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¿Se cura el dolor crónico?

Jordi Montero es amigo mío. Hicimos juntos la formación como neurólogos en el hospital de Bellvitge. Prologó mi libro y escribimos una monografía (“Depresión y dolor”) juntos. Siempre me ha apoyado y le estaré agradecido.

Pero…

Con ocasión del lanzamiento publicitario de su reciente libro: “Permiso para quejarse”, en el que me cita en el prólogo y en los reconocimientos ha manifestado en una de las entrevistas que “el dolor crónico no se cura, hay que adaptarse y vivir con él”.

Ayer dio una conferencia en Vitoria para presentar el libro. Estuve con él pero desconocía la afirmación tajante de la irreversibilidad del dolor cuando es crónico.

Hoy he tenido noticia de la entrevista y debo manifestar mi desacuerdo radical con la afirmación.

Cuando decimos que el dolor es crónico simplemente describimos que ese dolor lleva más de seis meses. ¿Por qué seis? Porque así se ha consensuado. No hay otros criterios. No se habla de irreversibilidad.

Un dolor crónico puede aflorar en la conciencia como consecuencia de un proceso de destrucción y/o inflamación cronificado, continuado, de más de seis meses de evolución. Por ejemplo un cáncer  o la artritis reumatoide. El dolor es crónico (más de seis meses) porque el daño que lo genera también lo es. El dolor será irreversible en la medida que la enfermedad lo sea. Los fármacos prestarán alivio sustancial.

Otra cosa es que el dolor no emerja como consecuencia de un daño-inflamación. Las pruebas serán normales o de significado cuestionable.

– No tiene usted nada. Su dolor es crónico. Debe aceptarlo y sobrellevarlo.

– ¿Entonces, por qué me duele?

– El dolor a veces es en sí una enfermedad…, sin enfermedad que lo explique y justifique. Las redes neuronales no funcionan bien. Es algo complejo. Juegan muchos factores psicológicos, emocionales. A veces el cuerpo expresa sus conflictos y atascos a través del dolor, por una falsa vía. Esa falsa vía se ha automatizado. El dolor forma parte ya de usted., de sus memorias. Está profundamente arraigado en su personalidad, en su ánimo, en su angustia, en los vaivenes pasados, presentes y futuros. Se ha hecho crónico. Tendríamos que reconstruir una persona nueva con una biografía nueva. Ya no sería usted. Eso no es posible. Sólo podemos comprenderle y mostrar nuestra solidaridad. La natación, la meditación, los masajes y la ayuda psicológica pueden ayudarle a sobrellevar ese estado cronificado.

– ¿No hay otras pastillas?  No sé. ¿Corrientes? ¿No ha salido nada nuevo?

– Lo hemos probado ya todo. La ayuda de los fármacos cuando el dolor se ha cronificado es muy limitada. Un abrazo.

Cuando un dolor no dispone, afortunadamente, de un daño-inflamación que lo explique y justifique biológicamente podemos asegurar que el organismo está cometiendo un error “crónico” de valoración de amenaza.

Los errores cronificados no son irreversibles per se.

El padeciente no es responsable de llevar ya más de seis meses dolorido. El no construye las evaluaciones de amenaza. Lo hace su organismo en función de lo que sucede y también de lo que le dicen los expertos y/o la peluquera.

La que está cronificada, desde hace ya milenios, es una concepción errónea del origen del dolor cuando no hay daño relevante. Esa concepción ignora-desaprecia el origen evaluativo, cultural y saca a colación al propio padeciente, su personalidad, sus desventuras y debilidades, su pesimismo y desánimo o un supuesto y confuso” mal funcionamiento de las redes neuronales”.

Nunca es tarde si la información es biológicamente correcta.

Los que defendemos la vía pedagógica sabemos que la cronicidad (más de 6 meses) no es un factor de irreversibilidad.

Explicamos lo que el ciudadano tiene derecho a conocer y en muchas ocasiones al disolverse los errores evaluativos el dolor se disuelve en la misma medida.

No es ni fácil ni difícil, ni simple ni complejo. Exige un trabajo de comprensión y de cierto coraje para salir de la “zona de confort” de las terapias y consuelos.

– No me convence. ¿No hay un tratamiento?

– No. Hay lo que le he explicado.

– No me vale.

– Lo siento. Su resistencia se ha cronificado… Debe aprender a vivir con ella. Ya sabe dónde nos tiene por si cambia de opinión.

Curación es un térmico ambiguo. Se puede curar una herida, una infección. No se cura el dolor sino lo que lo causa. Podemos quitarnos el clavo del zapato para “curar” el dolor del pie.

¿Podemos modificar la idea errónea que el organismo se ha hecho de sí mismo? ¿Podemos curarla?

Podemos echar una mano. Informar y animar a plantar batalla desde el conocimiento.

Dice Ramachandran que el dolor es una opinión. A veces correcta y otras equivocada.

¿Se curan las opiniones?

Usted mismo.


Lo siento, Jordi. Sé que siempre has estado abierto a las críticas.

Un abrazo

 


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    13 comentarios en «¿Se cura el dolor crónico?»

