenaza con la extensión de la destrucción violenta, aguda, accidental a la cocina y dormitorios de esa vivienda y al resto de las viviendas del edificio.

Cualquier incendio local puede derivar en un incendio extendido, universal. Algo hay que hacer: delimitar la zona de destrucción. Evitar la expansión incontrolada de la muerte violenta.

La respuesta del organismo a la destrucción violenta de tejido es la inflamación. Un tejido inflamado es un tejido en el que se han activado las defensas frente al daño celular violento para delimitar la zona afectada e impedir la extensión.

La inflamación son los bomberos que tratan de delimitar el fuego.

Las respuestas defensivas de dolor e inflamación no esperan para activarse a que se consumen los hechos. Basta que el organismo evalúe peligro para que duela y/o se inflame la zona en la que se teme, pre-ve, olfatea, se presume daño celular violento a corto plazo.

El dolor, la inflamación, tienen su sentido, su justificación.

No busque las razones cerebrales o inmunes en usted mismo, en su YO consciente. Son razones, evaluaciones de organismo. Cosa de las células, de sus modos de procesar datos, memorias…

Dolor es igual a valoración de amenaza:

– ¡Ay! Me he cortado con el cuchillo.

Dolor por muerte celular accidental, consumada…

– ¡Jo! ¡Está muy caliente la sopa!

Dolor por daño potencial inminente si sigue sorbiendo sopa. Se puede quemar la mucosa bucal.

– Hoy me he levantado con dolor de cabeza…

Probablemente no hay amenaza pero el dolor certifica que el cerebro teme que suceda algo nocivo y prefiere tener advertido (con el dolor) al individuo y que su conducta se ajuste a la valoración de peligro…

Iñaki proyecta la imagen de Julia Popova, una rusa con un cuchillo accidentalmente clavado en la parte posterior del cuello. Su cuello estaba dañado. Había inflamación pero no dolor. Todavía estaba reciente la agresión con su analgesia de estrés activada por el cerebro para permitir la conducta defensiva (lucha-huída) de Julia.

Hay cuchillos clavados indoloros (analgesia de estrés) y cervicales no amenazadas por destrucción violenta, aguda, accidental que duelen hasta el aburrimiento.

Dolor no es igual a daño. No hay siempre correlación entre lo dañado y lo que duele.

– ¿Y el fakir?

(Continuará…)

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2 comentarios en «Grupos de migraña. Nocicepción y muerte celular accidental»

  1. El fakir descansa por que se siente seguro…tal vez no nos parezca a los demás pero ÉL lo tiene claro.
    En algún sitio leí que es posible ciertas prácticas quirúrgicas sin anestesia previa.El paciente (que espera sanar) trabaja la autorelajación guiada y ya está…sencillo,que no fácil.
    La convicción,quizás,mueve montañas…¿pero como mover a la convicción?
    Saludos

  2. Nikola: para empezar los fakires parecen, más bien, flacos. Si tuvieran más masa corporal los clavos entrarían en su cuerpo… Es fundamental la confianza como tú dices y, probablemente una adaptación progresiva de la piel al hábito.

    El cerebro nos permite adaptarnos a muchas situaciones, algunas, absurdas en sí mismas, como dormir sobre un lecho de clavos… dentro de los límites de la destrucción violenta de tejidos. Seguramente después de la siesta no hay indicios de lesión.

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