No existe la mente. Sólo hay moléculas. La Ciencia lo dice. Dejémonos de mentes y espíritus. Lo de la mente es lamentable.
En los cursos no damos moléculas. Nos limitamos a explicar a las mentes lo que sabemos sobre Biología del dolor. El alumnado, una vez comprendido y aceptado lo explicado, decide mayoritariamente cambiar su estrategia de afrontamiento.
Hartos de la ortodoxia molecular y otras ortodoxias, aceptan nuestra heterodoxia, la propuesta políticamente incorrecta. Abren sus mentes al conocimiento.
Recomiendan los neurólogos, desde sus evidencias científicas, atajar las crisis tomando precozmente el calmante que ellos prescriben. También recomiendan identificar y evitar los “desencadenantes”.
Los nuestros hacen justa-mente lo contrario:
Cuando asoma la crisis interiorizan lo aprendido (“hablan mentalmente con su cerebro”), no toman el calmante y tratan de desviar la atención a la actividad en curso. Se olvidan de identificar sus desencadenantes y si ya los tenían identificados, en vez de evitarlos se acercan a ellos.
– Cuando comienza el dolor recuerdo lo aprendido. Sé que no hay daño ni va a haberlo. No hago caso y me centro en lo que voy a hacer. Antes evitaba el vinito. Ahora lo tomo y lo disfruto. No sucede nada. Antes me costaba una crisis.
Las nuevas tecnologías de la ortodoxia permiten a los pacientes saber con antelación que en unos minutos comenzará el festejo. El dispositivo de monitorización, conectado al móvil, activará el aviso: “en 30 minutos, crisis. Tómate el ibuprofeno”. El tiempo es vida.
En otra prestación avanzada el paciente ortodoxo anotará meticulosamente todos los datos solicitados, potencialmente relacionados con la aparición de la crisis. Hay que identificar el o lo desencadenante.
Nuestro alumnado heterodoxo utiliza la mente y parece que les va a bien, aunque no tengamos las evidencias exigidas por la Ortodoxia. Antes han utilizado las moléculas prescritas por las eminencias y ha sido un desastre, quizás porque su mente no colaboraba, con tanto estrés incontrolado, con un dormir desordenado y desmedido, en exceso o defecto.
Nunca he comprendido el significado de “el poder de la mente”. Soy un estricto seguidor de la teoría celular. Para mí no hay más que células y espacio extracelular y en las células y el espacio extracelular no hay mas que moléculas
Desde esta exigencia celular, la mente es un proceso celular-extracelular, es decir, molecular.
Nuestro alumnado ha modificado su estado celular-extracelular y ese nuevo estado disuelve el amago, evidentemente porque se desactiva el estado celular-extracelular, es decir, molecular, que generó la salida a la conciencia (otro estado celular-extracelular, es decir molecular) del dolor, las nauseas y la intolerancia sensorial.
Las células no tienen poderes, sino capacidades. Los riñones no tienen el poder filtrador ni los alvéolos pulmonares el poder aireador. Se limitan a activar estados moleculares que generan su función filtradora o aireadora, obedeciendo a condiciones químicas locales o a mensajeros (moléculas) que les “dicen” lo que tienen que filtrar o airear.
Las células de la mente son neuronas con poderes (capacidades) específicos: memorizan, integran lo memorizado y construyen una narrativa, una idea de organismo y su interacción con el entorno. Este entorno contiene, además de moléculas, información. Esa información se acopla a todo, incluso a las moléculas, y cada escenario molecular no puede evitar su sombra informativa. Cada escenario contiene un estado evaluativo, con su correspondiente sustrato celular-extracelular-molecular
El paciente ortodoxo, recibirá la notificación del inicio de la crisis a través de la app del móvil o por la presencia de los pródromos e introducirá un chute de moléculas de ibuprofeno. Puede que la crisis se contenga, “evidentemente”, porque la molécula sanadora ha bloqueado el guirigay molecular que activaba la crisis. No ha habido mente de por medio. Sólo una simple molécula. Ciencia en estado puro.
Nuestro heterodoxo alumnado se pegará un chute mental y, en muchos casos, la crisis se desvanecerá. “Evidentemente” era una crisis mental, no molecular. De otro modo la crisis molecular seguiría como estaba.
Las creencias y expectativas, la narrativa en la que cada uno vive, construida al calor del aprendizaje tutelado por la cultura experta, es Biología, células-espacio extracelular-moléculas… pero con Historia, con memoria predictiva.
El ibuprofeno contiene también una narrativa, la que se ha construido a lo largo de los años. La toma de la molécula activa esa narrativa, su sombra evaluativa.
