La conciencia es ese ámbito misterioso en el que el organismo expresa en cada momento, lugar y circunstancia su estado evaluativo-motivacional, es decir, la información que opera como ganadora en ese escenario respecto a una acción u objetivo del individuo y la incitación a que éste ejecute la conducta seleccionada, coherente con lo previamente evaluado.
No siempre lo que el sistema neuroinmune solicita es lo más beneficioso. En muchos casos selecciona y solicita, con apremio variable, una conducta improductiva y costosa.
Una crisis de migraña expresa un estado de alerta-protección descabellado. No sucede ni va a suceder nada amenazante en la cabeza, pero el sistema neuroinmune ha entrado en modo alerta-protección. No hay beneficio. Sólo costes. El individuo está requisado, secuestrado; debe vomitar lo que haya comido; permanecerá aislado en un cuarto oscuro.
El sistema neuroinmune hace balance de su decisión. Lo deseable sería que si la crisis ha sido una chapuza evaluativa se codificara como tal y en ese escenario el sistema operara en el futuro en modo basal, sin miedos irracionales.
A pesar de las evidencias, el error no se corrige. Se resiste al cambio. Sigue repitiéndose, incluso con mayor frecuencia e intensidad.
¿Por qué?
Muy sencillo. Por sentido común.
Si el sistema neuroinmune ha entrado en estado alerta-protección es porque en ese momento, lugar y circunstancia, opera como ganadora una evaluación de amenaza, en base a la información acumulada a lo largo del aprendizaje.
¿Pero si nunca sucede nada no aprende del error reiterado?
Eso parece. La información de instructores tiene más peso que la información de los sensores meníngeos trigeminales.
Dicen los neurólogos que esos sensores meníngeos están en modo hipersensible porque un supuesto centro “generador de migraña” de condición genética hiperexcitable ha sufrido un paroxismo de actividad que ha acabado, no se sabe bien cómo, sensibilizando los sensores.
No consideran el pool de conocimiento que el sistema neuroinmune ha ido validando. Lo dan por bueno. No es cuestionable. Es Ciencia.
En mi opinión el sistema defensivo construye una idea de organismo y de las consecuencias que pudiera acarrear la interacción con el entorno, en cada uno de los escenarios. Si entra en modo alerta-protección es porque la evaluación, la información ganadora, la hipótesis predictiva contiene el temor a que algo nocivo suceda. En ese estado evaluativo la información del trigémino no basta. La imaginación, el miedo, se impone.
Sucede lo mismo en una crisis alérgica. El polen es inofensivo. No es una bacteria. Nunca se produce una infección. No hay destrucción de tejido, como sucede cuando se cuela un virus o una bacteria.
Se ha activado la alarma. Se ha producido la inflamación de mucosas. Lagrimeo, estornudos, picor, asma… Ninguna evidencia de agresión a los tejidos. Nada cambia. Se repetirá el error. La evaluación de amenaza se refuerza.Lo evaluado, aunque sea erróneo se impone sobre los hechos (no ha habido infección, muerte celular).
La conciencia es un ámbito interactivo entre el organismo y el individuo, que no deja de ser mas que una parte de ese organismo.
Desde la conciencia el individuo puede rebelarse, objetar a su sistema neuroinmune, más en concreto al subsistema neuronal.
“Hay un error evaluativo en los circuitos” “No está sucediendo ni va a suceder nada amenazante, pero se ha activado el estado de alerta-protección”.
Si el individuo pudiera trasladar su convicción al pool de conocimiento del sistema, cesarían o atenuarían las crisis. No disponemos de un teclado para hackear la red e imponer nuestra propuesta. Sólo podemos interiorizar la convicción, objetar y actuar de modo coherente con lo que ahora sabemos.
Tenemos herramientas: el conocimiento de lo que realmente pasa; la atención; la imaginación; la decisión de no ejecutar lo que el sistema nos solicita-exige.
Sin angustia, sin prisas pero sin pausas.
El subsistema inmune no genera conciencia que permita al individuo interactuar con los centros evaluadores directamente.
Sólo a través de la conciencia neuronal, ese misterioso ámbito interactivo, podemos discrepar y objetar, rebelarnos, desobedecer a lo que la red neuronal propone.
Si padece migrañas u otras etiquetas similares que expresan un error evaluativo no detectado ni corregido, ya sabe lo que puede hacer: consultar al médico y obedecer. A veces es lo correcto, pero no siempre y en el caso que nos ocupa, es mejor objetar, ir en dirección contraria.
Desobedecer y hacer justo lo contrario de lo que aconsejan.
Know pain, no pain.
