La red neuronal no es mas que química organizada biológicamente. Química con historia evolutiva, capaz de generar memoria-predicción; capaz de imaginar, aprender, detectar y corregir errores o de emperrarse en ellos, creando bucles que alejan de la realidad y someten al individuo a mortificación y disfunción.
La química de las neuronas construye una narrativa, una teoría de organismo que selecciona, entre muchas opciones (con las correspondientes consideraciones sobre costes y beneficios) una ganadora, no siempre la más ajustada a la realidad.
A veces, la red neuronal opera de un modo poco adaptativo y genera estados de alerta-protección injustificados. En la conciencia se expresan estos estados como “síntomas”. El dolor es uno de ellos.
Los expertos evalúan esos síntomas, para ver si expresan un estado de amenaza real o aparecen en ausencia de un evento de lesión o enfermedad que los explique y justifique. En este último caso agrupan los síntomas y describen síndromes, etiquetas que sólo sirven para que el paciente sepa lo que ya sabe aunque desconoce el nombre que los expertos ponen a su padecimiento.
-Tiene usted una migraña.
-¿Cómo lo sabe, usted?
-El dolor afecta a media cabeza, y se acompaña de vómitos e intolerancia a estímulos sensoriales. Usted me lo ha contado.
-¿Por qué tengo “migraña” y qué hago para no tenerla?
-Su cerebro no es normal, de nacimiento. Es hiperexcitable. Tome estos fármacos “antimigrañosos”
Los fármacos “analgésicos”, “antimigrañosos”, modifican la química de los estados de conectividad. Lo hacen bloqueando algunos de los mensajeros que las neuronas liberan para que se ejecuten las decisiones que operan en la red. Son fármacos “anti”
Si introducimos esos fármacos en la red, el estado de conectividad modificado puede expresar en la conciencia unos sentimientos distintos o que todo siga igual. En todos los casos sabremos en qué medida la “opinión” de la red se ha modificado o no, por cómo se comporta el dolor.
-Tengo que tomar un ibuprofeno… o un triptan. De otro modo el dolor sigue.
Piensa el paciente, lógicamente, pero erróneamente, que el fármaco ha bloqueado la química del dolor.
No es así de simple.
El ibuprofeno, el triptán o cualquier otro compuesto “anti”, han modificado el estado de conectividad porque han cumplido con lo requerido por la red.
Es la acción de tomarlo, junto con un ligero cambio químico en los mensajeros, la que hace que, cumplida la exigencia, se disuelva la evaluación de amenaza.
El mismo efecto puede conseguirlo una cápsula vacía, presentada como portadora de un potente y novedoso analgésico.
El poder de los neurofármacos es pequeño comparado con el poder de los estados de conectividad, construidos en el aprendizaje. Son las expectativas y creencias las que mandan.
Dicen los expertos que todo sucede porque hay una química alterada y que no queda otra que neutralizarla. No existe aprendizaje, errores evaluativos, estados de conectividad injustificados.
En mi opinión sucede justo lo contrario.
La química es normal y corresponde a estados de conectividad de alerta-protección.
Lo que se debe hacer es modificar las expectativas y creencias erróneas, disfuncionales, mortificadoras.
De ese modo la supuesta química alterada se “normaliza”. Ya no se precisará ayuda molecular externa. No será necesario tomar una pastilla para flotar. Bastará con que se pierda el miedo al agua, desde la convicción de que uno tiene flotabilidad potencial y que se hunde porque está instruido en la convicción de que su flotabilidad es patológica, congénita.
Los neurofármacos sólo sirven para aplacar síntomas. A veces ayudan a corto plazo, pero hipotecan el futuro.
Expectativas, creencias, miedos, desconocimiento, bucles fóbicos, errores evaluativos, sesgos de confirmación…
Ahí hay que trabajar, una vez se comprueba que las evaluaciones de amenaza, la convicción de enfermedad, son erróneas.
De lo que se cree se cría..
Créaselo
“Los fármacos «analgésicos», «antimigrañosos», modifican la química de los estados de conectividad. Lo hacen bloqueando algunos de los mensajeros que las neuronas liberan para que se ejecuten las decisiones que operan en la red. Son fármacos «anti”
Entiendo que el fármaco si modifica la química de la conectividad. Entonces sí hacen algo a pesar de no haber daño ?
Estaba pensando entonces como funciona por ejemplo si se rompe un brazo y se da analgésicos potentes. Como funcionan estos para bloquear el dolor?
Es una duda que me saltó hace tiempo. Cómo funciona un analgésico..
Gracias!!
Neurociencia del miedo
Esquema tosco
Percepcion cortex visual o auditivo y al mismo tiempo— amigdala—- respuesta fisiologica(SNA)+ endocrina+ conductual( mode huida lucha paralisis)
Hipocampo ( recuerdos)i conexion talamocotical por en medio
Proyeccion en la conciencia—- evaluacion (es para tanto o falsa alarma…)
Si hay potenciacion de la red con falsas alarmas: mal vamos
Si hay inhibicion: bien
Los farmacos pueden ayudar pero no es suficiente….
Quizas demasiado simple pero no es pseudociencia…
Saludos
Siempre me ha venido a la cabeza que una red demasiado sensibilizada es como un coleccionista de cromos compulsivo. Todos podemos coleccionar pero este lo hace sobremanera.
Si le seguimos ofreciendo cromos para superar su conducta vamos mal. Si cada vez le dosificamos los cromos y le vamos dando menos creo que le ira mejor y podra abrirse a otras actividades. Diversificar intereses.
Isadiogo: los fármacos no bloquean el dolor, sino la información de daño que recogen los nociceptores.. Esa información no llega a las áreas cerebrales que producen la percepción de sufrimiento. El cerebro actúa como si no estuviera sucediendo nada.
Pep: como siempre, suscribo y agradezco tus reflexiones
Eso no lo sabía Dr. Arturo!
Ahora lo entiendo todo. Por eso es que al no haber daño no hay que bloquear.
Todos los días se aprende algo. Gracias.