Ya es oficial (IASP). Su dolor es nociplástico

  Teníamos un problema con la definición oficial de dolor de la IASP (International Association for the Study of Pain): el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable debida a un daño de los tejidos real o potencial… o vivido como tal daño Lo de “vivido como tal daño” era confuso y dejaba abierta la puerta a las propuestas de origen “psicológico”. La IASP se quitó el muerto de en medio estableciendo una clasificación del dolor con criterio restrictivo: sin daño no existe dolor o … se vive como si no existiera…: el dolor nociceptivo es aquel que aparece en …

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Daño muscular

  Todos los tejidos (células y espacio extracelular) pueden morir por impacto de un agente o estado incompatible con la supervivencia. Temperatura extrema, compresión-estiramiento, ácidos, infección… pueden acabar con la vida de una célula competente, sana. Esa muerte inopinada e improductiva libera al espacio extracelular una peligrosa química que puede extender el peligro a toda la vecindad celular. El sistema neuroinmune detecta el evento y reacciona con la respuesta inflamatoria. El músculo no es una excepción. Puede quemarse, desgarrarse, machacarse… o no recibir el aporte de energía necesario para cumplir con la compleja tarea de la contracción-relajación, entrando en este …

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¿Estirar qué?

La imagen resulta familiar. Un deportista sufre un calambre muscular. Se tumba y un compañero procede a estirar el músculo contracturado. El calambre cede.

Los músculos, eso parece, expresan su estrés metabólico, su fatiga, contrayéndose en un espasmo, aunque no tenga mucho sentido. Lo lógico sería que un músculo al borde de sus posibilidades dejara de contraerse y así evitar su autodestrucción.

No hay que fiarse de las apariencias, precipitarse a sacar conclusiones ni creer a pies juntillas lo que se dice.

– El calor, la humedad, la deshidratación, el esfuerzo…

Realmente el músculo es un mandado. Se limita a contraerse y relajarse cuando se le ordena, es decir, cuando llegan impulsos nerviosos por las neuronas que regulan su actividad.

Al músculo no le sucede nada en un calambre. El lío se monta en las neuronas que regulan la contracción. Hay un exceso de órdenes: “contráete” y un defecto de “relájate”.

Al “estirar” recuperamos la actividad de las neuronas que dicen “relájate” y el calambre cede.

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La glia la lía

 

En el mundillo de las publicaciones sobre dolor crónico se lleva ahora la glia.

El Sistema Nervioso está formado por dos tipos celulares: las neuronas y la glia, con sus cuatro subtipos.

Las neuronas recogen datos de lo que sucede fuera y dentro del organismo. Se organizan en circuitos que procesan dichos datos, en busca de patrones que permitan predecir el comportamiento y significado de la realidad y seleccionar, con más o menos acierto, las respuestas (perceptivas, emocionales, cognitivas y conductuales) más adaptativas.

Las células de la glia, más numerosas que las neuronas, las acompañan, y envuelven en todos sus tramos. Hasta hace unas décadas se pensaba que eran células auxiliares, encargadas de cuidar a las neuronas, alimentarlas, mantener el espacio perineuronal con la composición química adecuada, sin entrometerse en los tejemanejes de lo que se cuece en el gallinero neuronal.

El dolor crónico era, hasta ahora, una cuestión neuronal. Los circuitos que lo generan estarían hiperactivados, hiperexcitados, sin motivo.

Se pensaba que los eventos físicos y emocionales abocaban a ese estado.

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Absortos

Somos una especie gregaria. La socialización forma parte de nuestra estrategia evolutiva para sobrevivir. El carácter gregario tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como todo. Nos aporta más recursos de los que pudiéramos disponer por nosotros mismos pero no todos esos recursos prestan beneficio o son de fiar. Las decisiones perceptivas, cognitivas, emocionales y conductuales del cerebro sapiens (m.n.t.) están tocadas por lo que el grupo cultural de turno ha colocado en sus circuitos, con más o menos consciencia del receptor. La ficción de sentirnos y creernos soberanos de cuanto decidimos protege la navegación del individuo por los diversos escenarios; …

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El derecho a no tener dolor

  Una amiga mía ni siente ni padece una artrosis bilateral de cadera. Por limitación mecánica le pusieron una prótesis en un lado y por el mismo motivo le pondrán la otra pronto. Jamás ha sentido dolor. – Tendrías que tener dolor. – Es imposible que no te duela. Los comentarios son de sesudos profesionales. Sabemos a ciencia estadística cierta que no existe correlación entre artrosis radiológica y dolor. Con la edad los cambios radiológicos que definen la artrosis, son cada vez más comunes. La mayoría de ciudadanos indoloros los tiene. Otros ciudadanos con cambios mínimos, sin embargo, padecen dolor …

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