Los lectores del blog conocen mi propuesta teórica para los “Síndromes de Sensibilización Central”, de los que la migraña, fibromialgia y “dolor crónico” serían las únicas etiquetas diagnósticas que contemplo, pues son las que tengo experiencia suficiente para escribir sobre ellas.
Pienso que se podría considerar este apartado de la patología como un error evaluativo neuroinmune. Serían enfermedades autoneuroinmunes.
El Sistema Neuroinmune se ocupa de la defensa de la integridad física del organismo. Dispone de un componente congénito, aprendido a lo largo de la evolución de nuestra especie, que nos permite defendernos de modo rápido y eficiente de incidentes de daño necrótico consumado o inminente y reparar las lesiones generadas. Este componente congénito complementa sus recursos de detección y respuesta con el componente adquirido-aprendido. Cada organismo, en función de su peripecia biográfica exclusiva y multifactorial, irá configurando un catálogo de lo que es amenazante y actuará en función de lo que ese componente neuroinmune haya evaluado como peligroso, con más o menos acierto, con errores por exceso (lo inofensivo será tratado como peligroso) y por defecto (lo peligroso será tolerado como si fuera inofensivo).
El componente adquirido-aprendido en nuestra especie está poderosamente influido por el impacto de la cultura, bien por el cambio que esta genera en el entorno físico o por la presión de las cogniciones y propuestas conductuales defensivas que propone.
Los expertos somos los que propiciamos esas cogniciones y pautas conductuales defensivas y el ciudadano las asume con más o menos consciencia.
Gran parte de la aportación de la cultura experta ha contribuido eficazmente a la defensa de la integridad física del organismo. La expectativa de vida ha mejorado, gracias a que disponemos de recursos externos eficaces de detección y control precoz de procesos patológicos, que hubieran burlado la vigilancia neuroinmune.
Sin embargo el complemento cultural de vigilancia puede generar un exceso de atribución de amenaza y propiciar estados de alerta neuroinmune innecesarios que generan mortificación e invalidez extrema.
Un organismo razonablemente sano y apto para la tolerancia de diversas variables externas e internas puede hacer la residencia en ese organismo difícilmente soportable, impidiendo la opción de una vida normal.
En ese contexto de error evaluativo inducido por la cultura experta, propongo la opción de la Pedagogía en Biología neuroinmune.
Explicamos a los ciudadanos víctimas de la etiqueta Migraña , Fibromialgia o Dolor crónico, el proceso básico de la vigilancia y protección neuroinmune y el riesgo del error evaluativo por exceso (dar como peligroso lo inofensivo). Explicamos cuestiones biológicas fundamentales desde la perspectiva de la Neurociencia actual y eso es todo.
Los pacientes adquieren ese conocimiento y lo aplican sin que nosotros les demos pautas.
Un porcentaje sustancial, mejora. Menos mortificación e invalidez y normalización de la vida. Menos fármacos.
En la revisión del último curso de migraña, un alumno comentó que a un conocido suyo le expulsaron de un grupo de facebook por dar el testimonio de una mejora sustancial con la intervención pedagógica.
Hace unos años expulsaron a una doctora de una asociación de pacientes por promover el modelo pedagógico.
Basta con exponer la hipótesis para que las redes sociales y las asociaciones de pacientes saquen la tarjeta roja, de modo fulminante.
Se puede ir, incluso, más allá: a la tarjeta roja preventiva: impedir el acceso de la propuesta a los grupos de pacientes o profesionales, ignorarla, despreciarla, tergiversarla.
El organismo acepta y pone a prueba la instrucción de expertos. Las terapias desfilan secuencialmente una vez se admite la etiqueta diagnóstica. Si “funcionan” se aceptan. Si no, se rechazan y se prueban otras.
Cuando ya todo ha sido probado, pero rara vez antes, algunos ciudadanos desesperados se inscriben en algún curso, leen el blog o libros y, en un porcentaje notable, recuperan la vida normal.
El subsistema neuronal del sistema neuroinmune ha aceptado, en los casos favorables, la corrección de la Pedagogía y ha desactivado el punto rojo del peligro a escenarios inofensivos.
El organismo reconsidera tarjetas previas rojas injustas y tolera lo que hasta ese momento evitaba.
Eso, al parecer, resulta insoportable para algunos colectivos.
Puedo comprenderlo pero me genera rabia e impotencia.
A nadie le gusta que le saquen la tarjeta sin motivo.
