¿Sabías que…
la integridad física de tejidos sanos está vigilada y protegida por el Sistema Neuroinmune? Este Sistema está formado por células del Sistema Inmune y del Sistema Nervioso, que trabajan de modo altamente integrado. Detectan episodios de muerte celular violenta, consumada o inminente y activan la respuesta defensiva-reparadora de la inflamación. El Sistema Neuroinmune contiene recursos de vigilancia-respuesta congénitos y complementa con el aprendizaje otros recursos de detección de amenaza.
¿Sabías que…
el componente adquirido-aprendido del Sistema Neuroinmune comete errores de evaluación de amenaza, que dan lugar a la activación de recursos de protección, sin que haya ningún peligro real? Estos errores dan lugar a las enfermedades autoneuroinmunes. Las debidas al subsistema inmune corresponden a las respuestas alérgicas y enfermedades autoinmunes. Las debidas a errores del subsistema nervioso constituyen los denominados “Síndromes de Sensibilización Central” (por ejemplo: migraña, fibromialgia, dolor crónico).
¿Sabías que…
el aprendizaje del Sistema Neuroinmune adquirido está poderosamente influido por el entorno artificial creado por la evolución cultural? Moléculas artificiales, tóxicos, flora bacteriana intestinal, higiene… pueden influir, además de la genética, en el desarrollo de enfermedades por error evaluativo del subsistema inmune. La observación-imitación de modelos y la instrucción experta pueden ser determinantes en los errores del subsistema nervioso. El aprendizaje es, básicamente inconsciente, pero a través del conocimiento, podemos ser conscientes de la existencia del proceso y podemos reconducirlo.
¿Sabías que…
Las células vigilantes del Sistema Neuroinmune disponen de receptores para detectar agentes biológicos y estados físico-químicos peligrosos? Las neuronas vigilantes del subsistema nervioso se denominan nociceptores. No detectan dolor sino señales de muerte violenta consumada (“necrocepción”) o inminente (nocicepción).
¿Sabías que…
el dolor no se genera en los tejidos de la zona que sientes proyectado el dolor, sino en un conjunto de áreas cerebrales que se activan conjuntamente, conocido como “neuromatriz del dolor”? Esta neuromatriz puede activarse sin necesidad de que esté sucediendo nada amenazante. Basta que la evaluación de amenaza adquiera suficiente fuerza de conectividad para que el sentimiento doloroso acceda a la conciencia.
¿Sabías que…
el denominado Sistema de recompensa, o Sistema motivacional, incita a la ejecución de conductas evaluadas como convenientes… aunque no lo sean? El dolor presiona al individuo a ejecutar una conducta de protección y puede intensificarse hasta que se ejecuta esa conducta exigida: por ejemplo, tomar el calmante.
¿Sabías que…
incurrimos frecuentemente en el error de concluir que si B sigue a A es que A ha causado B?. Si después de tomar el calmante (A), el dolor se va (B) no permite concluir que el calmante ha quitado el dolor. Sólo podemos asegurar que después de A ha aparecido B (el efecto analgésico). La acción (exigida) de tomar el calmante ha disipado la evaluación de amenaza (inexistente) y, por tanto, la conectividad de esa evaluación se ha desactivado. El dolor no aparece ya en la conciencia.
¿Sabías que…
la percepción, los contenidos conscientes, no son generados directa y exclusivamente por la realidad, sino por un complejo proceso evaluativo que utiliza toda la información acumulada en el aprendizaje? El cerebro imagina la realidad y la contrasta con la información sensorial. El cerebro imagina el organismo y los peligros que le acechan. Aunque no haya información sensorial de amenaza, la actividad en las áreas imaginativas, promovida por un pool de conocimiento que atribuye peligro a un escenario, es suficiente para que el dolor acceda a la consciencia.
¿Sabías que…
el sistema Neuroinmune dispone de mecanismos de activación y desactivación de los recursos de protección? El tráfico de la información de amenaza real (señal nociceptiva) se modifica a través de los “opiáceos endógenos” (“endorfinas”) haciendo que, incluso en situaciones de daño extenso e intenso, no se proyecte el sentimiento doloroso en la conciencia.
Hay muchos más ¿sabías que…?
En los cursos explicamos estas cuestiones y rebatimos otras como
¿Sabías que…
no es cierto que el cerebro no duele si es estimulado? Basta con hacerlo en el sitio adecuado (“corteza nociceptiva primaria”)
¿Sabías que…
no es cierto que el dolor pulse en la migraña? El patrón rítmico del dolor no se corresponde con el del latido arterial.
¿Sabías que…
no existe una genética que transmita la “enfermedad” de la migraña? Existen genes que interactúan de modo complejo con el aprendizaje. La observación-imitación de modelos familiares y la creencia de que los padres han transmitido la “enfermedad”, facilitan su aparición.
Lo cierto es que los alumnos-as comprenden lo que explicamos y lo aceptan como plausible y que un gran porcentaje de ellos ve reducida sustancialmente la carga del dolor.
Si se discute la conveniencia del modelo pedagógico hay que discutir-rebatir los conceptos que explicamos.
Eso es todo.
Gane la partida .