El YO del organismo

  El dolor es una percepción aversiva y protectora que contiene implícitamente una evaluación aprendida de daño necrótico consumado, inminente o imaginado y que incita al individuo… Las neuronas aparecen evolutivamente con la prestación de mover el organismo por el entorno, experimentar, tomar nota y construir hipótesis, predicciones, de lo que cada escenario aporta y puede aportar. Hay escenarios a evitar y otros apetecibles. Cada interacción con el entorno genera un cúmulo de predicciones, posibilidades. Riesgos, recompensas, costos, aprecio social. El proceso evaluativo integra todas estas consideraciones y proyecta sus conclusiones en la conciencia, en forma de pensamientos, percepcciones, emociones …

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Permiso para moverse

  El organismo quiere que el individuo se mueva, de aquí para allá, para buscar comida, encontrar pareja y huir del león o de congéneres malintencionados. A través del Sistema motivacional de recompensa-castigo, mueve los hilos de las ganas para que hagamos ejercicio o nos quedemos postrados. Hay que moverse, hacer ejercicio… No siempre. Si estamos enfermos. no estamos en la mejor condición para tener éxito en nuestras correrías. El organismo, con buen criterio, nos quita las ganas de salir y movernos y nos pone las de quedarnos en casa y que nos cuiden. Hay conductas desde la salud y …

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Porque me da la gana

 

Hacemos muchas cosas sin motivo aparente.

– ¿Por qué lo haces?

– Porque me da la gana.

No disponemos, en ocasiones, de otra explicación para justificar una conducta a todas luces indefendible, improductiva o, incluso, perjudicial.

Nos ha dado la gana, un estado subjetivo que nos impulsa a hacer algo, incluso contraviniendo un mínimo de sentido común.

Ganas de comer, de beber, de no hacer nada, de encender un cigarro, de comprar el cupón de los ciegos.

El organismo nos genera la gana (o la desgana) por motivos que, a veces, se nos escapan.

Siendo niños sentíamos el imperativo conductual de fumar. Alguien propuso un día consumar el mandato. Fuimos a un maizal, cogimos unos bigotes y los liamos en papel de naranja para hacernos con un sucedáneo de cigarrillo.

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Abusos

– No espere. Tome el calmante tan pronto como note dolor.

Un dispositivo de monitorización conectado al móvil permite detectar el inicio de la crisis de migraña 40 minutos antes de que empiece el dolor y poder abortarla así con el calmante ultraprecoz… (De la prensa reciente…)

Hay que ganar la batalla al tiempo. Diagnóstico y tratamiento precoz, como en las infecciones.

– Seguí sus consejos y tomé el calmante precozmente. El calmante ya no me hace nada. El dolor lo tengo a diario.

– Ha abusado usted de los calmantes.

Dicen los neurólogos que el uso de calmantes sin control en el dolor de cabeza genera un tipo especifico de dolor de cabeza: el dolor de cabeza por abuso de calmantes para el dolor de cabeza. Desconozco si existe ese problema en otra ubicación: lumbalgia por abuso de ibuprofenos para la lumbalgia, por ejemplo.

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Esforzarse

La supervivencia física era, antaño, una cuestión complicada. Procurarse cobijo, sustento y amparo social exigía esfuerzo, reciprocidad, exploración de un entorno incierto y errores en los intentos, con costes y beneficios variables. La cobertura social en situaciones de carencia o vulnerabilidad era limitada y el individuo debía sopesar con rigor la eficiencia de sus acciones, aprendiendo con cada intento (error-ensayo-error). El organismo, a través de una compleja circuiteria, regulaba la conducta del individuo respecto a la consecución de objetivos, proyectando sentimientos de motivación hacia la exploración y de ejecución de conductas de consumición-consumación cuando se encontraba en un escenario que …

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Vuelvo a Granada

Nos movemos porque tenemos neuronas. Somos una especie sin un entorno fijo predeterminado. Homo sapiens (ma non troppo) ha seleccionado a lo largo de la evolución la estrategia del todo terreno. Está dotado para apañárselas en cualquier hábitat, para soportar fríos y calores, secarrales y pantanos, alimentarse con la dieta que el medio aporte, con lo que toque, sean raíces, fruta, insectos o carroña. El sistema de recompensa gestiona el culo inquieto humano pro-moviendo conductas exploratorias, gratificando esfuerzos y privaciones. Si la naturaleza no tiene nada que ofrecer, tira del programa de la hibernación, proyectando desánimo, dolorimiento, modorra, cansancio, pensamiento …

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