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Iatrogenia neuroinmune

El sistema neuroinmune es el que gobierna el organismo. Construye y aplica predicciones sobre la interacción con el entorno, en base a una evaluación de costes y beneficios físicos, psicológicos y sociales. Los síntomas expresan en la conciencia el flujo evaluativo-motivacional de la actividad neuroinmune, lo que en cada escena-escenario, el sistema que defiende la integridad física y funcional de los tejidos evalúa y solicita al individuo. El quale «picor» expresa una evaluación de amenaza cutánea y una invitación al rascado.

Errores del sistema neuroinmune

El sistema neuroinmune trabaja con una cuota variable de error, por imperativo del «principio de precaución». Más vale generar evaluaciones erróneas de amenaza por exceso que por defecto. El polen puede ser un germen. Es inofensivo, pero, en muchos casos, el subsistema inmune lo evalúa como una amenaza y, con la colaboración del subsistema neuronal, nos obliga con el síntoma picor a frotarnos los ojos y las narices y a estornudar.

La alergia es la expresión de una evaluación errónea que motiva a una conducta defensiva absolutamente injustificada. El sistema que debería defendernos nos crea problemas absurdos. Peor el remedio que la enfermedad (inexistente). Iatrogenia.

Lo mismo sucede con el subsistema neuronal. Activa estados evaluativo-motivacionales de alerta-protección no justificados, en todos y cada uno de los barrios del organismo. Dolor, por ejemplo.

Iatrogenia neuroinmune en síntomas sin explicación médica

Llevo ya unos cuantos años proponiendo la hipótesis de la iatrogenia neuroinmune para explicar el apartado de los denominados «síntomas sin explicación médica»: la cultura ha complicado el trabajo predictivo del sistema, tanto al subsistema inmune como al neuronal. Cada vez resulta más complicado para el subsistema inmune catalogar moléculas señal como amenazantes, debido a la profusión de química artificial ambiental y la inestabilidad de los ecosistemas generada por el impacto cultural. Cada vez resulta más complicado para el subsistema neuronal catalogar como relevante la oferta informativa de expertos e iluminados.

Antaño, el sistema neuroinmune evaluaba y motivaba sobre la base del contacto con el entorno real y el cotilleo informativo, moderado por los sabios expertos de la pequeña manada. El crecimiento descontrolado de nuestra especie a raíz de la expansión de la agricultura y ganadería, sometido a la espiral de la retroalimentación positiva, puso las cosas difíciles al sistema neuroinmune. Resulta cada vez más complicado evaluar moléculas e informaciones. El resultado: la proliferación de estados evaluativo-motivacionales innecesarios, mortificadores e invalidantes.

Dicen los divulgadores de la neurociencia que el cerebro nos engaña, dando a entender que percibimos una realidad engañosa por obra y gracia de esa afición del cerebro a los juegos de magia, a las ilusiones de todo tipo.

¿Nos engaña nuestro cerebro?

En mis primeros años de divulgador de neurociencia en el ámbito médico, recurría a esa condición de cerebro mago y ponía las consabidas imágenes de ilusiones ópticas para minar la confianza de los pacientes en el cerebro y aceptar que los dolores pueden ser ilusiones perceptivas. Ya no lo hago.

El cerebro no nos engaña. Le confunde la información incontrolable, los sesgos de confirmación, la dependencia de etiquetas y terapias.

Me sorprende el escaso o nulo interés de los divulgadores sobre cerebro en esta cuestión de la iatrogenia cultural. Llevamos ya 10 años explicando a grupos de pacientes la propuesta del error evaluativo-motivacional con resultados excelentes.

Sorprende menos el escaso o nulo apoyo de las instituciones a nuestra oferta.

En mi libro Sapiens, ma non troppo, intento desarrollar la hipótesis de la iatrogenia neuroinmune inducida por la cultura y, en lo que se refiere a la cultura del subsistema neuronal, la responsabilidad de la información de los expertos en la génesis de los síntomas sin explicación médica.

Dicho queda, pero me temo que sigamos en las mismas.

No nos engañemos. El cerebro no nos engaña. Hace lo que le han enseñado a hacer los expertos.

Know pain, no pain.

Enero es un buen mes para espabilar.

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2 comentarios en «Iatrogenia neuroinmune»

  1. ¡Hola Arturo! Hablas siempre de la información de los expertos y cómo ésta causa esos errores evaluativos del sistema inmune. Pero, ¿qué me dices del “doctor Google”? ¿No tenemos muchas veces nosotros la culpa al buscar cualquier síntoma que tenemos? Obviamente en los foros de internet casi siempre sale lo malo y ahí ya la tenemos liada. Hablo por propia experiencia…

  2. Virginia: el Dr Google es un espacio informativo en el que se puede encontrar de todo, bueno y malo.Yo me quedo con el lado bueno: nos permite a algunos difundir nuestras propuestas.

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