El cianuro, el arsénico, actúan por su poder molecular. Matan por ese poder. No valen los placebos. Uno no se muere porque cree que el arsénico es venenoso ni deja de morirse por pensar lo contrario.
En el organismo hay estados mentales, estados evaluativos. A veces tienen que ver con lo que realmente está pasando y otras con lo que se está pensando. La función pensante corresponde al organismo, a lo inconsciente celular-extracelular-molecular, a la red neuronal.
Uno puede ignorar esa función “mental” y ceder el espacio de sus creencias y expectativas a lo que los ortodoxos predican desde sus evidencias. Puede que le vaya bien siendo obediente a sus credos. El ibuprofeno o el triptán obrará maravillas, “evidentemente” por el poder de la molécula.
Puede que las moléculas no puedan amainar la tormenta migrañosa y que a través de la mente el alumnado heterodoxo encuentre el sosiego.
Evidentemente a nuestro alumnado le va bien en muchos casos. Dicen los invidentes que eso es efecto placebo.
Lo sabemos pues el susodicho placebo no es mas que el efecto de las creencias, es decir, de la mente.
De acuerdo. Sólo células-espacio extracelular. Sólo moléculas… pero esas moléculas generan productos mentales: memoria, predicción, aprendizaje, estados evaluativos.
No existen poderes mentales. Basta con pensar en lo que (sabemos a Ciencia cierta) hacen las neuronas.
Hay mentes instruidas en un marco teórico y hay otras instruidas en el contrario. Los dos marcos son procesos con un sustrato molecular que explica el mundo mental.
Mentar a la mente parece que va ser cosa de retrógrados acientíficos…
Algo lamentable.
¿No existe la mente?
Doy una charla o un concierto en un auditorio de 1000 personas completamente vacío.
Luego la repito con el auditorio completamente lleno. Y observo las sensaciones corporales que ahora me atenazan (frecuencia de latidos, necesidad de ir al baño, dificultad en la expresión, sudoración,…) e intento relacionarlo con los pensamientos que me invaden sobre como me están valorando, juzgando, observando, criticando,…
Y eso tan solo es un ejemplo.
Miquel: mente es un término que utilizamos para describir algo que se nos escapa por su complejidad, que no es otra cosa que los procesos biológicos que subyacen a la interacción de un organismo con su entorno, en nuestra especie. Cada uno utiliza el término con un significado diferente. No podemos conocer el soporte celular-molecular que origina la “conciencia”, otro término que utilizamos para poder manejar lo inmanejable. Disponemos de suficiente conocimiento, sin embargo, para poder acercarnos a estos términos desde la perspectiva de los procesos celulares.
Hola Arturo:
Tengo pensado acudir al curso del día 1 en Vitoria, he leído muchas veces su libro y soy asiduo seguidor del blog. Llevo meses con discusiones con mi cerebro en las que he tenido las de perder casi siempre, aunque sí que he disminuido mucho el consumo de analgésicos. Espero sobretodo que la relación directa con otros padecientes y tu ayuda pueda mejorar mi situación. Saludos.
Marcos: me alegrará conocerte y, con toda seguridad, aprenderemos de lo que contáis los pacientes.
Arturo:
¿todo es materia pues?
¿las emociones, los pensamientos y los sentimientos pueden reducirse a procesos celulares? ¿debemos hacerlo? ¿qué conseguimos con ello?
Ayudar al organismo a autogestionarse con más sentido común, más cerca de lo que realmente está sucediendo. y más alejado de lo que los expertos dicen, en algunas materias. Conocemos algo de los procesos básicos, una parte insignificante, dada la complejidad de los procesos biológicos. Esa pequeña cuota de conocimiento puede evitar sufrimiento e invalidez. El marco teórico cultural del dolor en el que trabajan las neuronas, construyendo su narrativa, es, además de incorrecto, alienador,
Decir que “sólo hay células” no eliminar los ámbitos mentales, emocionales, espirituales. Ayuda a comprenderlos desde un soporte biológico mínimo.
Querido Dr. Arturo, todavía no leo su libro y ya siento que lo quiero.
Me declaro heterodoxa, todo lo que publica me ha sido útil, agradezco enormemente que nos comparta su sabiduría. También tengo un problema de depresión endógena ¿Cree que su enfoque me ayude también con los neurotransmisores?
Lamento no poder asistir a su curso, vivo en México y no puedo darme la oportunidad.
Le dejo un abrazo
Claudia: el contenido del libro está desparramado por el blog. Hay cuestiones básicas compartidas por el dolor y la depresión. Si me facilitas tu correo te envío el texto de una monografía que escribí sobre dolor y depresión.
