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Modelo Biomédico versus Biopsicosocial

En 1977, George Engel, un internista interesado en el Psicoanálisis, propuso en Science su modelo Biopsicosocial como alternativa al modelo Biomédico, un modelo reduccionista en el que él sólo veía moléculas, tejidos enfermos y dejaba sin contenido a la persona. Para Engel, la enfermedad sucedía en un contexto biográfico de un individuo inserto en un grupo social y no bastaba con identificar y corregir las desviaciones somáticas, sino que estas debían considerarse siempre dentro del marco de la persona enferma.

El modelo Biomédico era manifiestamente insuficiente y el Biopsicosocial ofrecía la visión sistémica, global, holística del enfermo.

La propuesta fue bien acogida por colectivos diversos y dio lugar a todo tipo de corrientes alternativas cuyo común denominador era el de marcar distancias del despreciativo y reduccionista modelo biomédico. Una estrategia habitual en toda diatriba que se precie es la de reducir la dimensión del contrario y sobredimensionar la propia.

Probablemente el Modelo Biopsicosocial critica, con razón, el reduccionismo Biomédico, pero lo hace reduciendo el ámbito de lo biológico a una química también reducida.

Es complicado marcar límites a la Biología, especialmente cuando vamos sabiendo cada vez más sobre esa Biología.

El modelo Biomédico reduccionista del dolor sólo vería moléculas dolientes y moléculas calmantes, mientras que el Biopsicosocial iría más allá, complementando el paisaje de las moléculas buenas y malas con la consideración de marcos emocionales, cognitivos (interpretativos) y conductuales, todo ello en el entorno social en el que el individuo relata el sufrimiento.

Las propuestas del complemento Psicosocial mantienen la versión ultrareducida del Bio de unas pocas moléculas malas y buenas y dejan que lo Psicosocial ocupe, sin resistencia, el espacio vacío de las carencias manifiestas de lo estrictamente molecular.

La biología

En mi opinión, la estrategia de reducir la Biología del dolor a la Química de las moléculas responsables y el tratamiento a la Farmacología de las moléculas del alivio es un error. Si equiparamos Biomedicina a diagnóstico por síntomas encuadrados en criterios diagnósticos convenidos y tratamiento a combinaciones variables de fármacos calmantes, lo Bio ha quedado reducido, desvirtuado, y la complementación con el vasto mundo de lo psicológico y lo social no va a suplir las carencias del universo biológico pleno, actualizado.

El cerebro tiene su Biología, su peripecia evolutiva, su proceso de enculturación, su aprendizaje. Todo ello es Biología. Lo que es Bio para el Sistema Inmune, el proceso de aprendizaje del componente adquirido, también debería serlo para el Sistema Nervioso. Tan Bio son las neuronas como los linfocitos.

Si reducimos la Neurobiología a desviaciones cuantitativas de unas pocas biomoléculas (serotonina, canales iónicos, dopamina…), el universo del dolor se queda reducido a un querer y no poder, pendiente de nuevos fármacos. Todo ese gran vacío de impotencia será rellenado, sin resistencia, sin crítica, por doctrinas y propuestas psicosociales en las que, muchas veces, no existe la más mínima consideración a lo biológico. Eso se ha dejado a los Bioespecialistas, los de los fármacos.

La Biología no es reducida. No tiene más límite que el de nuestra ignorancia.

Aplicando el principio de parsimonia que exige expandir el mundo de las explicaciones por caminos de sencillez, creo que la contraposición Biomédico versus Biopsicosocial lo único que consigue es reducir en extremo lo Bio, potenciar el dualismo (físico-psicosocial) y permitir cualquier exceso psicosocial por falta de un anclaje biológico suficiente.

Me conformo con el modelo Biológico, siempre que se dé a la Biología todo lo que, gracias a lo que vamos conociendo, le corresponde.

