Dicen los neurólogos que la migraña es una cuestión de genes. Uno nace con ella. No se hace y, por tanto, no puede deshacerse.
Esa supuesta e impuesta condición genética se expresa a través de unos supuestos grupos neuronales dotados de una supuesta y extraordinaria cualidad: la de generar de por vida migrañas. Los expertos han dado en denominarlos: “generadores de migraña”.
Las neuronas de los generadores son supuestamente hiperexcitables y de modo espontáneo o por el empujoncito de los desencadenantes y el desorden vital, hacen que las meninges “se inflamen” dando lugar al dolor.
Nuestro alumnado tiene dificultades serias para comentar en las cenas su experiencia pedagógica cuando surge el tema.
– ¿Qué tal con la migraña?
– Muy bien. Estoy desaprendiéndola.
La migraña se aprende
En GoiGroup sostenemos que la migraña se construye en el complejo proceso del aprendizaje, con el empujón contundente de la cultura experta. No es una cuestión de genes determinantes, sino de la interacción de múltiples factores (incluidos los genes). El más importante para nosotros: la información experta.
No sólo genes. También memes. Imitación. Creencias.
– Eso de los memes es una memez. Modas de las redes sociales. La migraña es una inflamación. Todo el cerebro está inflamado.
– Nos han explicado que no, que no hay inflamación, sino un estado de alerta.
– Está inflamado. Confirmado. Publicado.
A cualquier estado se le puede llamar inflamación si uno quiere hacerlo y dispone del investimiento.
Podemos utilizar la metáfora del virus viral coronado:
Si uno pilla el mal bicho y este hace sus destrozos, el sistema neuroinmune congénito hará lo que pueda, pero tarde, para reparar el daño. Al proceso de reparación del daño le llamamos inflamación. El incidente generará información suficiente para que el componente adquirido neuroinmune esté preparado para reaccionar pronto y bien frente a una nueva exposición, con los anticuerpos selectivos. No habrá inflamación previsiblemente.
Si el estado de alerta queda sensible, puede que los expertos evalúen una nueva amenaza, informen a la población y desplieguen la logística seleccionada, que incluye el confinamiento disuasorio. No hay destrozos celulares ni muertes ni síntomas. Sólo confinamiento preventivo, en base a una evaluación de los que manejan los datos, los expertos.
– Hay ciudades que nacen así. Tienen “generadores de confinamiento”, un sistema de prevención que ante cualquier variable dispara el estado de alerta-protección.
– Intentamos evitarlo creando campos electromagnéticos de inhibición para que no salten y aconsejamos a la población que se quede en casa hasta que los generadores dejen de funcionar.
A la ciudad no le pasa nada. Sale ilesa de cada estado de alerta-protección, pero la vida en esa ciudad es insufrible.
Si sólo llamamos “inflamación” a la respuesta de reparación del daño, que consiste en la vasodilatación de los vasos del lugar, la apertura de poros y el paso de leucocitos desde el torrente sanguíneo a la zona dañada (tumor, rubor, calor), es evidente que en la crisis de migraña no hay tal inflamación. No pasan células a las meninges. El líquido cefaloraquídeo es normal. No hay “meningitis”.
Si llamamos “inflamación” a un estado de alerta preventivo que no incluye los fenómenos vasculares que definen a la verdadera inflamación, podremos hacerlo si nos da por ahí, pero no es cierto.
La ciudad no está inflamada. Sólo confinada. Aburrida. Harta. Desesperada. Sin horizonte. Sin mal bicho presente. Lo del bicho fué ya hace años o ni siquiera existió (no es como la inflamación actual con bicho presente).
El cerebro de la migraña no está inflamado sino difamado, desinformado. No está destruido, sino instruido. No hay tales generadores. El sistema neuroinmune actúa de modo integrado, aplicando toda la información disponible para cada escenario. El “generador” es la narrativa que cada sistema defensivo va construyendo según intenta tomar la medida al mundo.
– Eso de que la migraña se aprende y puede desaprenderse es una memez. Charlatanería barata.
Todos tenemos una cuota variable de error en lo que decimos y todos deberíamos aprender a desdecirnos si se nos aportan pruebas racionales.
Si llamamos “inflamación” a un estado de alerta preventiva podemos hacerlo, pero habría que cualificar cada estado: si reiteradamente se activa sin que no suceda nada estaríamos ante una “inflamación” errónea, innecesaria, tal como sucede con las reacciones inflamatorias alérgicas.
Puede que para algunos lo que proponemos es charlatanería. Al menos resulta barata. Con unos pocos euros, algunos salen del despropósito migrañoso. Basta con leer el libro o hacer un curso.
¿Cerebro inflamado?
No estoy de acuerdo.
Cerebro difamado.
Know pain, no pain.
Información buena, bonita y barata.
Sin efectos secundarios.
No tiene nada que perder. Sólo el dolor (Kevin Allcoat)
Aunque tenga una sensación creciente de que se nos ha ido la cabeza al convertir la construcción social en Dios, tengo bastante certeza de que en este tema y en muchos otros (mi ramo es la salud mental, así que imaginad) hay muchos más memes que genes. Y mira que me cae mal Dawkins pero con lo de los memes estuvo bien.
Moliss: hombre, lo del gen egoísta tampoco estuvo mal.
A ver… sí, claro. El señor ese me pone nervioso por su cosa autoritaria. Algo muy extendido entre mucha gente que se define “excéptica” pero que se parecen más a hooligans o santos cruzados que otra cosa. Supongo que las redes sacan lo peor de mucha gente.
Moliss: me temo que tienes razón.
*escéptica (quicir)