En el ya citado programa de TV3 Conviure amb la migranya proponen un factor visual urbano de sensibilización, de sobrecarga cerebral. Los edificios verticales, los patrones de líneas contrastadas, brillantes, son patrones artificiales que no se dan en la naturaleza y a los que el cerebro migrañoso no se adapta. Basta con detectar y evitar estos patrones para controlar las crisis.
Se puede hacer en el laboratorio un estudio de exposición a esos elementos geométricos urbanos con una simple foto. El cerebro “normal” se activa lo justo. La novedad genera actividad en el área visual pero se desvanece al momento, se habitúa. El cerebro pasa de las rayas contrastadas. El cerebro migrañoso no habitúa. Sigue procesando esos patrones visuales, artificiales, no ecológicos, iniciando un proceso de excitación creciente que llega a “saturar” el área, desencadenando el aura e “inflamando las meninges”, con el consiguiente dolor.
A continuación una doctora migrañosa explica que en su caso los patrones visuales de rayas horizontales móviles de las escaleras mecánicas del aeropuerto le generan malestar y desasosiego como prólogo a una crisis. Cuando va por la escalera decide cerrar los ojos.