Convocamos un nuevo curso intensivo (8 horas y una revisión de 4 a los dos meses) en Vitoria para pacientes de migraña el día 11 de Marzo.
Será la 22ª edición. Los interesados pueden informarse en el teléfono 696541479.
Hasta ahora la experiencia está aportando excelentes resultados globales, en relación a descenso de días de dolor, recuperación de actividad y reducción del consumo de fármacos.
Frente a las propuestas de la aceptación de que se trata de una enfermedad genética de origen misterioso e irreversible que debe aceptarse y sobrellevarse, la identificación y evitación de los desencadenantes, la detección precoz sensible del inicio de las crisis y la toma inmediata del calmante, nosotros ofrecemos una propuesta radicalmente opuesta.
La migraña tiene una explicación biológica plausible, razonable y, sobre todo, abordable. Cada crisis indica que en ese momento y circunstancia el organismo ha activado la alerta en la cabeza aunque no haya motivo para ello. Se inculpa a los genes y se desconsidera el papel fundamental del aprendizaje, un proceso consustancial a la vida.
La migraña no resulta de la expresión de genes migrañosos sino de un proceso de aprendizaje que en nuestra especie está poderosamente influido por la cultura, por la información experta sobre organismo.
El proceso de aprendizaje genera en el sistema neuroinmune, que es el encargado de vigilar y neutralizar agentes y estados peligrosos biológicos y físicoquímicos, fallos de evaluación, atribuyendo peligrosidad a estímulos inofensivos, tal como sucede en la alergia y enfermedades autoinmunes.
La migraña sería el equivalente a la alergia en la red neuronal.
Explicar el proceso de aprendizaje a un alérgico no modificará sus crisis y bien hará en identificar el alergeno y evitarlo o tratar de desensibilizarse de modo controlado cuando ello sea posible, pero en los errores de activación de programas defensivos por parte del sistema nervioso, por ejemplo en la migraña, la información, la imitación, son factores fundamentales que pueden y deben sanearse, no desde las múltiples ofertas de terapias y consejos de todo tipo sino desde la explicación detallada del proceso desde la biología.
No sólo debemos cuidar la alimentación, hacer ejercicio y gestionar debidamente el estrés sino también la información sobre organismo.
La migraña no surge por efecto de una genética que expresa supuestos “generadores” neuronales de migraña, ni por el detonante de cambios de todo tipo o transgresiones de una supuesta normativa de bien-vivir sino por la evaluación de amenaza que la red atribuye a cada escenario.
Esa atribución puede ser errónea y podemos corregirla utilizando la información y aplicando el conocimiento al afrontamiento sin miedo a los escenarios habituales de cada día.
Merece la pena conceder unas horas al conocimiento. Nuestro alumnado generalmente ha visitado todos los puestos del mercadillo de orígenes y remedios y acude a Vitoria desesperado con un nivel de conocimiento variable.
Creo que la experiencia resulta enriquecedora y liberadora y ofrece un nuevo marco y una nueva perspectiva de cara al futuro.
El cerebro crea en función de lo que cree y ha criado.
Todas sus decisiones (la migraña es el resultado de una decisión) provienen del conocimiento disponible.
Si ese conocimiento alienta la migraña sin motivo alguno, por error de valoración de amenaza, podemos y debemos aportar el conocimiento contrario, que puede devolver la autorización a la vida normal al padeciente.
No ofrecemos magia ni milagros.
Sólo conocimiento.
Los alumnos ponen el resto: comprensión y coraje.