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Rumiantes

Un rumiante es alguien que procesa algo una y otra vez tratando de extraer algún beneficio o conclusión.

Se pueden rumiar los alimentos cuando estos por su composición exigen un proceso digestivo lento y reiterativo.

Se pueden rumiar también las acciones, pasadas, presentes y futuras, cuando esas acciones contienen consecuencias indeseables o incertidumbre.

Homo sapiens (m.n.t) es una especie rumiante. No de alimentos sino de experiencias. Regurgitamos una y otra vez el pasado y la previsión de futuro con el objetivo de extraer toda la información posible para no tropezar en la misma piedra y optimizar la probabilidad de éxito.

El proceso de rumiación debiera tener un límite. Una vez hemos convertido lo vivido en una papilla digerible debe procederse a la acción, que puede ser, incluso, la de eliminar la cuestión rumiada si no hay remedio.

La rumiación del pasado considera aquellas circunstancias que pudieran haber sido responsables de un fracaso y debieran haberse evitado, así como las contrarias, que de haberse ejecutado nos habrían evitado la zozobra actual: “si en vez de”; “si no hubiera”; “hubiera debido”; “tal vez habría”. Las culpas, las omisiones o meteduras de pata.

La rumiación del futuro analiza una y otra vez previsiones negativas sobre la consecución de un objetivo. Partiendo de una incertidumbre vivida con angustia se analizan todos aquellos factores, propios y ajenos, que podrían impedir el éxito final.

Rumiar no es ni bueno ni malo. Es una dinámica biológica que está ahí para optimizar la supervivencia. Si no rumiáramos no sobreviviríamos física ni socialmente.

Como todo proceso biológico la rumiación debe tener límites. No todo debe ser rumiado ni lo que sí debe rumiarse debe hacerlo circularmente, indefinidamente.

Imaginar la realidad, darle mil vueltas para ver sus múltiples lados oscuros o ambiguos, es potencialmente adaptativo. Una dosis ´razonable de incertidumbre sobre nuestros planes también puede serlo.

El dolor recurrente o crónico, en ausencia de daño que lo explique y justifique, contiene habitualmente hábitos de rumiación que no conducen a ningún puerto. Una vez se conoce la trama compleja del dolor, su generación neuronal, el error evaluativo que ve amenaza donde no la hay, hay que pasar a la acción y dejar de considerar todas las eventualidades teóricas que puedan cuestionar el éxito en el objetivo de apagar la hoguera del error.

Todos somos víctimas potenciales de la rumiación improductiva.

No conozco ningún antídoto que contenga eficazmente la dinámica rumiativa.

En los cursos hay alumnos que van bien. Probablemente han estado rumiando toda la experiencia e información almacenada en los años de dolor sin conseguir nada útil. Conocer la biología del sistema neuroinmune, sus peligros, su dependencia cultural, ha disuelto el círculo de la rumiación.

Hay alumnos que comprenden las explicaciones, las aceptan como lógicas y plausibles, intentan aplicarlas, pero el dolor sigue donde estaba o, incluso, se fortalece.

No conozco las respuestas pero puede que la rumiación ande por medio.

– Puede ser… pero ¿qué hago, entonces, para frenar esa dinámica rumiadora que ocupa todos los espacios libres de cada día impidiendo a veces la concentración en una tarea y manteniendo viva la arquitectura neuronal del dolor?

– No lo sé. Debiera rumiar menos…

Es una cuestión esta de la rumiación que requisa mi mente en muchas ocasiones. Hay pacientes que van mal. La explicación, el conocimiento, la aplicación de ese conocimiento no basta.

¿Qué estaremos haciendo mal? ¿Qué estaremos dejando de hacer y debiéramos hacer?

¿Qué debiera hacer y no hace el alumno que fracasa?

¿Qué no debiera hacer y hace?

Puede que rumiar.

Esa hipótesis la rumio desde hace años sin generar ningún avance.

Se admiten propuestas de otros rumiadores…


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9 comentarios en «Rumiantes»

  1. Como siempre, entrada clavada.
    Pedagogia y conocimiento son condicion necesaria pero no siempre suficiente para salir del secuestro vital de los dolores cronicos.
    Y entre otras cosas ahí se cruza la rumiación para mantener al monstruo activo.
    ¿ Como darle del todo la vuelta la tortilla ? He ahí la cuestión, aunq para cada individuo posiblemente la respuesta sea diferente …..

