2018. Sin miedo y con conocimiento de causa.
2017 se nos va. No sé si ha dejado más o menos dolor injustificado que su precedente 2016 y si el ya nervioso e inquieto 2018 va a traernos más o menos de lo mismo. Parece inevitable aprovechar el último día para hacer propósitos y formular deseos, aunque lo hagamos por pura inercia, sin excesiva confianza en que tengamos éxito. 2017, con toda seguridad, nos ha aportado más conocimiento sobre organismo y sus cuitas. Los nuevos datos sobre dolor son inabarcables. No da tiempo para acabar todos los platos servidos y, mucho menos, para degustarlos, masticarlos y digerirlos con …