Un significante es el soporte material, simbólico, que contiene un significado, una referencia a algo.
“Receptor de dolor” es un significante cuyo significado implícito refiere que el dolor se produce allí donde lo sentimos y que ese “receptor de dolor” (significante) lo detecta.
Realmente no existe tal “receptor de dolor”. El significante es inadecuado ya que genera un significado falso. Debiera desaparecer del léxico científico del dolor.
Los “receptores” son soportes materiales que permiten detectar una variable físico-química. En lo que se refiere a la biología del dolor, corresponden a proteínas con una conformación espacial basal, de reposo, que se modifica por la colisión con una variable físico-química determinada. Ese cambio de conformación espacial abre un canal que habilita fugazmente el paso de cargas eléctricas de uno a otro lado de la membrana neuronal. La interacción del receptor con la variable ha generado una pequeña corriente. Podríamos denominar a dichos receptores como nociceptores, detectores de nocividad. Así los denominó el premio Nobel Sherrington a principios del XIX, sin éxito. Muchos profesionales prefieren utilizar el significante “receptor de dolor”. Si se les hace la objección del significado, banalizan la objección. Consideran que lo del significante es insignificante.
Acabo de leer un artículo en Pain, la publicación oficial de más prestigio oficializado en dolor. Comunica el descubrimiento de un nuevo “receptor de dolor” en el folículo piloso.
Mal andamos si trivializamos el léxico, si da lo mismo cómo denominamos a las piezas del enrevesado puzzle biológico.
Si no es posible que exista un “receptor de dolor”, no utilicemos el término, eliminémoslo de la jerga.
Pasa lo mismo con otros significantes significativos.
“Reuma”. ¿Qué carajo es eso del “reuma”? ¿Qué significa? ¿Tiene algún rigor científico? ¿Aporta algo más que ruido a los significados?
“Dolor músculoesquelético”. Lo mismo. No sé cuál es su significado. Cada usuario del significante tendría que aclararlo cada vez que lo utiliza.
No ayuda a la comprensión de la complejidad del dolor el utilizar significantes, palabras, que sugieren significados erróneos.
El día en que desaparezcan del mapa del dolor esos significantes engañosos, inciertos, será un gran día. Significará que hemos avanzado en el rigor, en la fiabilidad de los significantes como módulos simbólicos de un significado concreto.
De momento la comunidad científica del dolor sigue prefiriendo utilizar significantes equívocos y equivocados.
“Receptores de dolor”; “vías del dolor”; “centro del dolor”…
“Neuromatriz del dolor”.
Es un significante aceptable, funcional, pero quizás habría que analizar con más rigor su significado.
Lo dejamos para otra ocasión.
De momento libremos la batalla contra los significantes que significan algo erróneo.
No es una cuestión insignificante.
Hola Arturo,
Poseo desde hace unos meses la última edición del Manual de Medicina del dolor, la cual está avalada por la Sociedad Española del Dolor.
Su capítulo 33 dedicado al dolor craneofacial explica en su apartado de fisiopatología las causas de dicha afección en la que describe extensamente las estructuras implicadas en el asunto, y que finaliza con 6 líneas concluyendo que la causa principal es una “disfunción” del tronco cerebral.
Reviso el significado de “fisiopatología” en el diccionario de Medicina: Estudio del funcionamiento de un organismo o de unos tejidos en el curso de una enfermedad.
Conclusión, el término disfunción no me dice nada. No tiene significado.
Gracias por tu aportación con real “significado”,
Julián Nevado
Gracias Arturo, nos ofreces nuevos conocimientos, base científica a los nuevos descubrimientos que vamos haciendo, con el estudio y con lo cambios que vamos observando en nuestr@s pacientes. No contento con eso tb nos “desasnas” en conceptos lingüisticos y, encima, nos lo haces divertido y emocionante.
GRACIAS