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El sistema neuroinmune

No siempre disponemos de explicaciones para los síntomas que refieren los pacientes. No siempre la evaluación clínica desvela una causa que justifica y explica biológicamente esos síntomas. En el caso de una meningitis podemos dar explicaciones claras. convincentes.

– Tiene usted una infección en las meninges. Un germen ha conseguido superar las barreras defensivas y ha penetrado en el espacio meníngeo. Las células vigilantes del sistema neuroinmune han detectado la presencia de moléculas asociadas a la necrosis (DAMPs) y han activado la respuesta inflamatoria. La información ha llegado por las terminales del trigémino a diversos centros de procesamiento y se ha producido el acceso a la conciencia del sentimiento doloroso en su cabeza, al haberse activado el conjunto de áreas que conforman la denominada “neuromatriz del dolor”.

Esta explicación no contiene ninguna metáfora. Tampoco la contiene la explicación de que le duele el pie porque tiene un clavo en el zapato o le duele la mano porque se la ha quemado al coger una cazuela demasiado caliente.

Recurrimos a la metáfora cuando no disponemos de una explicación que justifique biológicamente la aparición del síntoma.

Una etiqueta diagnóstica no explica nada. Informa menos aún que la metáfora.

– Le duele a usted la cabeza, vomita y no tolera la luz y los ruidos porque padece migraña.

– Y eso, ¿qué es?

– Para que me entienda: decir: es como si padeciera una meningitis, pero no existe ninguna meningitis. El análisis del líquido cefaloraquídeo es absolutamente normal. No hay inflamación, por una sencilla razón: no hay ninguna amenaza en el espacio meníngeo.

– No entiendo lo del como si. Utilice una metáfora para ver si comprendo lo que pasa.

Los expertos le corregirían:

– No es una cuestión de metáforas. Su cerebro es genéticamente hiperexcitable. En su interior tiene usted unos “generadores de migraña” que desencadenan las crisis.

Es una afirmación al menos cuestionable. Se necesita un acto de fe para dar por buena la afirmación.

En mi caso no se da esa condición. No me lo creo. Tampoco comprendo qué es un “generador de migraña”.

La cuestión es: ¿qué hace que el sistema neuroinmune, el encargado de detectar y responder a amenazas reales, active estados de alerta-protección cuando esa amenaza no existe?

¿Por qué ese sistema no reconoce el error (la falsa alarma) y tropieza cada vez más veces en la misma piedra?

Puede que otra vez se eche mano de la etiqueta:

– La red neuronal padece un estado patológico denominado “sensibilización central”. Procesa mal los datos sensoriales y actúa como si estuviera sucediendo algo que, realmente, no está sucediendo.

– Ya, pero ¿por qué?

– Hay muchos factores. Es un problema biopsicosocial.

– Póngame una metáfora para ver si lo entiendo.-

– Ya se lo he dicho. Es complejo.

Todo este embrollo se disolvería si pusiéramos en escena al sistema neuroinmune humano. En concreto al subsistema neuronal defensivo.

– Los síntomas aparecen cuando el proceso evaluativo de amenaza alcanza un nivel de credibilidad suficiente para acceder a la conciencia expresado como “dolor”.

– ¿Por qué cree que existe amenaza?

– Es una consecuencia del aprendizaje guiado por la experiencia propia, la observación-imitación de la experiencia ajena y, sobre todo, por la información de los expertos. Es un acto de fe.

– ¿Podría ponerme un ejemplo, una metáfora?

– Si a usted le dicen los expertos que el aire contiene un peligroso virus y no tiene modo de comprobar su veracidad, ¿cómo actuaría?

– Intentaría estar alerta y protegerme.

– ¿Aunque existiera la evidencia de que ese virus no existe?

– ¡Hombre! En ese caso me olvidaría del asunto.

El sistema neuroinmune actúa en base a la información disponible. Gran parte de esa información está facilitada por los expertos y el individuo no puede saber si es veraz o no. Se guía por el principio de autoridad (ad verecundiam). Atribuye credibilidad a “los expertos” y no a cualquier desgarramantas que diga lo contrario (negacionista). Por supuesto en el caso del mal bicho actual (el coronavirus) los expertos están informando sobre una amenaza real. No soy negacionista.

¿Es cierto que la cultura experta, la información que aporta, influye en la gestión del subsistema neuronal defensivo? Hay evidencia abrumadora de que es así. No da la impresión de que los expertos compartan esta afirmación.

