El dolor no informa de lo que sucede en la zona doliente. Se limita a expresar en la conciencia un estado evaluativo de amenaza a la integridad física, en un lugar, momento y circunstancia del organismo.
Donde duele puede estar sucediendo, realmente, algo amenazante o no estar pasando nada. Alarma justificada o injustificada. La alarma siempre es real. Se padece, pero no siempre la amenaza es real.
Si la amenaza real sucede en la superficie (por ejemplo una herida en la piel), podemos visualizar el suceso que explica y justifica el que aflore dolor en la conciencia.
Si no hay nada visible en la superficie debemos imaginar lo que puede estar pasando en el interior opaco.
Una alumna explicaba a las compañeras del curso su estrategia para controlar la crisis de migraña:
– Visualizo el interior de la cabeza.
La convicción de que no está sucediendo nada amenazante puede generar una “visión” de normalidad o, quizás, de un ajetreo neuronal inmotivado. Mucho despliegue de alerta por una falsa amenaza.
Otra alumna ha enviado recientemente este comentario al blog:
Es decir: visualizar. Tomar conciencia de lo que realmente sucede. Apagar lo que no debiera estar encendido. Encender lo que uno necesita para atender a sus tareas.
Hay estados de conectividad que expresan la respuesta de alerta-protección a un suceso nocivo consumado o inminente.
Hay otros que expresan un círculo vicioso imaginativo. Sólo desde y en la conciencia podemos intervenir, para disolver la estructura de la pescadilla que se muerde la cola y engorda. Sólo desde el conocimiento podemos visualizar (imaginar) lo que, realmente está pasando.
Efectivamente las terminales del trigémino han liberado CGRP. Lo hacen siempre que sucede algo nocivo, real o imaginado, preparando el lugar para una reparación que no será necesaria porque no va a suceder nada. Todas las capas de procesamiento de la información están activadas e integradas. Lo imaginado va tomando cuerpo de realidad temida. El dolor, las nauseas, la intolerancia sensorial, afloran. El individuo queda atrapado, integrado, en la red. Sólo él, con su aparente libre albedrío, puede visualizar lo invisible.
– Al final tuve que tomar el calmante.
Tras el calmante se hace la calma. El dolor se desvanece. No hace falta visualizar nada. No pain, no pain. Es lo que importa.
Sin embargo la visualización debiera intentarse. El Sistema motivacional ha mantenido la tensión de exigir la acción de tomar el calmante. Hasta que no se ha ejecutado esa acción calmante, el dolor no ha hecho mas que alimentar el círculo viciado. No existe esa molécula mágica que desbarata la complejidad molecular de un estado de alerta. Sólo apagando la conciencia con un anestésico general podremos eliminar el dolor.
Si la conciencia está encendida lo que procede es visualizar los por qués, conocer la trama que anima el flujo integrado de información errónea y tratar de quitarle fuerza.
El testimonio de Mercedes muestra una de las estrategias. Cada uno da con la suya. No hay éxito garantizado pero la insistencia en el empeño aumenta la probabilidad de acabar disolviendo el bucle.
Visualizar. Proyectar la convicción. Sólo tenemos la imaginación para combatir lo imaginado.
Hola, Arturo. Ayer le daba vueltas a una idea, que voy a intentar plantear. ¿Es posible que el dolor de cabeza se produzca como respuesta de protección a un entorno dañino? Pongo un ejemplo: una persona con dolores de cabeza recurrentes, que vive en un entorno laboral que aborrece, en donde los jefes y demás compañeros minusvaloran todo lo que siente y piensa esa persona. ¿Podría darse ahí el caso en que el cerebro actúe para “hacer ver” a esa persona que tiene que “cambiar de aires? Siento si he sido un poco enrevesado. Muchas gracias por su inestimable ayuda. Lástima que los cursos sean tan lejos de mi residencia. Aún así, sigo leyéndole y aprendiendo. Un abrazo.
Diego: todo puede ser. Todo puede generar correlaciones y asociaciones pero desde el punto de vista biológico, es decir, evolutivo, no tendría sentido lo que propones. Es como si un sistema de alarma para sucesos amenazantes físicos (incendios, derribos, robos…) se activara con cualquier evento aborrecible de los inquilinos(por ejemplo, una falta de acuerdo en la comunidad de vecinos)
Buenos dias dr recién tengo sus 2 libros, cual me recomienda leer de primero? ( la segunda edicion aun no esta disponible por amazon) migraña o jaqueca?
No soy paciente , soy fisio.
gracias de antemano y gracias por todo lo que escribe.
Adrian: todas las ediciones de Migraña, una pesadilla cerebral, son iguales. El libro Jaqueca lo pensé para neurólogos y creo que me salió excesivamente técnico. Aún no tenía completada la hipótesis del error evaluativo, que sí la expongo ya en el otro. No creo que haya un orden mejor. Migraña contiene el contenido de Jaqueca, pero más desarrollado.
