Ayer se celebró, un año más, el Día Internacional contra la migraña.
La misma matraca de todos los años. Los genes, las hormonas, el no se sabe, el no se cura pero se puede controlar si uno se pone en manos de un neurólogo, el estilo de vida saludable, el orden, lo reglado, la promesa de un nuevo tratamiento, la invisibilidad de los pacientes, la necesidad de sensibilizar a la población…
Un año más, no se habla del cerebro, ese desconocido que siempre se evita para no alimentar la sugerencia de que “todo está en la cabeza”. Se prefiere que sea el viento Sur, las hormonas, el chocolate, los músculos, los nervios, la depre. Cualquier cosa menos el cerebro.
Un año más el cerebro es ignorado, invisibilizado por quienes dicen empeñarse en visibilizarse.
Algunos formamos parte de una minoría silenciada (que no silenciosa) y llevamos unos cuantos años hablando del cerebro y su papel en la migraña y en todo lo que todo quisqui piensa, siente, decide, hace o deshace, tal como ya sugirió acertadamente Hipócrates.
Una crisis migrañosa contiene la activación de recursos de alerta y protección que todos tenemos y que deben gestionarse cuando algo amenaza la integridad física de los tejidos.
En una crisis migrañosa no sucede nada amenazante pero el organismo, desde el órgano gestor, el cerebro, activa el estado de alerta-protección. Es un error que debiera detectarse y corregirse pero el cerebro entra en un bucle de retroalimentación positiva y refuerza ese error, gracias a que está instruido, inconscientemente, a hacerlo.
El Sistema Neuroinmune nos protege y defiende… de lo que aprende a catalogar como anenazante.
Se equivoca con frecuencia como todo sistema que debe detectar peligro en un universo tan complejo e incierto como el que fluye entre el organismo y el entorno.
El entorno contiene chocolate, hormonas, vientos y demás pero en nuestra especie hay algo que es muchísimo más contundente y peligroso: la cultura, la instrucción de expertos.
Un cerebro migrañizado es un cerebro normal pero instruido en el error de valorar amenazas.
Las expectativas y creencias son la madre del cordero.
– Tengo migraña.
– ¿Qué piensa? ¿A qué lo achaca?
Esa es la cuestión clave.
Unos piensan en lo que les han enseñado a pensar y quedan atrapados en el bucle migrañizante.
Otros pensamos que debe darse un giro de al menos 90º (mejor de 180º) e ir al Sur en vez de al Norte.
El nuevo chivo expiatorio es el CGRP (péptido relacionado con el gen de la calcitonina). Es un simple mensajero que se libera cuando hay destrucción de tejidos (por ejemplo, en un infarto) para iniciar la regeneración del tejido dañado. En la migraña todo se dispone para proceder a reparar algo que se evalúa como amenazado y, como es lógico, se libera el CGRP, para tener todo dispuesto si hubiera que reparar ese destrozo.
¡Ya lo tenemos! Hay aumento de CGRP en la saliva de los migrañosos. Si administramos CGRP a un migrañoso le provocamos una crisis.
¡Ya lo tenemos! Disponemos de anticuerpos monoclonales frente al CGRP.
Un poco caro pero eficaz y sin efectos secundarios, como si el CGRP fuera perfectamente prescindible en el trajín biológico.
Un año más.
¿Cerebro? No. gracias. Prefiero las propuestas descerebradas.
Un dato que tampoco se cita: los neurólogos son el colectivo de ciudadanos que más migrañas sufre.
Consulte a su neurólogo. Pregunte si tiene migraña.
Hola Arturo, hay que seguir en la lucha, debe de haber muchos intereses farmacéuticos, congresos, medicamentos, recetas, reparto de medicinas alternativas, el gordo de la lotería ha sido distribuido en muchas localidades, por lo que muchísimas personas han pillado un buen pellizco. La medicina necesita de enfermedades sin cura, misteriosas, extendidas, epidemias globales para enriquecerse a costa del miedo, de la somatización, de la cultura, del efecto nocebo… Un abrazo Arturo y larga vida al rey de los neurólogos.
Hola Arturo.
He escrito dos mensajes a entradas tuyas diferentes y no he recibido contestación. Lo mismo no entiendo bien el objetivo de este blog ni tampoco a quien contestas o no. Además de leer entradas ( cientos diría yo con un mensaje idéntico), creo que es conveniente interactuar y subsanar dudas por parte del experto. Entiendo que no es una consulta pero si ni es así se me queda corto es blog.
Sin ánimo de ofender a nadie.
Saludos
Qué comedido! Te ha faltado un poco de rock & roll!!!
¡Exactamente igual casi todos los dolores de espalda! Será la la musculatura débil, será la hernia… En el 90% de los casos la solución es más simple y está en el cerebro. No hay que confundir que los dolores sean muy reales y digamos “físicos”, con que el origen esté en el cerebro que activa las señales de peligro.
