>Los neurólogos felices
> Los artículos sobre migraña arrancan habitualmente con un canto a los espectaculares avances de “la Ciencia” en el proceso de desentrañar la compleja tela de araña de la química migrañosa, que no puede ocultar el fastido de tener que reconocer que el problema sigue donde se dejó en el anterior cántico (o algo peor) aunque hay que ser optimistas pues se está a punto de ofrecer a la población tratamientos a la carta, individualizados. Las cosas irían mejor si la gente tuviera otros genes, llevara una vida más reglada, no comiera chocolate ni queso curado y, sobre todo, no …