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15 comentarios en «Modelo Biomédico versus Biopsicosocial»

  1. Muy interesante la reflexión; desde luego no es cuestión de llevar el péndulo al otro extremo.
    Pero me temo que en este caso no podemos aplicar aquello de «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Pues ‘bio’, ‘psico’ y ‘social’ son campos que se solapan e interpenetran; no hay una delimitación clara entre ellos. Entiendo que, en líneas generales, habría que actuar desde los tres enfoques. Salvo, naturalmente, que al decir ‘bio’ estuviéramos englobando moléculas, orgánulos, células, órganos, organismos, grupos y sociedades; así como las relaciones que todos ellos establecen en cada nivel de organización.

    saludos,

  2. Pere: suscribo en su totalidad la reflexión. Creo que todos los planos de análisis están o deben estar solapados y buscar zonas comunes. Mi propuesta es que el concepto Bio debe ser extenso y englobar todos esos marcos: desde la materia a las sociedades y no limitarse a unas pocas moléculas. La competencia de conocimiento no debe circunscribirse a la etiqueta profesional (los bios, los psicos, los socios y los médicos) y dedicarse a aplicar lupas cada vez más potentes a un segmento de estudio cada vez más pequeño. Creo que faltan las lecturas integradoras y esa integración puede facilitarla un marco Bio ( en sentido extenso).

    Saludos

  3. Dentro de este marco de integración Biopsicosocial del que hablamos, en tu libro Arturo, comentas que no podemos hablar con el sistema inmunológico, a diferencia del sistema nervioso con el que sí lo podemos hacer. Hoy en día, parece que cada vez más la ciencia está demostrando la implicación de las emociones en la aparición de ciertas enfermedades inmunológicas (háblese de cáncer por ejemplo) así como su influencia y esperanza de vida durante el transcurso de la misma.
    Si las emociones y los pensamientos guardan cierto grado de interacción, se me ocurre sospechar desde mi más completa ignorancia, que aunque sea de forma indirecta, el pensamiento también puede «hablar» con el sistema inmunológico.
    -¿Podemos hablar con nuestras defensas, sentirlas, visualizarlas positivamente? …

    -Link interesante sobre el tema: http://www.fundacionsalud.org.ar/biopsicosocial.php

    Un saludo

  4. Joaquínwct: mi campo de reflexión es el de organismo sano-cerebro equivocado. Es cierto que el Sistema inmune y Nervioso están estrechamente relacionados. Comparten los mensajeros químicos y sus correspondientes receptores pero desconocemos las gramáticas de ambos sistemas. A través del lenguaje y la imaginación podemos modular las decisiones cerebrales dado que el sistema de creencias es plástico, permeable a la experiencia propia, observación-imitación de la ajena y a la instrucción experta. El YO forma parte de ese universo como resonador o sujeto crítico. Sobre el Sistema Inmune desconocemos tanto o más. Desconocemos la «mente inmune», el modo como se llega a elaborar decisiones, la gramática, la inferencia. El mundo del sistema inmune es un mundo de moléculas-señal, un mundo tan innacesible al YO como puede serlo el de la digestión de los alimentos o la filtración de la sangre en los glomérulos renales.

    No creo que las neuronas tengan mucho que decir sobre evaluación de moléculas-señal en el cáncer o las infecciones. Son incompetentes. Eso no impide que las evaluaciones cerebrales influyan sobre la activación de respuestas inmunes. De hecho está bien estudiada la influencia de lo emocional y lo cognitivo (expectativas) sobre esas respuestas. Podemos actuar sobre esa influencia cerebral indirecta racionalizandola pero no creo que podamos hacerlo directamente, induciendo con visualizaciones y meditaciones cambios en las decisiones inmunes en cuestiones de inmunocompetencia.

    Sobre el link que facilitas hay afirmaciones que comparto pero no sé qué quiere decir cuando se refieren a energía, espiritualidad y lo de los sincronizadores me parece negocio.

    Soy extraordinariamente receloso de estas propuestas psiconeuroinmuno… Hay un mundo para investigar pero el rigor y la cautela debe ser máximo. No estoy seguro de que esté siendo así.

    Saludos

  5. Gracias Arturo por tus comentarios, los cuales dentro de toda esta complejidad, suscribo.
    Sí, también creo que hay que ser muy cautos a la hora de valorar conceptos como «espiritualidad o energía», son sumamente subjetivos. La ciencia necesita patrones de objetividad para extraer conclusiones y precisamente en estos conceptos no los hay.
    Estoy de acuerdo en que se vende bastante humo con la psiconeuroinmunología más allá de la activación de la respuesta inmune, cuando quizás lo que ocurra es que se confunden los efectos de la meditación como herramienta para tomar consciencia y hacer más llevadero el sufrimiento (en este caso la enfermedad), con el efecto curativo (decisiones sobre inmunocompetencia).