Saludos
Por favor Dr.
ccanchola1@yahoo.com.mx
Mil gracias!!
Saludos
Dr. Arturo me he confundido un poco. Dice que la mente no existe, pero para cambiar creencias hago uso de mi mente y este cambio modifica células o conexiones neuronales. Estoy en lo correcto? Desde que punto de vista dice que la mente no existe. Siento que uso mi mente para tranquilizarme, relajarme y mejorar de la SQM que yo tengo. Gracias!!
Isadiogo: mente es un término confuso, que cada cual interpreta a su manera. La mente es una función, una capacidad, pero es el resultado de la complejísima actividad de la red neuronal. No existe como algo inmaterial añadido a la materia sino como consecuencia de la actividad de esa materia, organizada como sociedad celular con historia.
Estimado Dr. Arturo Goicoechea,
he estado año y medio de baja por migrañas crónicas. No encuentro alivio con ninguna medicación. O no me hacen nada o no las tolero. Lo último que me han pautado son las infiltraciones de toxina botulínica, pero no sé si quiero hacérmelas. Tengo miedo a los pinchazos. Tengo miedo a muchas cosas… He generado un miedo crónico a todo o casi todo. Yo antes no era así. Creo que he sido una mujer fuerte y no me gusta la mujer en la que veo me estoy convirtiendo. He de añadir que soy consciente de que vivo en una continua depresión por el fallecimiento de un hermano. Esto ha condicionado mi vida y creo que llevo un duelo aún no superado, y de esto hace ya 10 años. Acabo de descubrir su libro “Migraña, una pesadilla cerebral”, al cual me acojo como tabla de salvación. Alguna lectura más como recomendación? Dónde puedo encontrar su monografía sobre dolor y depresión que le recomienda a Claudia?, la chica que más arriba le escribe desde México… mucha gracias anticipadas y un afectuso saludo!
Juana
Arturo:
Entonces que pasa con el yoga o la meditacion en el cerebro, se supone que con estas practicas se llega al subconsciente para modificar creencias adquiridas, tambien lo haria un hipnotizador que puede programar tu cerebro para que haga un proposito, por ejemplo una relajacion, estoy confuso, me lo puede explicar.
Federico: todo llega a lo subconsciente. La red procesa los contenidos y aflora a la conciencia lo que aflora, en función de ese procesamiento.
El contenido de mi libro corresponde a una hipótesis propia y sólo lo encontrarás, lógicamente, en ese libro.
La monografía sobre depresión ya no la editan. Si quieres que te mande el texto facilítame tu correo.
Saludos
Hola, soy pediatra ,y veo con atención ciertos pacientes entre los 8 y 12 años que comienzan un historial de cefaleas, fotofobia, analgesicos, etc, que en la mayoria de los casos tienen el antecedente familiar, sobre todo la mdre de migraña. Obviamente hay un sustrato de conducta aprendida. Al mismo tiempo he visto otros de 4-6 años en mas mismas circunstancias. Que opinion le merece esa “herencia ” , o mejor decir aprendizaje, en los niños. Estos quedan, marcados, por lo menos eso creo, pues solo veo niños y no adultos, su caso será al contrario pero me gustaría leer que opina al respecto.
Muy interesante este articulo, al igual que otros, comparto su enfoque .
Saludos.
Dra irma Hernández.
Pediatra nutrologo
Caracas, Venezuela
Mi correo electrónico donde puede enviarme la monografía es juanivilar@gmail.com
muchísimas gracias Doctor!
un saludo afectuoso,
Juana Vilar.
Hola Arturo.
Me podrías enviar a mi también el Monográfico sobre la depresión
Muchas gracias
Irma: en mi opinión, la herencia de la migraña se produce por una interacción compleja entre muchos factores, pero en mi opinión el más poderoso es el de la instrucción por cuidadores y la imitación de modelos domésticos.
Saludos
Celia: si me facilitas tu correo te lo envio
Hola Arturo.
Te envío mi correo
mcartafer@gmail.com
Muchas gracias
Hola Arturo:
Ayer por primera vez, tras meses de conversaciones con mi mente conseguí realmente desactivar una migraña. Se esfumó. Tuve que ser metódico. Me ayudó mucho el consejo de una ex migrañosa ( Mercedes)de la que leí varias entradas en este blog, pero funcionó. Resulta agotador porque consume gran parte de mi tiempo pero tengo el convencimiento de que conseguiré automatizarlo. Soy muy tozudo. Por desgracia no podré asistir el día 1 al curso como tenía pensado por una enfermedad familiar pero iré el siguiente con la lección mejor aprendida. Muchas gracias por todo.