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Dolor neuronal

 

Dolor muscular, dolor de estómago, dolor de muelas…

No son los músculos, estómagos ni muelas los que duelen.

Son las neuronas que se pre-ocupan y ocupan de su seguridad física las que generan el dolor. En todos los casos.

La pre-ocupación neuronal puede proyectar el sentimiento doloroso a la conciencia sin que nada suceda. De hecho es la causa más frecuente.

– Siento dolor por la zona lumbar. Mis neuronas están pre-ocupadas.

Las neuronas también se ocupan de la seguridad física cuando algo destructivo se ha consumado o está a punto de hacerlo si no se hace algo.

– Me he quemado. Me duele. Mis neuronas se ocupan de proteger la zona mientras se repara el destrozo.

No siempre las cosas están tan claras entre la pre-ocupación y la ocupación neuronal.

– Me duele la cadera. Tengo artrosis. Mis neuronas no quieren que ande. Les pre-ocupa, pero quizás tengan razón. Al andar daño la articulación y mis neuronas se ocupan de protegerla.

Las dos hipótesis son plausibles, puede que sí, puede que no.

Hay quienes sólo se plantean la opción de la ocupación.

– Me duele al andar.

– Tiene usted artrosis. Habría que poner una prótesis.

Otros sólo ven pre-ocupación neuronal:

– La artrosis no explica ni justifica el dolor. Camine, sin miedo. Los tejidos necesitan actividad. A ver si conseguimos quitar la pre-ocupación neuronal.

Mayor es aún la incertidumbre y perplejidad cuando ni siquiera disponemos de artrosis o sus equivalentes.

– Me duele todo.

– No tiene usted nada. No tendría que sentir dolor. Puede que sea todo psicológico.

Para muchos existen dos mundos en el dolor: «lo físico» y «lo psicológico». A veces separados y otras íntimamente juntos y revueltos.

– Las emociones son importantes en el dolor.

Las emociones pueden explicarlo todo. Generan y/o amplifican el dolor. Hay que trabajar con ellas para mostrarlas el buen camino e impedir así que utilicen la falsa vía del dolor para expresarse. Las emociones, ya se sabe, somatizan. Lo psicológico se hace carne y habita la conciencia como si algo físico hubiera, sin haberlo.

Las etiquetas psicológicas no convencen a quienes padecen la carga del dolor. Necesitan una explicación física para ese sentimiento tan contundentemente físico.

No pasa nada. Se cambia la etiqueta psicológica por otra que suene más física.

– Tiene usted fibromialgia.

– Ya decía yo, que algo tenía que haber.

Con la etiqueta podemos explicarlo todo, aun cuando todo siga sin explicar.

– Es una enfermedad misteriosa.

En la etiqueta cabe todo: genes, emociones, dietas, infecciones ocultas, estrés, desánimo, toxicidad ambiental.

Afortunadamente parece que las neuronas van saliendo del limbo de lo invisible y empieza a hablarse de ellas.

– También hay alteraciones neuronales. El cerebro procesa mal la información de dolor, lo amplifica. Sensibilización central.

Algo es algo. Lo importante es que hablen de uno, aunque sea mal.

¿Qué les pasa a las neuronas? ¿Por qué lo hacen todo tan mal?

Se vuelve al barullo de la coctelera: genes, emociones, dietas… Hacen que las neuronas hagan mal su trabajo.

El impacto negativo que genera el cóctel sistémico en las neuronas hace que éstas se dediquen a mortificar e invalidar al individuo, sin propósito aparente.

Así está el panorama.

Las neuronas participan ya en los parties sociales del dolor pero sólo con el lábel de neuronas enfermas.

Los circuitos neuronales han perdido todos los Nortes a golpe de diversas cargas (físicas, emocionales, dietéticas, ambientales…) y no hay quien pueda recuperarles el sentido común, la virtud más preciada que uno pueda desearse para su red neuronal.

El dolor es algo neuronal.

Hay neuronas sanas y neuronas enfermas.

El dolor crónico es una enfermedad neuronal.

Es el continente y no el contenido lo que falla.

¿Seguro?

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2 comentarios en «Dolor neuronal»

  1. He ido a mi doctora de cabecera y me dice que padezco Colon Irritable, y me remitio a usted, que leyera algun libro suyo, que las pruebas que me podian hacer eran muy largas y ademas no me llevarian a ninguna solución, pero yo sigo con mi dolor de tripa y episodios de diarreas y luego extreñimiento, y eso no me hace la vida facil para nada ni siquiera poder quedar con mis amigos, porque en cualquier momento me dan retorcijones de tripa y me tengo que venir a casa, estoy desesperada, no se que hacer, Me llamo Pilar y mi edad es 63 años, miro su bloc pero no veo nada sobre mi problema colon irritable, atentamente. un saludo.

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  2. Anónimo: no trato el tema del colon irritable porque no he tenido experiencia en ese padecimiento. Creo que la estructura es la misma que en la migraña. Las neuronas del tubo digestivo vigilan el contenido de lo que hemos comido y gestionan la motilidad de las tripas, provocando la eliminación precipitada de ese contenido cuando detectan amenaza. Existen amenazas reales (tóxicos, gérmenes) pero también el cerebro puede imaginar una amenaza, aun cuando no exista y activar la misma respuesta intestinal.
    Las restricciones y consecuencias sociales de la evacuación incontrolable facilitan el error. El miedo a una evacuación inesperada e incontrolable facilita, vía cerebro, la respuesta de evacuación.
    Teóricamente, la solución consistiría en modificar esa estructura de miedo al descontrol intestinal, pero no le puedo dar pautas para que la teoría resulte práctica.

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