Acabamos de publicar un nuevo curso online para pacientes con mareo o vértigo (y a profesionales que lo tratan). El objetivo es desactivar los síntomas.
Vivir es moverse, explorar el entorno físico y social, con libertad, minimizando con prudencia y sin miedo el riesgo a base de aprendizaje (error-ensayo-error).
Moverse por el entorno apoyado sobre los pies, mirando con curiosidad todo lo que se mueve ante nosotros, sin caernos ni marearnos, no es una tarea fácil. La red neuronal dispone de sensores en la retina, aparato vestibular del oído interno y en músculos y articulaciones que recogen datos de la interacción del cuerpo (quieto o en movimiento) con el entorno. A base de ensayos, conseguimos estabilizar la visión y el equilibrio, manteniendo el eje vertical sobre la base de sustentación, a base de ajustes reflejos continuos y el objeto de interés visual en la mácula retiniana, también con ajustes continuos de movimientos integrados de cabeza, cuello y ojos.
Cuando todos estos componentes sensoriales y los centros que integran sus datos funcionan adecuadamente, nos movemos por el mundo fisgoneándolo todo sin sentir la complejidad del proceso.
Ese estado de equilibrio objetivo y subjetivo puede alterarse por un cambio o fallo en alguno de los canales sensoriales o de los centros que integran sus datos. En la conciencia ya no aparecerá ese estado subjetivo de equilibrio confiado, sino una sensación de inseguridad o un error en la interpretación del movimiento propio o ajeno.
El mareo expresa en la conciencia esa pérdida de seguridad y el vértigo el error de situar el movimiento en uno mismo o en el entorno.
Tengo vértigo/mareo, pero “todo es normal”
Como en todos los casos, los síntomas obligan a hacer una buena evaluación clínica, que incluye la historia, la exploración y los estudios complementarios pertinentes. Cuando todo ello es normal, nos encontramos ante el problema clásico: “Es todo normal, pero estoy mareado o a veces todo me da vueltas”. El paciente inicia el peregrinaje habitual, con las sospechas habituales del origen “psicológico”, la consideración de los factores emocionales y demás.
Puede que aparezcan las etiquetas “mareo inespecífico”; “migraña vestibular”; “síndrome pppd”; “cervicales”; “falta de riego”. Pueden crear la ilusión de que el problema está identificado y el tratamiento correspondiente disolverá los síntomas, pero el tiempo probablemente acabará con el optimismo.
Tal como sucede con el tema del dolor, es fundamental dedicar tiempo a explicar al paciente el proceso que da lugar al síntoma en ausencia de daño-lesión. Si el otorrino ha descartado una lesión y el neurólogo consultado tampoco aprecia problemas en los centros de procesamiento, lo que debe hacerse es explicar con detalle la trama de la gestión del equilibrio y fijación visual, en sus dos vertientes: la objetiva y la subjetiva.
Educación terapéutica en Neurociencia del mareo o vértigo
Se va afianzando la “Educación terapéutica en Neurociencia del dolor”, pero es menos conocida la “Educación terapéutica en Neurociencia del mareo o el vértigo”.
En muchos casos, el paciente está marcado con varias etiquetas, generando la convicción de que padece varias enfermedades. En ausencia de enfermedad objetivable, hay que prescindir de las etiquetas y afrontar los síntomas como la expresión de estados injustificados de organismo. Puede ser más mortificador, invalidante y desconcertante para el individuo (y el profesional) un estado de alerta-protección injustificado que uno justificado. El abordaje es radicalmente distinto.
En los estados de alerta-protección justificados hay que combatir (si está a nuestro alcance) el agente responsable y potenciar la capacidad de regeneración de los tejidos o de compensación funcional ante una pérdida. Muchas veces, basta con trasladar confianza en la restitución funcional y animar a la vuelta a la actividad.
En los estados de alerta-protección no justificados hay que trabajar el trasfondo evaluativo-motivacional que mantiene activo ese estado.
Ese es el objetivo del curso online de vértigo y mareo: explicar en profundidad y con detalle los entresijos de la función del equilibrio y las cogniciones e incertidumbres que perturban el trabajo de la red neuronal.
Como en el caso del dolor, el conocimiento es el mejor antídoto contra el miedo y la incertidumbre.
Creemos que el curso ofrece esa oportunidad.
Muévase. Aprenda.
Buenos días Arturo…!
Se está hablando desde hace tiempo que los móviles pueden generar dolor en el dedo pulgar por movimientos repetitivos del tendón con la consiguiente inflamación de la vaina o del tendón… Es esto cierto? …es decir , sin haber habido ninguna “necrosis” ¿puede producirse ahí una inflamación que tiene que doler? …se dice que esto ocurre también en otras partes del cuerpo …movimientos repetitivos, consiguiente inflamación ,consiguiente dolor… No lo llego a entender…
Un saludo.