Tendemos a disociar lo físico de lo psicológico. El soporte físico corporal, la casa, de quien la habita, el yo.
Nos sentimos como una especie de fantasma (“el fantasma de la máquina”) ajeno al trajín de los tejidos y centrado en nuestras ocupaciones. El soporte físico lo queremos silencioso, sin problemas.
De cuando en cuando recibimos recados de “la máquina”. Los llamamos “síntomas”. Hacemos cábalas chapuceras sobre posibles averías y con un par de pastillas solucionamos aparentemente, el problema. Si el problema sigue llevamos la máquina al box de los ingenieros para que con la máxima celeridad identifiquen y reparen la avería para devolvernos al circuito.
– Me duele el cuello
– Túmbese… Ya está. Lo tenía contracturado.
Otras veces nos dicen que la máquina está bien, que tiene que ser cosa del “fantasma”, es decir, el individuo, más o menos consciente.
– El coche está bien. Probablemente es un problema de cómo lo conduce. Llévelo al psicólogo.
Hoy en día intentamos evitar esa dualidad y los neurocientíficos proponen el modelo de la mente corporeizada (embodied mind). La mente, el cerebro, no sería mas que un inmenso archivo que ha registrado todo lo que ha sucedido y pudiera suceder en la interacción del cuerpo con el entorno. El cerebro construiría una teoría de ese cuerpo, en base a la información extraída y recibida, y lo gestionaría desde esa narrativa histórica (pasada, presente y futura). La mente sería también cuerpo y no sólo un habitáculo físico, una oficina llena de ordenadores complejos, en el que opera el ente psiquico, el yo.
Comparto esa visión. Trato de comprender la mente desde la perspectiva de un sistema complejo adaptativo, situado en el mundo, constituído exclusivamente por células y espacio extracelular, es decir, materia, energía, espacio-tiempo e información. El sistema neuroinmune es el encargado de extraer la información que, implícita y explícitamente, contiene la interacción del organismo con el entorno.
En los sistemas complejos todo es bidireccional (lo que sube baja) y tal como existe una mente corporeizada existe también un cuerpo mentalizado.
– Me duele el cuello.
– El cuello está bien. Se mueve mal. Está protegido, pero no debiera estarlo. ¿Qué piensa usted de lo que su mente piensa sobre su cuello?
– YO no pienso. Me duele. No entiendo eso de pensar sobre lo que mi mente piensa…
Cuando la máquina está bien y uno es un conductor normalucho hay que pensar en lo que la mente piensa sobre lo que puede pasar en cada viaje (acción).
La mente está corporeizada, pero el cuerpo también está mentalizado. Contiene información, memoria de infinitas acciones previas, actuales y futuras.
– Vamos a ocuparnos de lo que piensa su mente. Necesitamos mentalizarle a usted sobre la importancia de la mentalización de su cuerpo.
Suena extraño, muy extraño, pero no debiera ser así. Los padecientes debieran ir mentalizados a la consulta.
– Buenos días. Vengo a mentalizarme. Necesito información para mentalizar yo a mi mente de los errores que comete.
Urge mentalizarnos todos sobre la mentalización somática. A veces son los tejidos, el coche, las averías. Otras es la mente, la narrativa, el miedo, la incertidumbre, lo que la mente piensa sobre el coche y sobre sí misma, sobre la conducción, en modo automático o manual (consciente-voluntario).
– Yo no quiero que me duela.
No hay que confundir consciente con voluntario, automático con inconsciente.
Los síntomas expresan en la conciencia lo que la mente piensa. El mensaje es claro.
– Su cuerpo está en el modo mental de alerta-protección del cuello. Eso es lo que piensa en este momento su organismo. Creo que a su cuello no le sucede nada amenazante. Debiera conseguir que el estado mental del cuello fuera normal, confiado, libre, explorador, mirón.
– No se me había ocurrido pensar que mi mente pensara eso. ¿Qué me recomienda usted pensar? ¿Qué importancia tiene lo que yo piense sobre lo que mi mente pueda pensar?
No podemos dar órdenes a nuestra mente, pero podemos ayudarla a pensar como es debido y sabido sobre cuestiones de gobierno corporal.
Existimos, luego pensamos. Podemos conseguir que la mente deje de pensar mal para acertar.
Know pain, no pain.
Now, know brain, know mind.
Piensa bien y acertarás.
Excelente entrada en el dia de mi cumple!
Justo mis hijos que están recibiendo clases online dek colegio y están varias horas frente ak computador, dicen que les duele el cuello y ka espalda (en el colegio no) . Mi esposo anda igual con el tele trabajo, dice que las sillas de casa le hacen doler la espalda y ya se ha comprado una silla igual a la de su oficina que llega luego de la cuarentena (cuándo será eso je je).
En realidad no estoy segura si estar muchas horas frente ak computador con una misma postura o mal postura ponga en peligro sus tejidos. Nos han dicho toda la vida que las malas posturas o estar en la misma postura durabte mucho tiempo produce dolor
Aquí ek dolor es justificado? Gracias!