Muchos nos hemos desmayado alguna vez en la vida.
En la mayoría de los casos no existe, afortunadamente, ninguna enfermedad que explique satisfactoriamente el evento. Mucho ruido y pocas nueces.
El desmayo se produce porque no llega suficiente aporte energético al cerebro. La famosa “bajada de tensión”.
En ocasiones es el corazón el que falla. No bombea suficiente sangre. Otras veces fallan los mecanismos de regulación de la presión arterial y retorno venoso. El corazón bombea pero la presión del árbol arterial y/o venoso no está debidamente regulada. No es el caso habitualmente, especialmente en la infancia-adolescencia.
Supongamos que tanto el corazón como arterias y venas funcionen adecuadamente. Todo normal. Es lo más frecuente.
¿Por qué no ha llegado la sangre al cerebro, si el aparato cardio-circulatorio funciona correctamente?