Este blog trata de dolor… “en ausencia de daño relevante”, es decir, en ausencia de una situación de los tejidos del lugar doliente que justifique, por su condición suficiente de nocividad, el propósito protector del dolor.
El dolor tiene como objetivo defender la integridad física del organismo. Cada acción del individuo genera un riesgo potencial de nocividad. El cerebro evalúa datos en tiempo real, provenientes de los sensores somáticos, junto a previsiones anticipadas de posibles consecuencias. Un mismo estímulo generará diferente señal sensorial en distintos individuos y ese mismo estímulo podrá generar, también, en el mismo individuo, distinta señal sensorial según el grado de sensibilización periférica y central de los sensores (densidad de población y estado) en cada lugar, momento y circunstancia.