Un padecimiento es una condición o estado del organismo que se expresa en la conciencia como un sentimiento de valencia negativa.
El padecimiento se genera en diversos escenarios, físicos, psicológicos y sociales.
Sin ir más lejos, estamos padeciendo el confinamiento, los que lo sentimos como algo negativo. Puede que haya quien disfrute de él. El disfrute es el estado contrario al padecimiento.
El padecimiento y el disfrute son estados privados. No nos dicen los demás di debemos padecer o sufrir algo. Si quieren saber si padecemos o disfrutamos que lo pregunten. No tiene sentido preguntar a un profesional sobre si tiene o debe padecer o disfrutar algo.
Los síntomas son la expresión en la conciencia del estado de disfrute o padecimiento.
Muchos ciudadanos padecen dolor, cansancio, tristeza, picor, hambre, sed, hormigueos…
Generalmente no saben a qué es debido.
Consulte a su médico.
– No tiene usted nada.
No hay enfermedad pero eso no cuestiona el padecimiento. A veces el saberse sano, elimina el padecimiento. Otras no desaparece ese padecimiento si no hay un fármaco u otra terapia por medio, aunque sólo sea un placebo.
Hay también ciudadanos que no padecen síntomas.
– ¿Cómo se encuentra?
– Como nunca.
– Pues tiene usted una enfermedad. Los análisis…
El problema surge cuando a quien padece síntomas el profesional no le encuentra ninguna enfermedad ni consigue eliminarlos con una terapia. Es alguien que padece sin saber por qué. Sólo tiene la certeza del padecimiento. En muchos casos el profesional no comparte esa certeza.
– No puede dolerle. No tiene nada. Los calmantes tendrían que haberle quitado el dolor.
Sólo quien dice padecer sabe si miente o dice la verdad. Generalmente dice la verdad.
Los profesionales han encontrado un modo de explicar, aparentemente, el misterio del padecimiento sin enfermedad: la etiqueta.
– Es todo normal, pero por los síntomas sabemos que su padecimiento lo genera una enfermedad misteriosa: migraña, fibromialgia…
Puede que se trate de una falacia argumental. Ponemos una etiqueta a la ignorancia y resolvemos, falazmente, la situación (falacia nominal).
Hay padecientes sanos pero con etiqueta de enfermedad, sólo etiqueta. Migraña, fibromialgia…
Hay padecientes enfermos que disponen de enfermedad y la etiqueta correspondiente. Una infección, cáncer…
Hay enfermos que no padecen (asintomáticos), pero que disponen de una etiqueta de enfermedad. Cáncer asintomático…
Hay padecientes sanos que no disponen de etiqueta de enfermedad.
– No tiene usted nada. Le envío al psicólogo.
Un padecimiento sin enfermedad es un estado biológico que puede mortificar e invalidar de modo extremo, incluso más que una enfermedad.
Si consideramos la definición de la OMS de enfermedad:
«Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible».
no podemos considerar a muchos padecimientos como enfermedad, a pesar de la mortificación e invalidez que generan.
La etiqueta consigue el certificado de enfermedad de la OMS. La fibromialgia, la migraña, el dolor crónico, son enfermedades, aunque no quede claro que exista «una causa en general conocida».
Desde la perspectiva de las enfermedades autoneuroinmunes, generadas por un error evaluativo de amenaza por parte del sistema neuroinmune, podríamos considerar a todos los padecimientos como enfermedades. Bastaría con aceptar el relato del padecimiento del padeciente y el dictamen del profesional sobre si existe o no una enfermedad (en sentido clásico).
– Me duele… ( o cualquier otro padecimiento).
– Le creo. Es todo normal. Su sistema neuroinmune está en modo alerta-protección porque comete un error de evaluación. Es una enfermedad autoneuroinmune. La hemos etiquetado como migraña, fibromialgia…
– ¿Qué me aconseja hacer?
– Tenemos que informar a su sistema neuroinmune del error y tratar de subsanarlo.
Es algo accesible en los errores del subsistema neuronal. Es muy cuestionable, pero no imposible teóricamente, en los errores del subsistema inmune.
Educación en sistema neuroinmune y su función evaluativa.
Con o sin etiquetas, pero sin misterio.
Know pain, no pain
Buenos días Arturo.
Antes de nada quiero felicitarte por tu increíble labor de divulgación, soy fiel seguidor de tu blog y tus publicaciones desde hace años, y comparto completamente tu planteamiento respecto a la migraña (y otras etiquetas).
Comento por primera vez con la intención de que me aclares (sino es mucho pedir y demasiada molestia, espero no parecer demasiado descarado) que relación hay entre la migraña/asma/alergias/dermatitis atópica bajo tu punto de vista, he buscado personalmente algunos estudios científicos y he visto que hay una «asociación» increíble entre ellas, y aunque alguna vez te he visto mencionarlas, no has profundizado demasiado (se que el intestino irritable también lo has mencionado alguna vez, y he visto que las personas con asma padecen más de intestino irritable que un grupo control sin asma, y viceversa)
¿Que conexión existe? ¿Hay cierta predisposición? (es algo que investigo porque mi hijo tiene asma y dermatitis)
Gracias por tu increíble labor, seguiré apoyándola en la medida de lo posible y compartiendo tu contenido y recomendando tus libros a aquellos que sufren de migraña (aunque algunos no están abiertos a ello…)
Un saludo desde el sur de españa.