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El placebo no cura

 

Hay síntomas que se atenúan tras la la acción de un placebo, entendiéndose este como un factor o conjunto de factores que generan una expectativa de mejoría.

Los síntomas son contenidos de la conciencia que expresan un estado evaluativo del organismo. El dolor, por ejemplo, emerge en la conciencia como consecuencia de una evaluación de amenaza de daño físico; el picor como consecuencia de una evaluación de amenaza cutánea (parásitos, tóxicos…).

No existe garantía de que los estados evaluativos sean correctos. El organismo propone una conducta de protección al individuo a través de los síntomas, a veces con razón y otras muchas, sin ella.

Si la acción placébica resulta eficaz, es decir, convincente, modificará el estado evaluativo, y, como consecuencia de ello, se aliviarán los síntomas, sin ninguna variación del estado real de amenaza.

El dolor de un infarto de miocardio puede ceder ante un placebo, pero el infarto seguirá como estaba.

Un placebo «eficaz» modifica la evaluación, de modo engañoso, haciendo creer al organismo que la amenaza desaparece por su efecto.

Si los síntomas aparecen como consecuencia de una evaluación errónea de amenaza, lo ideal sería corregir el error evaluativo y no neutralizar ese error con otro de signo contrario.

Una crisis de migraña contiene implícitamente un error evaluativo de amenaza. No hay nada que justifique la activación de la alerta, responsable de la proyección a la conciencia del dolor, las náuseas y la intolerancia sensorial.

– Si no me tomo el ibuprofeno, el dolor va a más.

No es que el ibuprofeno desactive por su virtud química el enredo molecular de la crisis. No tiene poderes mágicos. Lo que puede desactivar es la evaluación, la creencia-expectativa de amenaza que el dolor confirma (sesgo de confirmación) retroalimentando el error.

Si el ibuprofeno o un placebo puro acaba con la crisis es porque se ajusta a la expectativa previa del efecto protector.

Los placebos «curan» los errores evaluativos, momentáneamente, pero cronifican el error que alimenta la recurrencia de las crisis.

En los cursos explicamos el concepto de error evaluativo. Los alumnos afrontan la migraña desde esa perspectiva del error e intentan modificarlo, interiorizando lo aprendido, y actuando de modo coherente desde la convicción de que nada amenazante sucede. La única amenaza es la de la mortificación e invalidez innecesarias de la crisis.

Lo realmente importante es el nocebo que genera el error evaluativo. Un error aprendido al calor de muchos factores, de los que la instrucción experta es el fundamental.

Frente al nocebo, su antídoto, el «antinocebo».

El placebo no deja de ser la confirmación de un nocebo previo.


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2 comentarios en «El placebo no cura»

  1. Comprender lo que quieres decir con la expresión «sesgo de confirmación» ,que ya has utilizado en otras ocasiones, me ha ayudado a entender que no siempre que uno siente dolor u otra sensación desagradable hay una causa real del orden que sea que conlleva imperiosamente esa desagradable consecuencia , sino que esa consecuencia se fundamenta en un error evaluativo ,que puede ser , no necesariamente en el orden físico, según el caso, sino que también puede tratarse de la evaluación equivocada de una circunstancia social que puede llevarnos a sentir cualquier sensación desagradable. No es fácil deshacer esa madeja porque la educación recibida nos hace creer que si hay sensación desagradable es que la produce esa circunstancia a la que va unida …lo difícil es llegar a la convicción de que lo que la produce es el error evaluativo de la circunstancia y que no hay una relación causa efecto automática entre la circunstancia y la sensación sino que es producto de esa evaluación equivocada de la circunstancia. Lo explico a mi manera pero me sirve . Gracias Arturo por lo mucho que me ha ayudado en mi vida toda esta pedagogía que desgranas día a día con tanta sabiduría. No hay una sola entrada que no aporte algo nuevo. Un abrazo.

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