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Potenciando la migraña (V)

 

En el ya citado programa de TV3 Conviure amb la migranya proponen un factor visual urbano de sensibilización, de sobrecarga cerebral. Los edificios verticales, los patrones de líneas contrastadas, brillantes, son patrones artificiales que no se dan en la naturaleza y a los que el cerebro migrañoso no se adapta. Basta con detectar y evitar estos patrones para controlar las crisis.

Se puede hacer en el laboratorio un estudio de exposición a esos elementos geométricos urbanos con una simple foto. El cerebro “normal” se activa lo justo. La novedad genera actividad en el área visual pero se desvanece al momento, se habitúa. El cerebro pasa de las rayas contrastadas. El cerebro migrañoso no habitúa. Sigue procesando esos patrones visuales, artificiales, no ecológicos, iniciando un proceso de excitación creciente que llega a “saturar” el área, desencadenando el aura e “inflamando las meninges”, con el consiguiente dolor.

A continuación una doctora migrañosa explica que en su caso los patrones visuales de rayas horizontales móviles de las escaleras mecánicas del aeropuerto le generan malestar y desasosiego como prólogo a una crisis. Cuando va por la escalera decide cerrar los ojos.

El cerebro humano es muy sensible a estímulos visuales. Procesa y atribuye significados a través de la información retiniana.

Al cerebro le llama la atención lo novedoso por sí mismo, pero sobre todo lo que contiene información, permite anticipar algo relevante que pudiera suceder.

Ante la llegada continua de información retiniana el cerebro debe atender a lo que considera potencialmente informativo, relevante, y desatender lo irrelevante.

Es evidente que los patrones visuales urbanos de edificios verticales con rayas de brillo alternante no son naturales, no se dan en la naturaleza, pero el cerebro humano tiene una enorme capacidad plástica para adaptarse a todo tipo de entornos aunque sean artificiales.

Pueden darse casos extremos de sensibilización a patrones visuales en forma de crisis epilépticas inducidas por luces parpadeantes a determinada frecuencia, pero estamos hablando de epilepsia. En la migraña no se genera actividad, respuesta epiléptica a estímulos visuales. Simplemente el cerebro sigue atendiendo unos estímulos en vez de desatenderlos. Puede que algunos patrones visuales urbanos contengan la capacidad de evocar con más facilidad actividad e impedir la habituación pero lo que está claro es que ese déficit de habituación se potencia con la evitación, con la información sensibilizante.

En nuestros cursos animamos a los alumnos a relacionarse con todos los estímulos potencialmente desencadenantes para facilitar la adaptación, la tolerancia.

Hay arquitectos que promueven el tema de edificios “enfermos”. Los residentes no se encuentran bien. Se hace un análisis de patrones visuales y se detecta el problema. Se modifican estos patrones si son decorativos o se aconseja cambiar de edificio.

La propuesta de la agresividad estimular de los edificios sirve para todo tipo de síntomas: dolor, mareo, cansancio, estrés…

Cada cerebro debe catalogar lo que tiene relevancia, perjuicio potencial y activar respuestas de sensibilización-evitación. Algunos cerebros aprenden a establecer bandas estrechas de tolerancia. El entorno habitual se vuelve hostil. Otros amplian la banda de tolerancia y habitan entornos poblados de estímulos irrelevantes sin prestarles ninguna atención y, por tanto, sin padecerlos.

Otro experto estudioso del genoma indica a continuación que el estado migrañoso está determinado por los genes. Uno nace con el gen o genes de la migraña. Sólo queda llevar una vida ordenada, hacerse hipersensible e intolerante a lo que los cerebros “normales” consideran irrelevante o  apetecible.

En ningún momento se habla de aprendizaje, plasticidad, culturización, sensibilización…

No hay modo de combatir la intolerancia sensible si no es potenciando la actitud contraria: ejercicios de habituación, de exposición confiada a lo interesante y a lo irrelevante para catalogar de modo provechoso y libre el día a día.

Si hay rayas no se ralle. Disfrútelas o pase de ellas.


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2 comentarios en «Potenciando la migraña (V)»

  1. Muchas gracias por un nuevo y brillante articulo que nos llevara poco a poco y guiados por usted a a llegar a desaprender lo aprendido y volver a nacer, de alguna manera usted nos esta ayudando a tener una segunda vida. Sigo con una duda, en el aura, entiendo hay un componente fisico,o quimico o electro quimico, entiendo por sus explicaciones que se activa el mecanismo de defensa del cerebro y se manifiesta en el aura que luego ya asociamos con el episodio de dolor. Usted no cree que no haya ningun tipo de agente externo que facilite el disparo nada mas que el cerebro en el caso del aura?
    Muchas gracias de nuevo
    Saludos
    Jose

  2. En experimentación con animales se pueden seleccionar ratones cuyos genes son manipulados para aumentar la excitabilidad neuronal. Aun así, para activar la “onda de depresión cortical propagada”, responsable del aura, hay que abrir un agujero en la cabeza y estimular esa corteza sensibilizada con iones de potasio, glutamato, ácidos, estímulos mecánicos, con vasoconstrictores…
    En la migraña se da por supuesto que existe esa genética sensibilizante, pero ello sólo sucede en formas excepcionales genéticas, como la “Migraña hemipléjica familiar”. Aun aceptando que la supuesta genética migrañosa pueda reproducir ese mismo estado sensibilizado, nos quedaría establecer el papel del desencadenante, similar a la estimulación agresiva por aplicación directa a las meninges de los ratones con potasio, glutamato etc…
    Para los neurólogos basta con un día de viento Sur o por una onza de chocolate. Yo creo que lo que en nuestra especie importa es la capacidad del cerebro de imaginar situaciones, en este caso, desde el miedo instruido.
    Una alerta neuronal puede reproducir, por expectativas lo que en los ratones consigue la aplicación de estímulos directamente sobre la corteza.

    Saludos

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