Hola Arturo , ante todo agradezco infinitamente este blog que es una herramienta para los que queremos “desaprender ” y re enfocar nuestro dolor desde otra perspectiva, yo estoy en ese proceso, no sufro de migrañas pero tengo un dolor crónico cervical que se complica con dolores difusos dorsales . Si bien he abandonado el tratamiento conservador de medicamentos aún sigo en terapia física y aquí va mi consulta. Quiero saber si es un sesgo de información cuando me dice mi terapeuta que tengo los problemas por una disfunción visceral ( de allí la justificación del dolor ) esto no hace más que darme vuelta a la cabeza y cuando leo las entradas pienso que tal vez sea otra información equivocada que no hace más que seguir enraizando el problema. Desde que me dijo eso he tenido malas digestiones y claro dolor dorsal referido. Me considero una persona con una alimentación saludable y cuando leo de los desencadenante sin sentido en la migraña pienso que estos referidos a la alimentación puede ser lo mismo que me estén tratando de hacer creer en mi caso. Gracias por tu atención , ayuda y entrega en esta gran labor que haces difundiendo información de alta calidad !
Manjari: lo que yo creo y defiendo es contrario a lo que te cuenta tu fisioterapeuta.
Gracias por tu respuesta Arturo, necesitaba escuchar tu opinión, en ocasiones es difícil salir de una creencia por como te la fundamentan, en principio me comentan que cuando hay problemas en la fascia visceral, está por su conectividad, e inter relaciones llega a repercutir en toda la reorganización músculo esquelética, ya que fascias y músculo están comunicados, así la actitud postural es condicionada con mayores tensiones en una zona como el cierre corporal que se evalúa en un análisis postural y puede dar cabida a compensaciones musculares por sobre uso de ciertos grupos muscularea y por deshueso de otras. También me comentaron que mi dolor cervical podría ser originado por la rectificación e inversión de curvatura cervical, que tengo un cuello inestable y que hay músculos que están sobreprogramados y otros desactivados que no le ofrecen un adecuado equilibrio muscular por lo que estoy predispuesta a las tensiones musculares siempre. Cuando leo tus entradas y haces notar que la artrosis, ni las alteraciones cervicales , osteoporosis,etc deberían ser fuente de dolor me quita esa imagen de ” fragilidad ” y etiqueta de ” vulnerabilidad” pero claro cuesta también derribar los mitos de premisas bien estructuradas como la causalidad de cadenas musculares, estructurales o fasciales. Te pregunto porque mi curiosidad hace que busque corroborar toda la información que recibo, No tengo evidencia de estudios que corroboren fascias viscerales con dolor ,( no se , si tú has leído algo sobre este nuevo campo de terapia ) solo el sustento biomecánico y de integridad del cuerpo con que argumentan los profesionales que suena lógico pero que contradice en parte a mi resolución del problema desde el punto del conocimiento neurofisiológico, dándole el protagonismo a la red neuronal que tanto merece mi atención y sobre el que quiero enfocarme.
En resumen necesito saber que esté problema no obedece a problemas fasciales, posturales, de rectificación cervical , sino a una red neuronal sobreprotectora.
Un saludo Arturo, cada palabra tuya me ayuda muchísimo.
Como siempre, una entrada magistral, completa y profunda. Muchas gracias. Es verdad que no disponemos de un teclado para hackear la red y quizas eso sea parte de nuestra protección, porque con un teclado y nuestras ideas tan “dramaticas” podriamos liarla mucho.
Estimada Manjari,
Yo también sufro de cervicales y he consultado multitud de especialistas. Los hay que hacen referencia a las alteraciones viscerales, sobre todo en osteopatía. Si buscas en youtube aparecen sesiones explicativas sobre la relación del higado y un problema dorsal. Yo he probado de todo, porque siempre hay gente que te dice que le ha funcionado esto o lo otro.
He buscado base científica, cuando te duele tanto el cuello, lo dejas de mover normalmente, evitas el dolor. El cuerpo compensa esa anomalía para que te sigas moviendo. Esos músculos que dejan de trabajar como bien dices, son los estabilizadores profundos, y son los superficiales y grandes los que sobretrabajan. Eso dice la teoría. La solución, ejercitar esos músculos profundos. Hay quien te puede decir (fisioterapeutas) que eso no es la causa, que hay mucha gente que tiene una postura horrible y no les duele.
