La doctora P.P. dirige el pionero centro de investigación en migraña “Migraine Adaptative Brain Center, ubicado en el Hospital de la Vall d`Hebron de Barcelona, financiado por la Caixa. Ayer publicaron una entrevista con la doctora, en la que expone los motivos de su trayectoria profesional, guiados por la necesidad de comprender el proceso cerebral que genera la crisis migrañosa y poder así librar a los pacientes del calvario que conlleva.
Para la doctora la cosa está clara: la migraña es
…una enfermedad hereditaria genética, tus genes son diferentes y te predisponen a sufrir esos ataques. Al recibir varios estímulos, el cerebro migrañoso no es capaz de eliminarlos, como haría un cerebro ‘normal’ Sigue estimulado, como un ordenador que abre varios programas a la vez, y entonces su sistema se satura y se cortocircuita; se produce un apagado parcial del córtex (la parte más superficial del cerebro) que genera inflamación meníngea y eso es lo que acaba doliendo y tarda entre uno y tres días en mejorar.
Un cerebro hipersensible, incapaz de asimilar el estres de la sobre-estimulación física y psicológica de cada cual.
El bombardeo que otros toleran acaba saturando el sistema y reacciona con un reseteo. Se vierten mediadores inflamatorios en el espacio meníngeo y por eso duele.
Evidentemente es un proceso lento. La crisis se inicia unas 24-48 horas antes del reseteo final. El paciente nota que algo se cuece. Finalmente aparece el dolor, las nauseas y la intolerancia sensorial, que se mantienen durante horas o, incluso, días. Finalmente el cerebro consigue reiniciarse y todo vuelve a una frágil “normalidad”.
Mientras no avance la investigación la propuesta oficial sigue pivotando sobre los fármacos y el estilo de vida. Se lamenta que los pacientes den tumbos por la vida sin que un médico les diagnostique y que si todos consiguieran la atención de un neurólogo versado otro gallo cantaría.
Lamenta también el precario estado de la investigación y la abnegación que exige la dedicación a la Ciencia:
A los investigadores nos cuesta mucho sobrevivir, casi no tenemos recursos ni reconocimiento, y vamos a perder generaciones de científicos que se van al extranjero. Yo misma, si no hubiera conseguido montar este centro gracias al apoyo de La Caixa, me habría marchado fuera.
La envidia sana respecto a otros ámbitos de investigación, como la desarrollada en torno al coronavirus la doctora comenta.
…Si en menos de un año tenemos vacuna es porque ha habido una oleada de fondos y porque han trabajado en ello los mejores investigadores del mundo. Si me das eso a mí en cinco años curo a todos los migrañosos.
La migraña cuesta al erario público cerca de dos mil millones de euracos al año. Es un pozo sin fondo.
Comprender la trama neuronal de la migraña es crucial. Bienvenidos sean los fondos para investigar, pero… la línea oficial: genes, moléculas, estilo de vida no parece que esté dando frutos.
¿Y si la migraña fuera otra cosa?
Puede que la inversión en educación en Biología neuroinmune fuera más eficiente (económica, simple y resultona). Yo así lo creo.
En fin. Cada uno tiene sus convicciones.
Cuestión de pasta.
Know pain, no pain.
P.P.R. fue mi neuróloga durante muchos años, hace 13, que participé durante un año en su estudio sobre la migraña y el componente genético, que era su empeño, me inculcó que además de genética, era hormonal y no había nada que hacer, vivir con ello y con la esperanza en que con la menopausia se marchara. Ya me he deshecho del lastre de la genética, el hormonal aún estoy en ello, pues lo creí a pies juntillas durante 30 años y me cuesta desaprenderlo, pero bueno, desde que fui consciente de la evidencia del error evaluativo neuroinmune, nada que ver ya con el secuestro vivido, mil gracias familia Goico!! ☺️