Sí, nosotros, que vemos lo acertado de la pedagogía del dolor porque lo experimentamos en nosotros mismos, nos vemos confrontados a esa especie de negación cuando lo exponemos abiertamente en nuestros círculos: creo que se saben vulnerables y creen que sienten que se amenaza la concepción que deberían tener sobre su salud mental. Y no hay nada que hacer… ¡sin lucha no hay libertad!
Saludos y ¡gracias!
A mí desde luego me convence mucho más la propuesta teórica expuesta por usted, Dr. Goicoechea, en este fantástico blog para los “Síndromes de Sensibilización Central”, que las soluciones/diagnósticos de dudosa eficacia que me han dado, tanto desde la medicina tradicional como desde otro tipo de terapias alternativas. Leyendo este blog mi dolor mejora. Padezco dolor crónico en pies y piernas y también en la espalda desde una fatídica operación de pies hace 15 años. Fui aprendiendo a que me doliese más y más, conforme visitaba médicos que eran incapaces de explicar las causas de mis múltiples dolores con sus exploraciones. Gracias por la labor tan generosa que realiza escribiendo este maravilloso blog.
Como fisioterapeuta, a lo largo de los años de clínica me he encontrado con muchos casos de dolor complejo, muchos errores evaluativos… Como siempre, buscamos un porqué de lo que ocurre. El paciente se pregunta por qué le duele. Pregunta al profesional. Si no hay causa estructural, pensamos en algo funcional. Pero si lo funcional tampoco da respuesta… Nos queda la baza de lo emocional. Que si, pero algo más falta para poder hacer la relación. A mí me faltaba entender la biología del dolor, me faltaba esa perspectiva para que todo cuadre.
Tengo un síndrome de sensibilización central. Un dolor complejo, que me acompaña desde hace dos años. He pasado por muchos fisios, muchas técnicas. Nada ha conseguido resultados. En las pruebas objetivas no hay hallazgos que justifiquen mi dolor. Hace unos meses me hablaron de esta nueva forma de abordar el dolor crónico. Y, en ello estoy, aprendiendo. Y mejorando.
Como fisio he tenido que tirar por tierra justificaciones a las que recurría para dar una respuesta a la pregunta del paciente acerca del porqué de su dolor. Y reconocer que muchas veces mis explicaciones no hacían más que mantener el error evaluativo del sistema del paciente, y que mis intervenciones incluso empeoraban la situación. Pero creo que este no es un trabajo fácil de hacer…
Una paciente, de las que no podía pasar una semana sin venir a su cita, tras empezar a trabajar con ella con pedagogía del dolor y sentir la mejoría inmediata, me decía, “te vas a quedar sin clientela”… En fin, lo asumo. No quiero más pacientes fisioterapeuta-dependientes. Prefiero personas que puedan aprender y entender lo que les ocurre, y tomar parte activa y responsable en su bienestar.
Los pacientes mejoran, si. No todos quieren, eso también.
La única manera de resistir a la presión de la Santa Inquisición es de aparecer en las Santas Escrituras… A publicar (como 20 RCT, multi-céntricos, etc, pero la ceguera va a ser difícil…). Quizá dentro de 10 años y después de unos meta-análisis los mismos que sacaban las tarjetas rojas serán los apóstolos del abordaje. Quizá, porque el modelo pedagógico es difícil de hacer caber en un esquema de sesiones de 10-20 minutos, esquema que asegura el equilibrio económico del sistema. Quizá haya que hacer tours y otras operaciones mediáticas al estilo Moseley además… Suerte y gracias por su trabajo, que más allá de efectivamente servir ya a miles de pacientes a sufrir menos, abre perspectivas terapéuticas éticamente compatibles en las que la dignidad no se resume al muy de moda “empowerment” (que creo es un concepto que puede alimentar al mismo sistema que se pretende combatir, al menos en el sentido en que es capaz de generar esos pseudo-saberes nocebo).
Hola, ¿que piensas sobre las nuevas investigaciones sobre la fibromialgia? Dicen que habria un sindrome de las pequeñas fibras de carácter autoimune y que con imunoterapia los dolores cederian hasta un 70 por ciento. Por eso algunos tienen problemas de intestino o en la vejiga, porque esas pequeñas fibras las tenemos por todas partes.
Buenísima exposición, sigo las enseñanzas pedagógicas para mi fibromialgia
Hola Arturo,
En la última edición (año 2016) del libro “Manual de Medicina del Dolor” editada por la Sociedad Española del Dolor puedes encontrar varios capítulos dedicados a las bases estructurales y neurobiología del dolor donde todavía hablan de las “vías del dolor”, “la transmisión del dolor”, “la neuroquímica del dolor”, es decir, que todavía no se han enterado de qué va el tema.
