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Escenarios y estados de alerta-protección

El dolor es la proyección en la conciencia de un estado de alerta-protección.

Ese estado emerge de un proceso evaluativo que atribuye a ese escenario una amenaza a la integridad física.

Cada escenario, cada acción consciente o inconsciente del individuo, implica un riesgo variable de lesión-enfermedad. A lo largo del aprendizaje la red defensiva neuroinmune atribuirá una cuota variable de amenaza (más o menos justificada) a cada conducta, a cada interacción del organismo con el entorno.

Existe un umbral de atribución de amenaza para cada acción. El mismo movimiento podrá estar evaluado como amenazante en un escenario y activar el estado de alerta-protección, es decir, dolor, o ser aceptado como inofensivo y resultar indoloro en otra circunstancia.

Aunque la realidad físicoquímica de la acción sea la misma, los sensores internos y externos podrán detectarla con un grado de sensibilidad distinta y generar flujos variables de señal que encontrarán inhibida o facilitada la conducción hacia los centros de procesamiento-respuesta, que, a su vez, pueden encontrarse más o menos sensibilizados, atentos.

No es necesario ni suficiente que se produzca en el escenario una amenaza real, una realidad físico-química peligrosa (un estímulo mecánico, térmico o químico potencialmente letal para los tejidos), para que se active el estado de alerta-protección. Si persigue el león, podremos sufrir heridas en la huída, pero no aparecerá el sentimiento doloroso, pues la protección reside precisamente en que no haya notificación en la conciencia. Aunque no haya peligro externo ni interno la evaluación predictiva, nutrida por creencias y expectativas de amenaza, bastará para que emerja el estado de alerta-protección y se exprese en la conciencia como dolor.

Los estados de alerta-protección (el dolor) pueden preceder a la acción, activarse con ella de modo inmediato o instaurarse con una latencia variable.

«Mañana es sábado». Muchos pacientes de migraña amanecerán con el dolor puesto.

«Me he quedado bloqueado al agacharme». El estado de alerta-protección se ha disparado como un resorte al ejecutar la flexión.

«No tenía que haber bebido esa copa de champán». La alerta aparece con retraso ya que los supuestos efectos de lo ingerido se toman su tiempo.

Ninguno de los tres escenarios contiene estados de energía peligrosa, estímulos mecánicos, térmicos o químicos capaces de destruir tejido. Sólo una evaluación errónea de amenaza puede explicar la activación del estado de alerta-protección. El fin de semana, la flexión o la copita de champán no son peligrosos sino que resultan temidos por el Sistema Neuroinmune, aunque no haya fundamento para ello.

El polen, los ácaros, el latex o la penicilina no son peligrosos, pero el subsistema inmune puede haberlos evaluado como tales en el curso del aprendizaje evaluativo y hacer que se active la alerta-protección cuando se detecta su presencia.

El aprendizaje evaluativo neuroinmune contiene un conjunto de creencias y expectativas consolidado a lo largo de la evolución: el Sistema Neuroinmune innato. Gracias a su conocimiento activará estados de alerta protección cuando detecte un germen patógeno o un pinchazo con una aguja.

El aprendizaje evolutivo deberá complementarse con el conocimiento adquirido en cada escenario de error-ensayo-error. No siempre acertará en la atribución de amenaza. Puede que haya errores por exceso y defecto. Atribuirá amenaza a lo inofensivo (alergia, migraña, fibromialgia, dolor crónico…) o no verá peligro en acciones lesivas (cáncer, hábitos tóxicos, deportes de riesgo).

La conducta que pretende el individuo es determinante. El Sistema Neuroinmune no debate con el individuo sus propuestas. Se expresa con sus recursos defensivos (inflamación, apoptosis) y sus proyecciones a la conciencia (dolor y otros síntomas). Anticipadamente prepara el estado de alerta si la conducta del individuo es evaluada como amenazante y activa los recursos de protección si esa conducta amenazante llega a consumarse.

«Tendría que trabajar menos. El estrés se me acumula»

«No tendría que haberme agachado con la columna que tengo»

«No tenía que haber bebido la copita»

El Sistema Neuroinmune teme conductas en cada uno de los escenarios.

A veces con razón y otras sin ella.

«Es una alergia. Su Susistema Inmune ha cometido un error evaluativo en el aprendizaje» (explicación correcta del alergólogo).

«Tiene usted la columna hecha un asco, con mucha artrosis. No tiene que agacharse» (probable y cuestionable explicación de muchos profesionales).

«Tiene usted migraña. Es genético. Su cerebro contiene de nacimiento unos centros hipersensibles que no toleran estímulos banales» (explicación, en mi opinión, errónea y sensibilizante de un neurólogo).

No menosprecie el aprendizaje.

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4 comentarios en «Escenarios y estados de alerta-protección»

  1. Muchas gracias Arturo por tus sencillas pero profundas explicaciones sobre la realidad que rodea la experiencia que vive este maravilloso organismo cuerpo-mente que somos.
    Gracias por enseñarnos a comprender un poco más y mejor.
    Mis mejores deseos
    Fer

  2. Abierta a todo por principios y necesidades y deseosa de cambios siempre y si son a mejor mas, pero entiende k dude cuando el dolor existe, no lo invento. Aun asi mi mente kiere diafrutar incluso cuando la migraña me intenta absorber o los musculos me gritan…….
    Aun asi intento disfrutar de esos momentos y vivirlos como si fuese mi última vez….
    Pero perdona mi cuerpo es listo y si algo le duele me lo dice y yo le escucho.
    Kiero creerte pero dime como k no me cueste mas
    Es la voz de la experiencia y muchas vivencias.
    Aun asi abierta y por supuesto gracias d antemano

  3. IRENE: nadie niega la realidad del dolor. El cuerpo no duele ni es listo o tonto. El dolor es la expresión en la conciencia de un estado de alerta-protección generado en el cerebro, a veces justificado y otras, como en la migraña, sin justificación. Creo que necesitas comprender mejor los conceptos básicos. Puedes encontrar abundante información en el blog y mis libros.

    Saludos

  4. Estimado colega, en primer lugar quiero felicitarte por tu último libro, te aseguro que constituye un soplo de aire fresco para mi, que sufro dolores de cabeza etiquetados como migraña desde hace muchos años y he recorrido el particular via crucis que hacemos muchos de los afectados por este problema. Mi estado de alerta permanente y mis circuitos neuronales ( lo he aprendido de ti y vive Dios que tienes razón) son muy fuertes y están curtidos por años de experiencia y de fatal aprendizaje. Mi duda, si puede llamarse así, es como podemos suprimir ese estado de alerta que tenemos tan entrenado y que no siempre, pero en la mayoría de las ocasiones activa el gatillo de la conciencia del dolor y que tanto los propios neurólogos nos recalcan.
    Enhorabuena por esta perspectiva tan no oficial pero tan adictiva del problema de la migraña.

Los comentarios están cerrados.