Dado un síntoma, ¿cuál es el origen, la causa?
Dado un dolor, por ejemplo, de cabeza, ¿cuál es la causa?
Dado ese dolor y esa causa, ¿cuál es la terapia con eficacia más probable?
A este proceso se le conoce como diagnóstico (y terapia) diferencial. Entre un abanico de posibilidades, de probabilidad variable, debemos quedarnos con una. Podemos ayudarnos de la concurrencia o ausencia de otros síntomas, de los datos de la exploración, de pruebas complementarias…
Según vamos disponiendo de datos nuevos vamos acotando el conjunto de causas posibles. Si todos los datos de exploración y complementarios (Scanner, Resonancia, análisis…) son normales, podemos afirmar con seguridad razonable que no hay nada “orgánico”.
Dentro del apartado del dolor sin origen “orgánico” (traumatismos, tumores, infecciones…) aún tendremos que afinar la causa probable, entre un amplio abanico de ofertas.
– Es todo normal.
– Entonces, ¿por qué duele?
– Puede haber muchas causas. ¿No ha descubierto un desencadenante? Hay más de 100 descritos…
Puede que tengamos un sospechoso: el chocolate, el estrés, la menstruación, los cambios de tiempo, el fin de semana… hasta más de cien (según los neurólogos).
Si parece existir una correlación entre probar un poco de vino y aparecer la tormenta migrañosa, la causa parece evidente.
– Es el vino. Basta que tome un dedito para que, matemáticamente, tenga una crisis.
Post hoc, ergo propter hoc, decían los clásicos: después de, luego a causa de.
En realidad es una falacia: no es un argumento necesariamente válido. No hay que dejarse atrapar por la apariencia de causa. Sólo es una correlación, potencialmente engañosa.
Para muchos el dar con el desencadenante cierra el proceso del diagnóstico diferencial.
– Era la ternera. Me hicieron un estudio alimentario y lo descubrieron. No como ternera y así no tengo crisis. Muerto el perro, se acabó la rabia.
La estrategia de dar con el desencadenante para evitarlo puede fallar, bien porque el supuesto desencadenante no es evitable (estrés, cambios hormonales, finde, cambio de tiempo…) o porque no hemos dado con ninguno.
El profesional puede ayudarmos a aclarar la cuestión:
– Es una migraña.
No hay que hacerse ilusiones. Migraña sólo es un nombre.
– ¿Cuál es el origen de la migraña?
Para unos estará en los genes, para otros en la vista, o en la dentadura, o en los senos paranasales, los músculos contraídos…
Puede que de la sugerencia diagnóstica surja una terapia aparentemente exitosa.
– Era de la vista. Me pusieron gafas y no he vuelto a tener crisis…
Puede que todo siga igual, o peor.
– No sabemos el origen de la migraña. Tendrá que aceptar su condición.
Si el proceso de dar con el diagnóstico sólo ofrece una etiqueta (“migraña”), se pasa al siguiente paso: dar con la terapia adecuada: la terapia diferencial:
– Tome este tratamiento preventivo y estos calmantes.
– Sigo igual.
– A ver: pruebe estos otros…
El fracaso de todas las ofertas no cierra el proceso de búsqueda. Aparece el mundo alternativo, novedoso, con un amplio surtido de ofertas de explicación y solución.
A veces “funciona” y otras no.
El cerebro es un órgano indagador. Busca la mejor explicación posible a los datos que le llegan de los sensores internos y externos. Intenta utilizar los datos para afinar las hipótesis, pasar de los efectos a las causas.
Con el conocimiento adquirido, propio y prestado, va cercando el universo de lo posible-probable. Muchas veces no dispone de más conocimiento que el prestado. Cree en lo que le han enseñado a creer, por no poder acceder a mundos opacos a los sentidos conscientes (por ejemplo, el interior). Las conclusiones (inferencias) según van entrando los datos, pueden ser erróneas, apoyadas en la falacia de confundir una correlación temporal con una causalidad (después de, luego a causa de…) y en la de dar por bueno lo que los expertos dicen (falacia ad verecundiam).
– Me lo ha dicho El Dr X. Es una eminencia.
Al padeciente toda esta martingala se la bufa. Lo que quiere es salir del infierno. La terapia exitosa acaba con las cuitas y los remilgos de las falacias lógicas.
Dicen los sabios que el cerebro es un órgano “bayesiano”. Llega a conclusiones (inferencias) apoyándose en reglas que quedaron plasmadas por Thomas Bayes ( Religioso presbiteriano del siglo XVIII) en una fórmula matemática. Permite sacar una conclusión sobre causalidad, en base a un dato nuevo y un conocimiento previo validado.
La inferencia bayesiana ha prestado grandes servicios a la humanidad pero sólo en los casos en los que el conocimiento sobre el que pivota sea cierto. Si es falso sesgará todo el proceso hacia la consolidación del error.
– Es una enfermedad misteriosa e irreversible. Lo he comprobado por experiencia.
– En mi familia hay mucha migraña. Son los genes
– Son las hormonas.
Etc, etc.
El embrollo puede desenmarañarse si dotamos al cerebro de un conocimiento distinto que incluye información sobre el peligro de la propia información.
– Es mi cerebro bayesiano, incauto, dócil a la cultura…
Eso dicen los expertos.
Muy interesante, para nosotros las personas que no tenemos mucha información sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo y estamos a expensas de personas profesionales de la salud, que es la mayoría, que creen que el cuerpo humano es idéntico y por lo tanto diagnostican sin escuchar y analizar los síntomas y al final seguimos con la misma enfermedad (si es que ésta no empeora con el tiempo).
Hola acudi al traumatologo y me dijo es un sindrome discogenico, parece que el dolor emerge de una ruptura espontanea del disco y su inflamacion pero no se ve en la resonancia para ello habria que hacer una discografia y es peligrosa… es el disco por el patron de dolor, mecanismo de produccion del dolor, eso es asi? porque te lei en un post que los discos se degeneran, se rompen y es un cambio normal….
gracias
Danid: todos los dolores surgen del cerebro. En ocasiones porque se ha producido un evento de lesión que genera información de daño que detectan las neuronas defensivas yla conducen hasta las áreas cerebrales que producen dolor. Otras muchas el disco va “degenerando” sin crear problemas.
No puedo ni debo juzgar casos individuales en el blog.