    Ahora bien, tal vez si tengan más importancia de la que se les da sobre la activación inmune, dónde sí parece que influyen las evaluaciones. Podrían ser fundamentales para no enfermar de cáncer por ejemplo. Se dice que no enfermamos de cáncer no porque no tengamos carcinógenos sino porque poseemos la capacidad natural para vencerlos (activación inmune-respuesta). La medicina occidental es muy reduccionista al respecto y no vee más allá de células enfermas y descarriadas perdiendo de vista una visión más holística del hombre que incluye también a los factores mentales y emocionales.
    La Neurociencias deben de seguir investigando pues existe una enorme complejidad al respecto.

    Un saludo

  6. A mí algo que me molesta de los que plantean el modelo biopsicosocial es que parece que no se dan cuenta de que a los médicos nos lo cuentan en la facultad. Al menos era así en 1995. Eso hace que no salgamos pensando solo en lo biológico y en la estructura gobierna la función o chorradas así. Soy médico y soy humana. Comprendo el sufrimiento de los demás.
    Sin embargo recientemente me encuentro en un congreso de fisioterapia una charla sobre:
    «Modelo biopsicosocial fisioterápico frente al frío modelo biomédico estructuralista».
    Toma ya. Una profesión entera se atribuye el mérito de valorar a la persona como un todo reduciendo a todos los médicos a algo que no somos por considerarnos simples biólogos del ser humano. Pues no, NO y NO. Lo mismo sucede con terapeutas alternativos que no dejan de hablar de los biopsicosociales y holísticos que son frente a los alopáticos y friamente biologicistas y estructuralistas médicos. Pues NO, NO y NO. He estudiado a fondo lo biológico desde las moléculas a las células y los tejidos. He estudiado también la psicología del ser humano. Soy cientifica, pero también humanista. Por cierto, odio la palabra holística por lo que significa. Demasiados lo confunden con masajes rodeados de olores, velitas, estatuas de buda, cuarzos pulidos y otras chorradas.

    Joaquinwct, no vayas tan lejos de relacionar estados de ánimo con el cáncer. No es así. Un trauma o una depresión no van a provocar un cáncer. Lamentablemente es más probable que se trate de algo biológico y frío, una mutación espontánea de unas pocas moléculas de ADN que del influjo de la mente através del sistema endocrino o inmune en la bioquímica de la célula y su ADN. No vayas tan lejos en la somatización o acabarás construyendo un captador de orgones de papel de aluminio como Wilhelm Reich.

  7. Excelente el post, yo lo tengo claro, mi sentido común y mi experiencia profesional apoya un modelo Bio-psico-social (sin guiones), obligados a estar unidos y a entenderse.
    En mi caso, la Salud Mental, actualmente (y el que no lo entienda, no lo conozca o no quiera que se dedique a otra cosa) está basada en el Modelo Bio-psico-social…debemos «tirar muchos muros» que aún piensan en un modelo de pura Ciencia y Biomédico.
    Facilito mi post sobre estos temas:
    http://tiralosmuros.blogspot.com/2011/11/el-trastorno-bipolar-afin-la-proteina.html?showComment=1320961297288#c4887898264929769916

    Un abrazo de Tira los Muros

    Hilari

  8. Noe: comprendo tu enfado. Cuando se mienta el modelo biopsicosocial parece en ocasiones que alguien lo ha descubierto y tiene la exclusiva de su consideración. Desconfío de los grandes términos. Defiendo el principio de parsimonia: todo aquello que puede ser explicado desde una posición sencilla debe impedir la consideración de otras lecturas más complejas. La Biología permite considerar holgadamente al ser humano pero hay que conceder a lo biológico toda su extensión. Si renunciamos a conocer la biología tenremos que rellenar su espacio con otras etiquetas.

    Saludos

  9. Noe; los olores que desprecias, son moléculas aromáticas que afectan de manera casi inmediata al sistema nervioso, cambiando el estado emocional de la persona, incluso evocando viejas memorias cuyo recuerdo actualizado ayuda al cliente a recontextualizarse en el presente. Las velitas que desprecias, producen una luz de menor intensidad y con diferentes longitudes de onda que la eléctrica, lo que reduce la producción de cortisol y aumenta la de serotonina durante la recepción del masaje. Es decir, biología, con una amplia base científica que sustenta ambas afirmaciones.

    Antes de calificar como «chorrada» aquello que desconoces, piensa un poco.

