Hay dolores útiles e inútiles.
El dolor útil es aquel que aparece cuando un estímulo nocivo destruye tejido (quemadura, desgarro, compresión, ácidos) o lo hará si no lo evitamos inmediatamente.
El dolor inútil es el que mortifica e invalida aunque, realmente, no está sucediendo nada amenazante donde lo sentimos.
Dolor útil
Nos hemos dañado. En la zona dañada, las neuronas nociceptivas detectan señales de muerte celular (DAMPs), las codifican en señales eléctricas y esas señales llegan a diversos centros de complejidad creciente.
Una vez en el cerebro, activan una red distribuida de áreas que la evalúan y, en función del contexto, expresarán en la conciencia el sentimiento “dolor” o no (por ejemplo si estamos huyendo de un peligro extremo).
Dolor inútil
Es aquél que aparece cuando las “fibras del dolor” se activan sin motivo aparente, según se explica en el programa de la 2 (8¨35″).
…es un dolor neuropático o disfuncional, un dolor que no nos está avisando de nada.
“El cazador de cerebros”
Realmente no es así. El dolor neuropático es aquél que aparece asociado a daño en neuronas. Nos está avisando, precisamente, de que se han dañado las neuronas.
Expresamente la IASP (Asociación internacional para el estudio del dolor) eliminó el término disfunción, exigiendo la lesión como criterio.
…por ejemplo la fibromialgia o el colon irritable. No podríamos actuar sobre las fibras del dolor como haría una aspirina, así que, a menudo, se requiere tratar el sistema nervioso central, disminuyendo la activación neuronal. Para ello se recetan fármacos opioides…
Se recetan, pero no está claro que sea lo que deba hacerse.
La migraña, otro tipo de dolor
Habría también, al parecer, dolores típicos y no típicos: el típico dolor de cabeza es el prototipo de los dolores típicos.
…sin embargo hasta hace unos 15 años no sabíamos que la migraña era otro tipo de dolor… las meninges también tienen “fibras de dolor” y tampoco se sabe por qué ocurre, pero, como que se inflaman y empiezan a disparar de manera aberrante…
“El cazador de cerebros”
Recuerdo de mi época de estudiante de Medicina, hace de esto ya más de cincuenta años, que se clasificaba la migraña en “típica” o clásica”, cuando al dolor le precedía el aura, y “común” cuando sólo había dolor, náuseas e intolerancia sensorial (lo típico de una crisis típica, aunque los neurólogos llamaban “típica” a la que se precedía de aura).
Desde el dogma (falso) de que el cerebro no duele porque no tiene “fibras del dolor” y, por tanto, el dolor debe proceder de un tejido que sí las tenga, se da por sentado que las meninges, inervadas por el nervio trigémino, que sí dispone de esas “fibras”, son las que duelen. Se supone que están inflamadas, aun cuando no hay ninguna evidencia de ello, generando así chisporroteos frenéticos, es decir, “señales de dolor”.
Sin activación de “fibras del dolor” no hay dolor (¿?)
Volvamos al albañil que se clavó un clavo en la bota y sintió un dolor insoportable. El dolor se fue cuando hubo suficiente información sobre lo que realmente había sucedido en el espacio opaco del pie real, no en el virtual. El pie estaba intacto. El clavo había entrado por el espacio interdigital, respetando los dedos. Sólo la bota había sufrido daño. ¿Tenía la bota “fibras del dolor”? ¿Qué le dolió al albañil cuando le dolió?
Cuerpo real y cuerpo virtual
La cuestión por resolver en el drama del dolor es: ¿por qué sentimos dolor en una zona en la que no está sucediendo nada amenazante? Según lo expuesto en el programa, podríamos acotar más la cuestión: ¿por qué las “fibras del dolor” disparan señales si no hay daño ni algo que pueda producirlo? ¿Cómo podríamos bloquear esas señales para que no lleguen al cerebro y así no las sentimos?
Tenemos dos cuerpos: el real y el virtual o imaginado. En el albañil, el dolor surgió del pie virtual, no del real. En la migraña, el dolor surge de la cabeza virtual, no de la real. El cuerpo virtual se construye históricamente en el sistema neuroinmune. Es una narrativa que integra toda la interacción del organismo con el entorno. Ese entorno no sólo contiene energías nocivas (clavos) sino también, en nuestra especie, información de expertos.
Continuará…
Know pain, no pain
Artículos anteriores de esta serie, analizando el capítulo “¿Qué me duele cuando me duele?” del programa El cazador de cerebros:
Gracias Arturo.
Un abrazo
No entiendo la neurociencia….un dolor virtual no es lo mismo que de origen psíquico? Por qué lo psíquico (que no psicológico) tiene “mala prensa”, es como que la persona se lo inventara o fuera culpable de tenerlo..
Leo cosas como descubrimientos y ya se conocían, más o menos, en la psicología…
No debieran acercarse los campos de conocimiento..
No soy psicóloga….
Marije. La distinción entre “psíquico”, “psicológico” y físico” es arbitraria. Para mí sólo existe Biología, la ciencia de la vida. A medida que vamos sabiendo más sobre Biología podem os comprender mejor el complejo sistema del organismo humano. Por supuesto, para mí la cultura es Biología. En Biología humana, es un factor poderoso que siempre debe ser contemplado.
Tengo una duda desde hace tiempo: ¿Qué explicación tienen los “signos” no los “síntomas”? Me refiero por ej a que en una crisis de migraña en ocasiones me lagrimea mucho el ojo del lado del dolor, el párpado se hincha y tengo mucha rinorrea también de ese lado, siempre con un pañuelo. La explicación que le doy es que el cerebro genera esas respuestas orgánicas porque piensa que hay daño. ¿Es así?
Fátima: los estados de alerta-protección se expresan en la conciencia como síntomas y en los tejidos como signos