El diario El País ha iniciado una serie de suplementos semanales dedicados a “Neurociencia y Psicología”. El primer número se ha centrado en la memoria: “Somos nuestra memoria”. No soy experto en el tema y no lo puedo ni debo juzgar. Me pareció excelente y recomendable y espero que el resto sigan en esa línea, pero…
En el capítulo dedicado a alteraciones de la memoria se describe la “Amnesia global transitoria”, un episodio de incapacidad de fijar datos nuevos e incorporarlos en la conducta, generando un atasco en el que el paciente hace la misma pregunta una y otra vez sin que pueda incorporar la respuesta y continuar con lo previsto.
Se dice en ese capítulo que aunque no se conocen bien las causas y pueden ser varias, la hipótesis más aceptada es que se trata de un evento vascular, “provocado por pequeños infartos isquémicos”.
No estoy de acuerdo. No es así y esa afirmación puede generar angustia innecesaria.
Es un tema (la Amnesia global transitoria) al que le dediqué especial atención. Recopilé alrededor de cien casos y estudié detalladamente el contexto y el escenario en el que aparecía. Siempre había un contexto de algo que contenía un estado psicológico de alerta, novedad, incertidumbre. Nada fuera de lo normal. Asistencia a un funeral, prueba médica, viaje, obras en la casa, ceremonias… En ese contexto se daba siempre la circunstancia de estar sólo, físicamente o ensimismado si estaba acompañado. La alarma saltaba cuando el paciente caía en la cuenta de que no recordaba nada de lo acontecido durante unas horas o los acompañantes eran testigos de la incapacidad de incorporar el dato requerido machaconamente por el paciente.
– ¿Qué hora es?
– Las diez.
– ¿Qué hora es?
– Las diez.
– ¿Qué hora es?
– Las diez…
– Vámonos a urgencias…
En algunos casos había antecedentes de migraña.
Si bien se pensó en un principio, tal como sucedía con las auras de la migraña, que estábamos ante un problema “vascular”, sin más fundamento que el cuadro aparecía y se recuperaba, hay actualmente consenso de que se trata de un mecanismo eléctrico compartido con las auras, denominado “Depresión cortical propagada” . Mi hipótesis es que se trata de un fallo de alguna zona del sistema nervioso que impide generar señal eléctrica, el código que permite la comunicación en la red neuronal. Ello podría producirse por sobre-activación (expectativas, vigilancia, alerta).
En la Amnesia global transitoria el proceso asienta en el hipocampo, el área que procesa y memoriza eventos novedosos (memoria episódica). El contexto y el escenario facilitan la sobreactivación y el hipocampo se queda sin batería (depresión cortical propagada). Las pilas neuronales se recargan y todo vuelve a la normalidad, aunque lo sucedido en esas horas no ha podido grabarse y no podrá recuperarse: la grabadora estaba sin pilas.
Una resonancia con una técnica especial, efectuada en unos días, detectará una imagen en hipocampo. De esa imagen lo que sabemos es que no es vascular y que podría corresponder a los efectos de una sobreactivación neuronal, que ha superado la capacidad de la glia de mantener las condiciones bioquímicas necesarias para generar señal.
Curiosamente, abundan los escenarios con agua: el baño, la piscina, el mar…
Lo que procede es explicar el proceso para desangustiar al paciente y allegados y descartar la hipótesis vascular, que es la que ellos temían.
Hace unos días tuve la ocasión de explicarlo a un familiar de un probable afectado. Le tranquilicé.
Al leer el librillo de la memoria me encontré con el párrafo que expone la hipótesis vascular y no he podido resistirme a hacer esta entrada crítica.
Aunque aún hay expertos que defienden la opción vascular, ya no sería referida a arterias sino a las venas: aumento de la presión venosa cerebral por episodios de Valsalva (hacer fuerza bloqueando la espiración, por ejemplo para defecar…).
En mis casos, siempre había un escenario, una alerta, estar sólo aun cuando fuera un momento, suficiente para desbordar la alerta del hipocampo, ya sensibilizada…
– Me voy al baño…
A la vuelta…
– Estás raro… ¿Te pasa algo?
– ¿Qué hora es?
– Las diez..
– ¿Qué hora es?
– Las diez
– Llama a Urgencias…
Puede que le den la explicación tranquilizadora o la contraria.
Puede que lo lea en el suplemento de El País: “pequeño infarto isquémico”…
Yo siempre intentaba tranquilizar, con fundamento.
A veces, repetía. No pasa nada. Siempre había un escenario, a veces el mismo…
Por lo demás, el suplemento me parece correcto, aun cuando lo del fitness mental no está tan claro.
– Voy a memoria. Me han dicho que previene el Alzheimer.
Ojalá fuera tan sencillo.
Aprovecho tu artículo para felicitarte por tu curso en Madrid, del que fui testigo. Por cierto té envié correctamente los datos que no recordaba sobre mi tratamiento, hablando de memoria, y me devuelve el correo.
No he leído el librito, del país, intentaré ir haciéndome con ellos.
De acuerdo que la falta de memoria puntual no implica aquello de la falta de riego. Los pacientes de fibromialgia también tenemos momentos así, unos le llaman niebla, yo simplemente digo que me estoy repitiendo. Y omisión de sucesos también aparecen, eso de te lo dije… ocurre tb en SFC.
El cerebro es un gran misterio, sobre todo para profanos como yo. Agradezco este blog que tanto nos clarifica en muchas cuestiones. Un abrazo, Isabel Montero
Suerte, Isabel. Todo se andará.
Hola Arturo,
Mi reflexión es que el cerebro no sólo imagina “daño” en los tejidos sino también amenaza, la supervivencia del individuo está en peligro. La respuesta puede ser dolor pero también otras como sensación de mareo, zumbidos, visión doble, etc…
Hay pacientes que entienden a la primera la causas de su dolor permanente, otros en cambio escuchan con recelo y preguntan ¿entonces mi dolor es imaginado?…
– No, tu dolor es real. El “daño” o la amenaza es imaginada. Es un error evaluativo que realiza tu cerebro no sólo de la información que le llega de los tejidos sino de otros componentes cognitivos, emocionales y conductuales.
A veces encuentro que hacerles entender que su dolor no proviene de los tejidos les provoca un conflicto pues han “mamado” mucho de lo que les han dicho en su largo peregrinaje en busca del remedio a su imaginada enfermedad.
Julián
Disculpa Arturo, este comentario que he realizado hace referencia a tu articulo “Dolores desmedidos”.
Hola Arturo, me he hecho con el primer ejemplar del que hablas. Aún no lo he leído pero pinta bien ¿Crees que va a merecer la pena la compra del resto de ejemplares? Enhorabuena por el trabajo de divulgación que realizas, el cuál es imprescindible. Sobre todo ánimo con el colectivo médico, al cuál necesitamos y parece que no quiere escuchar tanto como los fisioterapeutas.
Hola Arturo, sabeis decirme si la neurobiologia del dolor tambien se aplica al dolor epigastrico cuando no hay lesion aparente?. Saludos
Norberto: sólo hay una Neurobiología del dolor que engloba los mismos factores. Cada zona se nutre de cogniciones, creencias y expectativas diferentes pero la arquitectura del dolor es la misma. Si no hay daño relevante el dolor deriva de una evaluación errónea, que, en cada ubicación, se habrá alimentado de experiencias e instrucciones previas que la han facilitado
Perfecto Arturo, gracias por tu respuesta. Saludos
Perfecto Arturo, gracias por tu respuesta. Saludos
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