    Lo que sí sería una discusión interesante, perfectamente aplicable al hilo de este artículo, es si las estuatuas del buda tienen algún efecto sobre el tratamiento, a través del modelo biopsicosocial, ya que su contemplación por parte del paciente sitúa a éste en un contexto social diferente; Autores como Dressler (1982) proponen el estrés de estilo de vida como una de las causas de la hipertensión (por poner un ejemplo), y el cambio sociocultural que supone entrar en un espacio regido por la filosofía budista podría afectar al comportamiento cardíaco del cliente, mediante mecanismos de acción casi inmediata como la coherencia cardíaca (medida con la tasa instantánea de la VPC, no con la acumulativa de 24 horas).

    Lo de los cuarzos… simplemente es que quedan bonitos. Ya sabíamos que son piedras, solo eso. Pero también hay amplia literatura científica que avala la consecución de un espacio armonioso en las consultas, para que el cliente se relaje. De nuevo serotonina. De nuevo Biología.

    Sr. Goicoechea, solo una pequeña crítica; parece desprenderse de su argumentación que, todo lo relativo al ser humano, es Biologia, aunque aun se desconozca. Algunos físicos reduccionistas también afirman que todas las ciencias deberían acabar siendo ramas de la física. Incluida la biología, la psicología, la medicina… etc. Si nos ponemos ahí, entonces sería más adaptativo decir que todo es física, y que habrá físicos-médicos, físicos-psicólogos, físicos-fisioterapeutas, físicos-filósofos, físicos biólogos…etc. Para eso, directamente, quitamos el prefijo a todas estas nuevas ramas de la física y volvemos a llamarnos biólogos, filósofos, médicos… etc.

  10. Míiguel de la Vega: puede que cada uno tengamos una idea distinta sobre lo que es o no es Biología. En sentido extenso Biología es lo referido a la vida, a los seres vivos, es decir, Física y/o Química… pero con Historia evolutiva e individual y con todo tipo de propiedades emergentes que son algo más (de momento misterioso) que la suma de las partes. Mi intención al escribir la entrada era criticar el reduccionismo biológico practicado por algunos al proclamar las bondades del modelobiopsicosocial. Para mí la cultura es Biología en el sentido de que puede y debe ser estudiada teniendo en cuenta su historia evolutiva desde organismos más simples y ancestrales. Uno puede centrarse en el estudio de la Cultura, sus contenidos, sin meterse en consideraciones biológicas, y definirse como antropólogo,a secas, no bioantropólogo, pero eso no quiere decir que no exista un universo biológico pegado a lo antropológico.

    Además este blog ronronea alrededor del tema del dolor sin daño y mi preocupación es la de combatir el dualismo excesivo que pueden contener muchas propuestas biomédicas o biopsicosociales. Desplegar la Biología con un sentido extenso ayuda a contener algo la tendencia a ese dualismo excesivo.

  11. Ovidio: indudablemente existe una estrecha integración psiconeuroinmunoendocrinológica que irá conociéndose cada vez mejor. Es un universo apasionante pero que facilita todo tipo de teorizaciones arbitrarias pseudocientíficas. No es el caso de los investigadores de Rochester.

  12. Gracias por su respuesta, D. Arturo.

    Estoy de acuerdo en que hay que huir del dualismo, solo que usted fija los polos entre las propuestas biomédicas y las propuestas biopsicosociales. Creo que esto es incorrecto, el dualismo estaría entre las propuestas biomédicas y las propuestas psicosociales; precisamente el nuevo paradigma biopsicosocial lo que intenta es huir de este dualismo; parafraseándole (con su permiso), huir de los antropólogos metidos a tratar dolores, huir de los médicos que no tienen en cuenta la psique y/o el entorno. Recordar que hay una biología «pegada» a la manera en cómo una persona decide vivir su vida, y la manera en cómo esta persona se relaciona con su entorno.

    Felicidades por su blog, y por el debate que suscita.

  13. Miguel de la Vega: lo que me ocupa y preocupa no son las etiquetas sino los contenidos que se crían al calor de las mismas. critico el modelo biomédico si sus contenidos son estrictamente moleculares (e incluso de una molecularidad reducida). Creo que si se echa mano de la marca «bio» debe exigirse la mayor completitud al término. Si se cumple con la extensión «bio» queda aún universo psicosocial para indagar pero, a su vez, ese universo deberá estar anclado o contemplado desde una perspectiva biológica, evolutiva.

    A la inversa si defendemos el modelo biopsicosocial podríamos reducir lo biológico a lo que los biomédicos han reducido y rellenar ese gran espacio huérfano con una hipertrofia y jerarquía psicosocial.

    No me preocupan tanto los modelos como su desarrollo.

    Saludos

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