Para mi está claro, los distintos autores todavía conciben el dolor como una sensación periférica no muy distante de la propuesta cartesiana descrita en el siglo VII.
Un saludo,
Julián
Efectivamente, hay estudios de microneurogragía y densidad de fibras C en biopsia de epidermis que pueden ser interpretados como causa o como efecto. Eso está por ver. La hipótesis evaluativa no excluye que 3cistan consecuencias en la periferia. Personalmente, creo que la hipótesis de una neuropatia V deja sin explicar el conjunto del síndrome
Enviado desde mi smartphone Samsung Galaxy.
Me topé con su blog en una búsqueda desesperada por encontrar una solución a mis migrañas… me encantaria poder participar en uno de sus cursos pero vivo en Chile. De que otra manera puedo acceder a este conocimiento? De antemano gracias. El blog me ha parecido muy interesante!
Julia: aunque el sistema neuroinmune es un sistema altamente integrado, hay dos apartados de patología autoneuroinmune: la que depende del error evaluativo inmune y la que depende del componente evaluativo neuronal. En el caso de la fibromialgia en mi opinión el error evaluativo es neuronal y la intervención debería centrarse en los centros neuronales evaluativos, muy influidos por la cultura. Los datos referidos a las fibras C (“fibras finas”) pueden ser efecto y no causa. También se describen pçerdida de densidad de espinas dendríticas en diversas áreas corticales. En mi opinión se trata de efectos y no de causas.
Lo importante es que con la intervención pedagógica desaparecen los síntomas en un porcentaje notable de casos.
Julián Nevado: así es, todo un síntomas de la necesidad de actualizar programas desde la Neurociencia.
Ailin: la propuesta de la Pedagogía es producto de un marco teórico que he desarrollado yo y que, en principio, seguimos unos pocos doctores, en Vitoria. He escrito un libro: Migraña, una pesadilla cerebral”. No sé si puedes encontrarlo en Amazon. Creo que en el blog hay mucha información sobre el tema. Busca en la nube “migraña” y “cursos”
Resulta aplicable al caso la máxima que dice “si siempre haces lo mismo obtendrás el mismo resultado” He leído y continúo haciéndolo, todo lo relacionado con la neurobiología del dolor y obtenido resultados muy favorables con mi dolor crónico lumbar, tratando de transmitir mi experiencia a otros, pero no he logrado convencerlos en su mayoría y continúan con sus rituales y fármacos. En fin, será que nadie puede sacar a otro de donde no quiere salir. Saludos Arturo
Normerto. Así es. Las creencias funcionan como objetos valiosos que algunos defienden como su propiedad
Muy cierto Arturo, Gracias
estimado Arturo. Esta entrada me ha traido a la memoria nuestro primer contacto en donde, provablemente a raiz de una vehemente propuesta mia de investigación, me sacaste la bandera roja. Si a mi tambien me pone triste la negación a experimentar sendas nuevas y que van poco a poco demostrando su eficacia. Suerte y al toro. que dicen en mi tierra. El futuro es de los atrevidos. Gracias por el lindo trabajo que nos regalas
Hola. Permitidme plasmar aquí mi experiencia, por si es de ayuda. Mis migrañas empezaron a las 18 años y han durado mas de 40 años. Calculo que en el 2019 tomé unas 200 pastillas de un fármaco; “Hemi…” (ergotamina, paracetamol y cafeína). Y por fin, muy desesperado, supe de un tal Sr. Arturo Goicoechea (Neurólogo) que impartía cursos sobre la migraña. En estos cursos, en sus libros y en este blog decía cosas totalmente contrarias a la doctrina oficial médica (no sé si me expreso bien…). Me pareció una locura, pero … ¿Y si tiene razón? Hoy, transcurrido un año, puedo decir que mi migraña ha “casi” desaparecido. También han desaparecido mis horribles dolores de cervicales y de lumbago. Tengo pequeñitos ataques de migraña, muy muy suaves, son más un malestar … al que no doy importancia y sigo con mi actividad diaria. A lo sumo tomo alguna infusión relajante…y ya… En el mes de febrero pasado tomé mis 2 últimos “Hemi…”. Ya puedo salir sin mis pastillas y sin gafas de sol, puedo beber vino y cerveza. Arturo, muchas gracias por compartir tú gran saber y experiencia con todos nosotros.
Robert: agradezco enormemente tu testimonio, que, afortunadamente ha sido gozoso. Ta has ganado el derecho a sentirte bien en un organismo sano. Feliz Navidad.