Hay cierta tensión muscular que cansa los músculos. Cuando estoy muy nerviosa levanto los hombros y los contraigo fuertemente. Personalmente creo que no es bueno para mí. En conclusión, la base de esta lección para mí ha sido, me duele y voy a responsabilizarme de mi dolor. El ejercicio es antiálgico y una necesidad del organismo. Voy a fortalecer muy suavemente músculos que apoyan a mi cuello en la postura, la buena postura con ese soporte sale sola (faja abdominal, por ejemplo). Ejercicios específicos para estabilizadores profundos y recuperar una movilidad normal, volviendo a mover el cuello como antes. Propiocepción, ejercicios para determinar la posición de mi cuello en el espacio. Muy interesante el cuerpo virtual. Lo que quiero decir, a veces debes creer que hay un problema de alarma, pero también después recuperar tu normalidad en el cuerpo, sobre todo en el movimiento, recuperar el control y encontrando el ejercicio que se adapte a ti. Yo estoy en ello, aunque tenga una patología de base, la sensibilización está ahí.
Estrella: los pequeños músculos profundos del cuello son los que se encargan de moverlo, es decir, mirar con agilidad y precisión lo que pasa a nuestro alrededor. Son equivalentes a los que mueven los dedos para manipular, tocar, palpar. No es una cuestión de ejercicio para fortalecerlos sino de actividad con un objetivo para ir haciéndose con habilidades motoras. Mirar es como palpar. Para aprender sólo hay que practicar sin miedo, con variedad de estímulos.
Cita del Dr. Arturo Goicoechea: ” A pesar de las evidencias, el error no se corrige. Se resiste al cambio. Sigue repitiéndose, incluso con mayor frecuencia e intensidad.
¿Por qué?”
Estimado Dr. Goicoechea,
para dar respuesta a su pregunta desearía citar a la Sra. Vidyamala Burch, ella también se dedica a difundir un mensaje muy parecido al suyo con respecto al dolor crónico. En un vídeo de ella por youtube, del que no sé si puedo poner link y no lo haré por si acaso, dice que el cerebro alarmado ante lo que cree un peligro nos envía ese dolor y que debemos hacerle caso, mirarlo, atenderlo, (no eludirlo ni evadirnos de él). Pone la metáfora del niño asustado por algo que acude a su padre para que lo proteja y lo tranquilice, si no le hace caso cada vez llorará más, gritará más, hará más por atraer la atención del padre. Por el contrario, si el padre lo escucha con verdadera atención, lo reconforta, le hace ver que él no está asustado y le da las razones de por qué y se asegura de que es comprendido y de que el estado emocional del niño ha cambiado, que ya se siente seguro y confiado, el niño ya se podrá ir a jugar tranquilo. Si este comportamiento se repite, el niño cada vez temerá menos y acudirá también menos a su padre, ya sabe que no pasa nada. Esta metáfora creo que también se la he leído a usted, lo que a mi me llamó la atención sin embargo fue lo de atender el dolor en lugar de no hacerle caso, que es lo que yo hacía hasta ahora sin mucha fortuna.
Conclusión, desde que escuché esto lo puse en práctica, y ahora cuando me da migraña miro el dolor, lo estudio con mucha atención, cuánto duele, su intensidad, por dónde anda, si palpita, si quema. Le hablo a mi cerebro (mi metáfora es “El guardián” (también lo escuché en una meditación de youtube) y le hago saber con cariño que escucho su miedo y lo entiendo pero que yo no lo siento, le explico por qué y que tengo buen ánimo y me voy a la calle a darme un paseo o a hacer lo que tenga que hacer, que si se viene. Si lo hace lo sigo mirando y me acompaña, mantengo el buen ánimo, aunque comience siendo una actuación, poco a poco me creo el papel, y cada mes más veces al mes, el guardián tranquilo y confiado de que efectivamente estoy bien retira el dolor. Es importante que el estado emocional cambie (con sus hormonas correspondientes) porque es el lenguaje que entiende el cerebro, de nada sirve lo que te digas mentalmente si sigues depre, asustado, enfadado, hastiado, etc.
Le agradezco profundamente sus libros y la información que divulga, me ha ayudado muchísimo, hasta ahora más que ningún tratamiento preventivo (ninguno me mejoró nada). Le he hablado de usted a mi Dra. de cabecera que se ha interesado mucho por su web y me anima a seguir.
Albanta: muy interesantes tus reflexiones y respuestas. Hay dos estrategias atencionales a explorar respecto al dolor 1) no hacer caso y centrarse en lo que uno está haciendo, apoyándose en la convicción de que no sucede nada alarmante 2) hacer caso al dolor y dialogar internamente enfriando el impacto emocional, “tranquilizando al niño”, según sugieres. Cada cual escoge o explora una de las dos o ambas.
Reitero mi agradecimiento por el comentario y espero que ayude a los lectores