En un estudio reciente sobre prevalencia de migraña en niños y adolescentes se compara la eficacia de dos fármacos (amitriptilina y topiramato) frente a placebo, como tratamiento preventivo.
Se obtuvo en un 60% de los casos más del 50% de reducción en días de dolor en los tres grupos. Los fármacos sólo se mostraron superiores al placebo en los efectos secundarios.
¿Conclusión?
Parece evidente: el efecto placebo es potente en la infancia y adolescencia para evitar días de migraña. Es decir, las creencias imponen su ley en la mente infantil, en esta cuestión. Lo que la expectativa quita, pudiera ponerla. Es un suponer. Si la migraña desaparece por la creencia de que hemos administrado el antídoto, podría pensarse que las creencias de signo contrario la ponen.
Es una hipótesis.