¿Es verdaderamente “tomar conciencia de lo que realmente sucede” o lograr producir imágenes que de una manera u otra rompen los circuitos en su actividad nefasta (sacar por representaciones originales un problema de un contexto problemático y así empezar a neutralizarlo, dedramatizar unas señales, cambiar su interpretación, etc. Algo realmente integrado al nivel pre- o inconsciente)? Porque por ejemplo en culturas diferentes se invoca una “realidad” alternativa a la nuestra, y puede funcionar. Y nuestra “realidad”.. Es muy relativa (carácter de caducidad del conocimiento científico, etc).
En los cursos explicamos conceptos, componentes, reales. Los sensores de daño de los nociceptores son reales. El sistema de recompensa es real, etc.
A falta de educación en estructura y función del sistema neuroinmune aparecen las culturas folk que ponen y quitan dolores por efecto placebo. Creo que existe una cultura científica, que siempre debe auditarse y renovarse, que no siempre se corresponde con lo que los profesionales sanitarios predican. Los contenidos de la cultura del dolor son relevantes y pueden constituir el auténtico problema. Si relativizamos dejamos a muchos paciea merced de los vaivenes y dependencias de lo que les digan.ntes
Hace unos días he salvado un desmayo, y fue justo así, visualizando. Estaba en una de esas minúsculas estancias para desvestirme antes de una prueba médica desagradable. En cuanto empezó el pitido de oídos, y el fluorescente a dar vueltas, recordé de golpe: “¡el fiflí que decía Arturo!” Me di cuenta de que efectivamente prefería estar en cualquier otro lugar que no fuera esa salita, y mi cerebro estaba activando amablemente el programa de huida. Visualicé la sangre estancada en mis piernas, y en lugar de tirarme al suelo o pedir ayuda, decidí probar a moverlas. Hice como si trotara, sin moverme del sitio, como un militar desfilando, sin coger aire de más. En cuestión de segundos empecé a ver bien, oír bien, dejé de sentir la necesidad imperiosa de tomar una bocanada de aire… y salvé la situación.
Durante la prueba estuve meditando sobre lo ocurrido, para distraerme, y lo que más me desconcertaba no era lo bien que me había ido en la salita, sino el convencimiento con el que me había puesto a mover las piernas. Era un fiflí, no había atisbo de duda, simplemente lo sabía. Me gustaría, al percibir dolor o molestia, tener ese mismo convencimiento de que no hay daño. Me repito “no hay necrosis, no hay necrosis, recuerda la cistoscopia en la que nadie vio nada, recuerda las pruebas ginecológicas, dermatológicas, todas correctas”, pero no me funciona igual de bien. Me temo que el dolor pélvico sea más complejo que el fiflí, pero por algo se empieza.
No sufro mareos, pero sí que de vez en cuando me han dado lo que han llamado lipotimias, y han achacado a mi tensión, siempre baja. Tengo el convencimiento de que, ahora que sé de verdad lo que ocurre, no volveré a irme al suelo. Como siempre, ¡gracias!
Laura: el dolor pélvico es igual de complejo que otros dolores. Cada ubicación tiene sus fantasmas, sus tópicos, sus miedos. La fprmula es siempre la misma: una vez descartado el daño que justifica biológicamente el dolor lo que toca es liberar la actividad del territorio desde la convicción de que no generamos peligro, sino todo lo contrario.
Si has neutralizado el “fi-fli” podrás con todo.
Gracias Arturo, ojalá aquel fiflí fallido sea un primer paso!
Trato de extrapolar todo lo que leo en blog a mi caso particular, aunque me encuentro alguna dificultad. Por ejemplo, no puedo hacer ver al cerebro que está equivocado siguiendo con la actividad programada pues ya hago mis actividades (qué remedio) independientemente de tener molestia uretral o no. Tampoco puedo hacérselo ver no tomando “la pastilla” pues no tomo nada. Mirándolo desde otra perspectiva, quizá estos dos inconvenientes sean realmente ventajas, sería peor encontrarme de baja y medicada…
Tu comentario me da esperanza, sobre todo hoy que ando con la ovulación y siempre tengo mucha molestia. En días como hoy planea la idea de “ni cerebro ni leches, yo algo tengo que tener”. Leí en uno de los posts sobre migrañas hormonales que basta con que el cerebro asigne peligrosidad al ascenso-descenso de determinada hormona para que se activen programas, no siendo necesario que la persona comparta esa evaluación. Del mismo modo, no basta con que yo sepa que no pasa nada (que estoy convencida), debo hacérselo ver al cerebro. En eso estoy. Gracias de nuevo
Laura: efectivamente todos los procesos biológicos son inconxcientes, pero disponemos del paisaje de la conciencia para tratarde influir en ellos, con el conocimiento, la imaginación, la atención, el control emocional y la toma de decisiones.