Cuentan los padres a sus hijos que por estas fechas unos señores dotados de superpoderes vienen desde oriente a llenar de regalos a los niños.
Sólo se necesita rellenar una carta con las peticiones correspondientes. Recibirán lo que piden, de noche. Sólo se exige una condición: que sean buenos y no fisgoneen mientras colocan los juguetes bajo el árbol.
Lógicamente, los niños se esfuerzan por conducirse según los cánones de la buena conducta para recibir el justo premio y permanecen con la venda en los ojos para ignorar lo que se cuece.
Puede suceder que, efectivamente, los juguetes aparezcan en el salón. Conclusiones: 1) esos señores existen. Recibieron la carta y cumplieron con lo prometido. 2) el niño ha sido bueno.
No siempre aparecen los regalos. En su lugar, o nada o carbón. Generalmente nada. Conclusión (suponiendo que existiera carta y se buzoneara correctamente): el niño ha sido malo. Se ha esforzado, pero, al parecer, no ha superado la prueba. Los señores orientales lo ven todo y habrán observado algo que no consideran adecuado.
En la mente del niño no caben otras conclusiones. Si hay carta y juguetes, han sido buenos. Si hay carbón o nada, no han dado la talla de bondad. El modelo de los señores orientales es tajante.
Dicen los expertos a sus pacientes que si son bien nacidos (genes) y se portan bien (estilo de vida) recibirán el regalo supremo de sentirse sanos. Si aparecen crisis de dolor, vómitos e intolerancia sensorial (migraña-carbón) es porque son mal nacidos (genes) y se portan mal (estilo de vida).
El modelo es contundente. La lógica no permite más conclusiones. El test del carbón desvela la mala conducta y la mala cuna.
El aprendizaje basado en modelos tiene estas cosas. Los expertos establecen el modelo y los niños-pacientes actúan bajo sus leyes. Si eres bueno tendrás tu recompensa. Si no lo eres recibirás carbón. Si hay juguetes-salud es que has sido bueno. Si hay carbón es que estás mal hecho o no te portas bien.
Hay una posibilidad alternativa: el modelo es falso. No existen esos señores ni esos genes omnipotentes. Son los padres o los memes.
Un niño sin padres o con padres pobres no recibirá juguetes por más que escriba a los señores orientales y se esfuerce en cumplir con todas las exigencias de buena conducta. Un paciente instruído (sin ser consciente de ello) en el modelo de los genes-estilo de vida, seguirá con crisis a pesar de esforzarse en ser bueno y cumplir con todas las exigencias del modelo.
Somos la única especie que aprende a conducirse con modelos facilitados y promovidos por expertos y señores omnipotentes. Los demás animales tendrán que obtener la recompensa ajustándose a la ley del ensayo-error… siempre que sigan asilvestrados. Los domésticos recibirán la recompensa cuando se ajusten al modelo que el amo impone.
La Navidad tiene estas cosas. Es una época guiada por modelos impuestos culturalmente.
La migraña (y otras etiquetas similares) es también la consecuencia de un aprendizaje basado en un modelo que impide salir del bucle.
Tienes que ser bueno. Vida ordenada. No hagas esto ni lo otro. Sobre todo evita lo que más te guste y limítate a hacer lo que odias. Toma las pastillas. Has nacido así y no podemos hacer más.
No haga caso. No son los genes. Son los memes. Las crisis ponen en evidencia al modelo, no a usted.
Que tenga el año que se merece. Probablemente no es justo que un año más se encuentre con el carbón en el árbol.
A veces hay que hacer un corte de mangas a algunos modelos.
Know pain, no pain.