Si padeces dolor u otros síntomas podemos ayudarte en GoiGroup, la nueva plataforma que hemos creado con Arturo Goicoechea dedicada a pacientes y profesionales.


El error evaluativo (predictivo) neuroinmune

El aire contiene moléculas de polen, gramíneas, polvo doméstico…

El Sistema Neuroinmune, encargado de detectar amenazas, evalúa ese aire como peligroso y activa el estado protector, innecesariamente. Alergia a ese aire. Error evaluativo.

Células sanas, competentes del riñón, son evaluadas como amenazantes. El Sistema Neuroinmune activa programas de muerte y uno pierde sus riñones. Enfermedad autoneuroinmune. Error evaluativo.

Es fin de semana. El Sistema Neuroinmune evalúa amenaza en la cabeza y en lo que pueda comerse esos días. Mejor quedarse en casa, a oscuras. Migraña (dolor, vómitos, intolerancia sensorial). Error evaluativo.

Es un día normal como otro cualquiera. El Sistema Neuroinmune, por motivos que se nos escapan, evalúa enfermedad y activa los recursos de protección como si esa enfermedad existiera. Dolor generalizado, cansancio, rumiación, falta de concentración, sueño no reparador. Fibromialgia. Error evaluativo.

Duele la zona lumbar. Cualquier intento de moverse intensifica el dolor. Uno se siente rígido. El Sistema Neuroinmune ha evaluado amenaza en el movimiento y ha activado recursos de protección y desmotivación. Lumbalgia. Error evaluativo.

El error forma parte del aprendizaje. El componente evaluativo adquirido (aprendido) del Sistema Neuroinmune va a cometer errores, con toda seguridad, a lo largo del aprendizaje. La interacción del organismo con el entorno genera amenazas, no siempre evidentes. Ante la incertidumbre, el error menos costoso: evitar lo que no reúne suficientes garantías. No comer ninguna seta es más seguro que ir probándolas todas.

Rectificar es de sabios. El componente adquirido (aprendido) del Sistema Neuroinmune no es sabio de nacimiento. A través del error-ensayo-error va tolerando lo que de entrada evitaba y evitando lo que, por ignorancia, aceptaba.

No siempre da en el clavo. A veces evita lo inofensivo y otras acepta y promueve lo ofensivo.

El organismo es absolutamente opaco, inconsciente. Sólo la experiencia, el error-ensayo-error, permitirá ir afinando el proceso evaluativo, a veces, con heridas de guerra.

La observación de los errores ajenos puede evitarnos errores propios.

El consejo de los expertos en opacidades internas y externas nos alertarán de lo que debe evitarse. Etiquetarán enfermedades misteriosas y nos dirán lo que tenemos que hacer para minimizar el sufrimiento.

Migraña, fibromialgia, dolor ·músculoesquelético”…

No haga esto y lo otro. Le conviene esto y lo otro. Prevenciones y terapias.

El Sistema Neuroinmune, dicen, está enfermo. Evalúa mal, por causa de esa enfermedad. misteriosa. Es una enfermedad sistémica. Muchos factores se suman. Genes, emociones, alimentos, tóxicos, estreses, hormonas…

El caso es que el Sistema Neuroinmune alerta y protege de modo sensible, excesivo, innecesario. Residir en un organismo así es insoportable.

¿Y si el Sistema Neuroinmune no estuviera enfermo? ¿Si “solamente” estuviera equivocado?

¿Si fuera capaz de detectar el error y subsanarlo?

El aprendizaje del Sistema Neuroinmune se realiza en un entorno artificial, modificado por la cultura. Puede que esa modificación, que incluye el consejo de los expertos en opacidades internas y externas, facilite los errores. ¿Quizás demasiada higiene? ¿Quizás demasiados remilgos? ¿Es el organismo algo tan sensiblero, vulnerable e incapaz de adaptarse?

Los expertos encuentran hernias, desgastes, degeneraciones, contracturas, defectos estructurales…

Describen nuevas enfermedades. La civilización, el modo de vida…

¿La información puede ser patológica, inducir al error evaluativo?

¿No puede ser un error ignorar el proceso de aprendizaje y echar la culpa a los genes, estreses, alimentos y demás?

Personalmente pienso que tal error existe y que puede ser la clave. El Sistema Neuroinmune no es infalible.

La cultura puede inducir al error circular.

La cultura puede autoconsiderarse como infalible y no detectar y corregir los errores que comete.

Los neurólogos tienen más migraña que cualquier otro colectivo.

Puede que sea una enfermedad profesional.