Un porcentaje sustancial y creciente de la población no puede hacer lo que le da la gana porque, incluso antes de intentarlo, siente dolor, cansancio, mareo u otros síntomas.
En muchos casos, el profesional no encuentra un motivo para que aparezcan los síntomas y tampoco consigue que desaparezcan con sus terapias.
¿Por qué el organismo no autoriza y, menos aún, promueve la conducta solicitada por el paciente?
¿Por qué el profesional no ofrece una explicación ni dispone de remedios?
Podemos asegurar que, si la conducta deseada por el individuo genera dolor o cansancio incluso antes de ser ejecutada, es porque el sistema neuroinmune la considera peligrosa y activa el estado de alerta-protección.
¿Por qué evalúa así?
Porque la información acumulada por experiencia e instrucción de expertos así lo aconseja. Mejor prevenir que lamentar.
Todos los seres vivos, desde los más simples a los más complejos, tienen que promover conductas de exploración para encontrar comida, pareja y amparo de grupo, o las contrarias: de evitación para impedir dañarse en el intento.
Los recursos de aprendizaje para evaluar por experiencia el perjuicio o beneficio de las conductas son comunes a todas las especies. Es cuestión de memorizar el impacto de la interacción y modificar esa conducta en el próximo intento.
Sensibilización, habituación, condicionamiento clásico e instrumental. Retroalimentación. Feedback. Memorizamos lo que hacemos y su consecuencia.
La información experta en nuestra especie puede modificar sustancialmente el impacto de esos recursos básicos e imponer su ley por encima de la experiencia.
Aunque una conducta sea inofensiva, la instrucción puede haber alimentado inconscientemente una evaluación de amenaza.
¿Cómo sabemos que es la instrucción experta y no el estado de los tejidos?
Por exclusión:
– Es todo normal.
Si no modificamos las creencias generadas por esa información, la dinámica seguirá su curso. Cada intento evocará en la conciencia dolor u otro síntoma y reforzará la creencia previa (sesgo de confirmación).
El sistema neuroinmune entrará con facilidad creciente en el modo alerta-protección. La conducta de evitación se automatizará.
El sistema neuroinmune habrá construído una teoría de organismo (esquema corporal) que no se corresponde con la realidad. Operará desde el miedo al daño o fracaso.
El individuo sólo sabe que no puede hacer lo que le dé la gana porque los síntomas se lo impiden. Lógicamente, coge miedo a hacer lo que quisiera y acepta la propuesta conductual que su sistema neuroinmune le propone. El bucle está servido.
Dicen los profesionales que no es una cuestión de organismo, sino de la persona, su peripecia vital, sus estreses y emociones mal gestionadas, sus dietas, su poco ejercicio, su mal dormir, etc.
Todo eso puede influir, pero siempre en función de lo que el sistema neuroinmune evalúe. Si todo lo juzga como amenazante, promoverá conductas de evitación y desgana.
¿Cómo eliminar el miedo automatizado y la desgana?
Con información sobre la biología del sistema neuroinmune humano, su dependencia de la instrucción experta.
No sólo el cuerpo puede moverse y explorar en libertad y sensatez, porque no hay ninguna razón biológica que lo justifique, sino que debe hacerlo, por la salud de los tejidos.
No hace falta tutorizar el día a día del individuo. Basta con promover la exploración libre y confiada.
– No me pregunte lo que tiene que hacer y cómo. Hágalo sin miedo y con ganas. Explore. No evite. Experimente. Pruebe. Controle el miedo automatizado. Piense en biología, no en profesionales.
El organismo ni es tonto ni listo. Construye una historia de sí mismo más o menos alejada de su realidad, de su potencial. Los recursos de aprendizaje (sensibilización, habituación, condicionamiento clásico e instrumental) bastan para construir un teoría de lo que puede y debe hacerse bastante razonable y saludable. La instrucción experta puede añadir más información positiva, fuera de los recursos básicos.
No siempre es así. La información experta en muchos casos impide el aprendizaje basado en la experiencia, lo prohibe.
– Si hago esto me duele, luego no debo hacerlo.
A veces sí y otras no, sino todo lo contrario.
Líbrese con la ayuda de la biología del miedo y recupere las ganas de hacer lo que le dé la gana.
No arroje piedras a su tejado.
Coma variado y apetitoso. Controle el peso, muévase para conseguir sus objetivos. Explore. Investigue.
Es lo que hacen los niños … si pueden.
Know pain, no pain.
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? Realmente se ponen los medios debidos y necesarios para saber que el paciente no tiene nada? ? Se hacen las pruebas de imagen necesarias de verdad para averiguarlo? ? Se ponen los medios curativos realmente útiles para ello ? En procesos articulares no muchas veces y menos ahora Cuando eso se haga dígame qué no hay motivos médicos para el dolor. No antes
Dácil:por supuesto que se debe descartar siempre un origen fisiológico, lesional, del dolor, pero haya o no un daño que lo explique y justifique, el dolor siempre es un contenido complejo de la conciencia y, como tal integra componentes sensoriales, emocionales, cognitivos y sociales. No creo que el problema del dolor consista en la utilización exhaustiva de analgesia