Estimado Arturo,
Soy Rocío, de Sevilla, y trabajo como profesora desde hace algunos años. Estas últimas vacaciones he tenido la fortuna de toparme, por casualidad, con sus libros. He padecido migrañas desde el embarazo de mi segundo hijo, hace ya 10 años, y por primera vez he encontrado una salida a esta “pesadilla cerebral” como usted acertadamente la llama. Gracias a las explicaciones de sus dos libros y al seguimiento de sus entradas en el blog, he conseguido prescindir de la medicación prescrita por el neurólogo: Relert. El famoso TRIPTAN, que al principio fue para mí “la gran salvación”, y que se convirtió en “la gran decepción”, ya que pasé de tomar dos pastillas al mes a dos por semana. Algo no funcionaba, pero el neurólogo te dice que no te preocupes que hay tratamientos más fuertes o incluso preventivos, que esto es para toda la vida y que, por supuesto, evite los detonantes: estrés, alcohol, queso viejo(en mi caso tuve suerte y el chocolate no entró en la lista negra del cerebro), cambios de presión atmosférica (¿alguien puede explicarme cómo evitar los cambios de presión?), cambios hormonales, etc…,una lista cada vez más larga para mi desgracia y la de mi familia. Pero, gracias a sus libros, al fin entendí qué me estaba pasando. Me costó explicarlo a mi familia, lo intentaba así: yo no soy migrañosa ni tengo nada diferente a vosotros, me duele la cabeza algunas veces, igual que a vosotros, porque mi cerebro cree que hay un posible daño en mi cabeza. Pero en realidad ese daño no existe, mi cerebro se está equivocando, igual que el vuestro. Pero la diferencia es que el vuestro, detecta el error cometido, detecta que no hay daño real y desactiva el dolor, vuestro dolor de cabeza desaparece. Pero mi cerebro está muy perdido, no ha aprendido bien a evaluar este daño, y no es capaz de darse cuenta de que no hay daño real, por lo que no desactiva el dolor, quiere protegerme, pero se equivoca. Mi cerebro necesita reaprender a evaluar correctamente ese daño, para que actué como el vuestro, desactivando el dolor. Y en eso estoy ahora, reeducando a mi cerebro. Debo reconocer que lo comprendían, pero me miraban preocupados al notarme tan entusiasmada con la explicación, no estaban seguros de que fuera a funcionar. Pero … ¡FUNCIONÓ! La primera vez que logré contener una crisis sin medicación no me lo creía ni yo. Llevo dos meses sin tomar el triptan, debo reconocer que he tomado un par de analgésicos en momentos que me veía con pocas fuerzas para plantar cara al cerebro, pero estoy tan animada, tan feliz. Ya sé cuándo acabará cada una de mis crisis de migraña, porque lo he vivido, no va a ser cuando deje de trabajar en mi ordenador y me meta en la cama y apague la luz, ni cuando le diga a mis hijos que bajen la voz, ni cuando cambie la presión, ni cuando me tome el triptan o el analgésico, va a ser SÓLO cuando mi cerebro espabile y detecte que no hay daño y que se ha equivocado, cuando mi cerebro decida DESACTIVARLO porque NO NECESITA protegerme de NINGÚN DAÑO. Me uno a su grito de indignación ante la comunidad de neurólogos que actualmente trata la migraña, estamos de acuerdo en que el profesional tiene que estar en continua evolución, y más aún los profesionales de la medicina. Le doy las GRACIAS por hacer llegar a través de sus libros estas explicaciones, contribuiré todo lo que pueda en su difusión para ayudar a más personas y para que haya más posibilidades de seguir investigando en esta línea.
Rocío: gracias por tu testimonio y te felicito por perseverar en el empeño desde la convicción que te da el conocimiento. Realmente se siente rabia e impotencia ante la situación. Animo y a seguir en la brega diaria.
Un abrazo
Me leí el libro. Leo sus posts. Hablo con mi cerebro y a veces funciona pero solo un dia o dos, al tercero me tomo un triptan (que ya empieza a no funcionar), porque ya no aguanto más y necesito funcionar un poco. Ahora mismo me duele y llevo así 9 días (sube y baja la intensidad pero no se va). Me desespero, me deprimo, no puedo trabajar…
Quizás mi cerebro esté demasiado contaminado: tengo 45 años y con migrañas (muchas) desde los 6-7.
Anna, yo tengo 52 años, hice el curso con Arturo en 2014 y aunque no he conseguido anular al 100% las migrañas, si que he suprimido TODA la medicación que tomaba para prevenir (16 años!), llevo más de 2 años sin tomar 1 triptan (antes había llegado a tomar ente 2/3 cajas/ mes). Puedes leer mi experiencia en mi blog https://mcolloli.wordpress.com/2015/01/07/despres-del-curs-amb-el-dr-goicoechea/
Mercè, moltes gràcies! Voy a leer tu experiencia a ver si me inspiro 😉