  2. Respuesta de otro rumiador:

    Vivimos preocupados por lo que hicimos o no hicimos en el pasado, o angustiados por la incertidumbre que nos provoca el futuro.
    En el caso del dolor crónico, podemos dar vueltas y vueltas al porqué levanté aquel peso o porqué me operaron o porqué no me cambian de puesto de trabajo, o si este dolor va a estar siempre a pesar de que entiendo que no tengo daño o …

    Tal vez a estas personas les podría ir bien el realizar meditación tipo Mindfulness (Atención Plena) Con la práctica de este tipo de meditación lo que se busca es vivir el Aquí y el Ahora. El pasado ya pasó, el futuro todavía no está aquí, en cada momento de la vida lo único verdaderamente real es el presente.

    Si al llegar a nuestro cerebro las ideas de rumiación, somos capaces de centrarnos en lo que estamos haciendo en ese momento en el mundo real, tal vez seamos capaces de ponerle freno y dejar la obsesión.

    La pedagogía del dolor me parece un instrumento muy valioso para lograr la mejoría del dolor crónico (a vuestro resultados sobre la migraña me remito), pero en ocasiones tal vez haya que asociar algo más. Todo suma

    Aquí y Ahora

  3. Respuesta de otro rumiador:

    Vivimos preocupados por lo que hicimos o no hicimos en el pasado, o angustiados por la incertidumbre que nos provoca el futuro.
    En el caso del dolor crónico, podemos dar vueltas y vueltas al porqué levanté aquel peso o porqué me operaron o porqué no me cambian de puesto de trabajo, o si este dolor va a estar siempre a pesar de que entiendo que no tengo daño o …

    Tal vez a estas personas les podría ir bien el realizar meditación tipo Mindfulness (Atención Plena) Con la práctica de este tipo de meditación lo que se busca es vivir el aquí y el ahora. El pasado ya pasó, el futuro todavía no está aquí, en cada momento de la vida lo único verdaderamente real es el presente.

    Si al llegar a nuestro cerebro las ideas de rumiación, somos capaces de centrarnos en lo que estamos haciendo en ese momento en el mundo real, tal vez seamos capaces de ponerle freno y dejar la obsesión.

    La pedagogía del dolor es un instrumento muy valioso para lograr la mejoría del dolor crónico (a vuestro resultados sobre la migraña me remito), pero en ocasiones tal vez haya que asociar algo más. Todo suma

    Aquí y Ahora

  4. Personalmente me ha servido sumar las dos, pues Mindfulnes ya hacía desde antiguo sin conseguir satisfactoria o suficientemente reducir o gestionar el dolor, y ahora con ambas estoy que me salgo.

  5. Me incluyo en el grupo de padecientes que cree firmemente en la pedagogía en neurociencia del dolor como solución pero que están atascados en su mejoría. Aplico desde hace años esta teoría y mejoré mucho al principio pero llegó un momento que el avance paró. Sigo estando mucho mejor que al principio pero, tengo que reconocer, que en ocasiones me limita más de lo esperado. Cada vez estoy más convencida de que no avanzo màs porque debo estar “rumiando” ideas irracionales que no soy capaz de controlar, sobre todo, cuando el dolor aprieta fuerte o se mantiene en el tiempo y las fuerzas flaquean. Creo que un apoyo psicológico acorde con esta teoría para los padecientes que recaen o que están en un momento difícil de confrontación ayudaría muchísimo. Es difícil darte instrucciones racionales en todo momento cuando el dolor te hace flaquear. Yo lo he intentado pero los psicólogos a los que consulto parten de la base de que la migraña y la fibromialgia son enfermedades que hay que saber sobrellevar, me miran raro cuando hablo de las ideas que se difunden en este blog, y así es imposible.

  6. Mónica, tu comentario podría ser perfectamente mío. ¡Me identifico con todo! Yo también mejoré mucho al principio y ahí me quedé, y también he intentado mejorar más mis migrañas con psicólogos y me pasa lo mismo que a tí. Puede que el Mindfulnes nos ayude…

  7. Yo también me incluyo como defensora de este nuevo paradigma del dolor pero muy estancada…de hecho después de una pequeña mejoría y optimismo el dolor se magnifico. No se que ha podido pasar… rumiar estamos rumiando, no se si eso sera una variable que mantenga el dolor, algo habrá seguro….pero creo también que para los que padecemos dolor osteomuscular (hernias discales, artrosis etc… creo que el conocimiento solo se queda corto.. habrá que seguir investigando. saludos a todos

  8. Ja Ja. Meencanta esta entrada, y estoy convencida Arturo que tu “rumiadera” acerca de rumiar o no rumiar es cierta. Gracias. Yo soy una experta rumiadora, graduada con el máximo en esta asignatura, también una padeciente experta de dolor crónico, cansancio, desánimo, miedos, etc.
    El cómo dejar de rumiar lo ensayo y lo pruebo hace anios, todavía no encontré mi camino en ese sentido pero sigo la búsqueda y leer tu Block me abrió la puerta a esa búsqueda. Gracias. Loretta

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