Al cerebro se le engaña
El cometido del sistema neuroinmune es complicado. Debe detectar peligro en un universo complejo en el que las señales de agentes y estados nocivos e inofensivos se confunden. El error es inevitable y sólo cabe ensayar y equivocarse aprendiendo de cada error para ir reduciendo la incertidumbre (“energía libre”, Friston). Muchas veces el sistema neuroinmune se equivoca, unas veces por ver peligro donde no hay y otras por no verlo cuando lo tenemos ya demasiado cerca. Caben dos estrategias de aprendizaje: el cauto-hipocondríaco: todo es peligroso en potencia, y el arriesgado: hay que probarlo todo para catalogarlo. Habrá veces que …