    1. El dolor crónico se va, yo soy uno de los muchísimos casos que lo ha demostrado. Y lo hemos conseguido gracias al aprendizaje realizado sobre el dolor y los errores evaluativos del cerebro. La opinión que tiene mi cerebro sobre mis tejidos ha cambiado radicalmente desde que conozco este blog, le he reeducado. Gracias Arturo por seguir en la brecha!

    2. Ademas de lo expuesto por Arturo , creo que el establecimiento de umbrales, “porque sí” o por “consenso” para establecer diagnósticos, es un arma, no científica y peligrosa de la medicina.
      A partir de esos criterios engordan las empresas de tecnologías diagnosticas y farmacéuticas (umbral del valor de la densitometría en el caso de la osteoporosis o del criterio de cronicidad del dolor en las lumbalgias ya que afectan al establecimiento de tratamientos dudosos y atan de piés y manos a profesionales y padecientes.

    3. En una ocasión, como ya te advertí un día, visité al Dr. Jordi Montero y pude comprobar que poco o nada tenía que ver su planteamiento con lo que tú expones. Por eso me sorprendíó que alguien que no comparte lo esencial de tu pensamiento, prologase tu libro La Migraña. Me acordé de él cuando le vi hace unos días en la contraportada de La Vanguardia. Y me recordó aquella entrevista que no me resultó para nada satisfactoria, ya que le ví muy alejado de tu pensamiento.

    4. Don Arturo, gracias a su entrevista concedida a Marcos (fitness revolucionario) descubrí su maravilloso cambio de paradigma del dolor. Leí el libro hace 2 semanas y estoy alucinando (de migraña incapacitante 2-3 días semanales a pequeños amagos que no llegan a más), aunque supongo que todavía me queda camino.
      GRACIAS

      Mi padre es padeciente fibromiálgico desde hace 20 años (tiene ahora 50), ¿podemos contactar con algún compañero suyo cerca de Valencia para que nos pueda orientar?
      Un abrazo

    5. Manolo: el Dr Montero es amigo mío y compartimos el período de formación como residentes, en Bellvitge. Luego hizo Neurofisiología y, junto a otros Neurólogos-Neurofisiólogos formó un grupo de estudio e investigación en dolor neuropático. Era el único Neurólogo que me apoyaba y quería que él, como experto conocido apoyara lo que proponía, Me invitó a cursos y conferencias hasta que los Laboratorios me hicieron la ficha y me descatalogaron.

      Nuestras propuestas son distintas y aunque coincidimos en algunas cuestiones básicas discrepo sustancialmente en otras, o planteo conceptos que él no considera.

      Me he visto obligado a comentar la entrevista ya que el titular (“el dolor crónico no se cura…”era fuerte” y, en mi opinión,cuestionable.
      ,

    6. Es muy raro que te den explicación a mi les ha llevado años dármela. Y me han dicho que si dura mas de tres meses es crónico, no seis, cosa que además me extraña cuando hay procesos curativos de más de tres meses por definición. Y la pena es que a veces se cronifica por la demora en los tratamientos o por la pobreza o inadecuación de los tratamientos

    7. Mechimos, me gustaría saber como y con que especialista se te ha ido el dolor. También el problema es que se trata de quitar el dolor básicamente con pastillas y no se invierte en buenos tratamientos de rehabilitación, higiene postural ( de la que rarísima vez hablan los médicos), una adecuada política de salud laboral, sobre todo preventiva y dar bajas con el tiempo adecuado

    8. Estimado Dacil, el dolor crónico de varios años de duración se me fué con este blog. Antes de llegar aquí, pasé por todos los tratamientos imaginables, tanto científicos (decenas de sesiones de rehabilitación, escuelas de espalda, natación, medicación, punción seca, etc) como pseudo científicos, en mi desesperación. Estoy convencida de que tanto tratamiento solo logró cronificar y extender el dolor. A día de hoy sufro amagos esporádicos, pero como ya me conozco, puedo revertirlo. Mi cerebro es hipocondríaco, qué le voy a hacer. Soy afortunada, lo sé . Hay mucha gente que comprende el contenido del blog pero que es incapaz de convencer a su cerebro.

    9. Hola el Dr Montero hace esa afirmación tan tajante porque el no sufre de dolor y porque supongo que no ha valorado la cantidad de suicidios que se producen por dolor cronico

    10. Quiero pensar que el titular del Dr. Montero “digámoslo ya, el dolor crónico no se cura” tenía algo o mucho de eslogan publicitario de su libro, del que ha hecho una importante promoción no sólo en España.

    11. Carlos: no comprendo por qué hace esa afirmación. Se lo comenté expresamente y no me dió una explicación satisfactoria. Puede que formara parte de la campaña de promoción, efectivamente, pues hubo esa campaña, con muchos apoyo de la editorial.

    12. Dicho lo dicho, hoy he terminado de leer el libro del Dr. Jordi Montero. Y mis respetos por el libro, que me ha parecido de interés, pero que no recomendaría leer sin haber leído antes el tuyo y/o haber hecho el curso Know pain, no pain y/o haber leído Explicando el Dolor de Butler&Moseley.
      El mensaje de Montero deriva mucho al poder de la tecnología (presente o futura) y no tanto al empoderamiento y toma de iniciativa de nosotros los padecientes.
      Arturo y equipo, mil gracias de corazón

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