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>Un buen libro: Breve historia del cerebro

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 El psicólogo Julio González ha publicado en Editorial Crítica un excelente libro en el que narra en estilo claro, ameno, lleno de enjundia y con profundo conocimiento de lo que dice, la historia trabajosa de los grandes descubrimientos sobre la actividad de nuestras neuronas.


Recomiendo vivamente su lectura a cuantos les fascina el cerebro y quieran conocer a los investigadores que han hecho posible acercarnos a sus entrañas.

No puedo evitar aplicar el test lingüístico del dolor a todo cuanto leo y el libro utiliza el término incorrecto, de «receptores de dolor» y «señales de dolor». No deja de ser un síntoma de la dificultad que tiene la Biología de la percepción dolorosa en abrirse paso y superar el concepto cartesiano, presente incluso en un texto, por lo demás, tan correcto como este.

A lo dicho: un buen libro. Dejo la referencia de una entrevista con el autor:


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6 comentarios en «>Un buen libro: Breve historia del cerebro»

  1. >Perchel: gracias por la referencia. El doctor entrevistado no hace mas que repetir el mantra de su credo: la migraña es una enfermedad cerebral genética… es una forma de ser… uno está condenado a ser lo que es… el médico puede enseñar a prevenir y aliviar…Así están las cosas. No sorprende que el 20% de la población "sea" migrañosa. Lo malo es que no tiene ninguna pinta de que vaya a cambiar nada.Saludos

  2. >Muchas gracias por su respuesta.A mi me queda la misma impresión, salvo honrosas excepciones, no hay visos de que vaya a cambiar nada, porque pienso que "desaprender" lo aprendido es muy difícil, se necesita tener humildad como la suya para cambiar de credo.Saludos

  3. >Hola dr.Pasan cosas, ma non troppo. Esto va lento. De pronto, después de leer y releer decenas de entradas y de comentarios (…por cierto, debe haber en el blog como un libro de 1000 págs. entre las entradas y los comentarios: como hay mucha repetición uno puede tener la engañosa impresión que ya lo ha leído todo, pero ha habido sustanciales debates y intervenciones… Esta mañana he descubierto una propuesta de Oceáno-mar sobre el sistema de recompensa adecuado a cada paciente (en la entrada "Democracia" 16 jun.10)… en la misma línea que la idea del cuento adecuado de Agustín Morales ("Fobias internas" 17 mayo 2010)) … se me ha ocurrido una cosa que la debes haber dicho muchas veces pero aun no había caído en ella: si realmente no hay daño, si no hay arterias dilatadas ni inflamación neurológica, y si el dolor está como proyectado a la zona y no originado ahí (¿quién no ha leído esto aquí cientos de veces?) … se sigue que el triptán sólo puede ser placebo. Se sigue necesariamente que de su efecto pongamos vasocontrictor (o el que sea) no se puede seguir ningún arreglo en la zona dolorida por la sencilla razón que no hay nada que arreglar: hará su correspondiente vasoconstricción que ni quita ni pone al asunto. Entonces: tu no puedes opinar que el triptán es un placebo sino que debes sostenerlo necesariamente si no hay daño. Lo uno va ligado a lo otro. No había caído en eso. El problema es que mi experiencia le da la razón repetidamente al triptán: le da la razón al presunto daño y al presunto arreglo. Ah, ¿y la experiencia universal del migrañoso de apretarse la zona dolorida… y obtener cierto alivio…? otro placebo, claro…El libro lo compraré. Leí entero el de Kandel que me sugeriste. Kandel se pasó a la biología pero nunca dejó de reconocer el valor del psicoanálisis.Saludos

  4. >Carlos: has juntado en tu comentario a dos de los grandes comentaristas de la historia del blog: Oceano mar y Agustin Morales. Plantean una cuestión debatible, opinable… desde la óptica de la eficacia respecto a recuperar el bienestar. El sistema de recompensa lo restituirá cuando se cumpla lo exigido por lo codificado como exigible. El padeciente tiene todo el derecho del mundo a encontrarse bien y se entiende que opte por hacer aquello que le alivie.Sin embargo, como profesionales tenemos el deber de dar con las claves del origen del dolor, en ausencia de daño y debemos explicar el origen neuronal, evaluativo, del dolor siempre y no esperar primero a ver si será aceptado. Soy consciente de que pierdo muchos pacientes pero otras veces me llevo sorpresas gratas (e ingratas).Comparto la reflexión de Agustín de la narrativa propia pero eso no quita para que tratemos de introducir cambios desde la racionalidad, el conocimiento.Los triptanes siempre hacen algo. Probablemente reducen el ruido nociceptivo, la generación de falsa señal nociceptiva propiciada por la alerta pero este factor es muy débil frente a todo el conjunto de procesos centrales de proyección de los sistemas de memoria.Soy consciente de que las propuestas del blog no contienen la solución a los males en todos los casos pero no tengo duda de que en muhos de ellos se consigue,evitar dolor, sufrimiento, fármacos y horas de baja… simplemente inyectando conocimiento que disuelve el contrario.Saludos

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