Sacando a la palestra el sistema neuroinmune no hace falta una metáfora. En todo caso una que describa su función: el sistema neuroinmune gobierna el organismo.

Podemos seguir utilizando una metáfora, la del sistema de alarma, pero esa metáfora tiene que recoger todos los ingredientes, sobre todo si son importantes.

– El dolor es como el sonido de la sirena de un aparato de alarma. En la especie humana ese dispositivo es único. Sus programas se ajustan a lo que los expertos en amenazas aconsejan. Puede que esas informaciones no se ajusten a lo que realmente sucede y el aparato puede entrar en un bucle (sesgo de confirmación). La creencia activa la alarma. Suena la sirena y el sonido confirma que la amenaza era real. El sistema refuerza sus creencias. Es un sistema creyente. Un problema si lo que cree no es cierto y, además, le complica la vida.

Aplicada esta explicación al subsistema inmune se comprende mejor: el subsistema inmune evalúa el aire con polen como peligroso y activa el estado de alerta-protección. Se produce una retroalimentación positiva (sesgo de confirmación). La creencia se refuerza. También es un sistema creyente.

A diferencia del subsistema neuronal, el inmune no está abierto a la información de los expertos. Construye sus creencias por libre, analizando moléculas.

El subsistema neuronal busca para aplicarla, la información experta que goza de mayor autoridad, aunque no disponga de la evidencia exigida.

Basta analizar esa información a la luz de la ciencia para saber si cumple con todas las exigencias, incluída, por supuesto, la de contemplar todo lo que se sabe, a ciencia cierta, y no ignorar lo que no se ajusta al credo que se difunde.

La cultura experta no se cuestiona nada de lo que afirma. Lo cree firmemente. Sí que cuestiona lo que puedan decir otros, si no se ajusta al credo único y verdadero.

Sistema neuroinmune. Un sistema creyente, en manos de los expertos.

Cuídese.

Know pain, no pain.


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    2 comentarios en «El sistema neuroinmune»

    1. Pues siguiendo con las metáforas:

      Un transistor es un componente fundamental en los sistemas electrónicos y utilizar la realimentación para conformar típicos circuitos funcionales.

      La realimentación puede ser positiva o negativa según objetivo a conseguir.

      Más de una vez un sistema con realimentación negativa (por ejemplo un amplificador basado en transistores o su elemento grupal superior el Ci amplificador Operacional controlado con unas entradas y con un objetivo determinado se descompone y entra en realimentación positiva poniendose a oscilar…..se nos fue el control y resuena a una frecuencia . El ampli se convirtió en oscilador.
      El ampli de señal de una guitarra se convierte en un oscilador a frecuencia incontrolable, ruido gaussiano, el altavoz suena fatal ( me duele la cabeza con el ruidaco).

      Hay que meter info a la entrada correcta y velar por el circuito que retroalimenta para que el bucle no oscile y se pierda el control.

    2. Aitormenta: los sistemas biológicos utilizan fundamentalmente la retroalimentación negativa para mantener las famosas constantes vitales, la homeostasis. La temperatura, la glucosa, la osmolaridad, el pH no pueden superar unos límites. Se ponen en marcha mecanismos que mantienen los valores dentro de una banda estrecha. La retroalimentación positiva entra en acción cuando se pierde el equilibrio por un evento externo o interno catastrófico y hay que activar recursos excepcionales con la máxima celeridad posible. Es lo que sucede con la respuesta inflamatoria a un incidente de necrosis. Sin embargo el proceso cuenta con un mecanismo de contención: la respuesta inflamatoria está controlada a través de cascadas moleculares complejas que la apagan cuando el foco de necrosis se va enfriando. El peligro aparece cuando el sistema opera desde las creencias (miedos) alimentado por una información que lo aleja de la realidad. En ese caso entra en una espiral de retroalimentación positiva que no se controla ya que la entrada sensorial (no está sucediendo nada) ha perdido peso informativo respecto a las creencias (sesgo de confirmación). La información experta, tal como sugieres es la clave del proceso.
      Me encanta que hayas planteado la cuestión de la retroalimentación biológica en términos de electrónica. Creo que los problemas que nos plantea la red neuronal pueden abordarse mejor desde la electrónica que desde los fármacos.
      Saludos

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