Este lunes hemos tenido la cuarta sesión de un curso de pacientes de migraña en el Centro de Atención Primaria de San Martín, en Vitoria.
Como en otros cursos, alegría, agradecimiento, liberación, mucho alivio del dolor y drástica reducción del consumo de fármacos.
Uno de los pacientes trajo una caja de barritas de chocolate que todos consumieron, con el regustillo de la transgresión de lo prohibido.
Muchos años previos de convicción de enfermedad, de probarlo todo para acabar en la desesperanza.
¿Podemos hablar de la migraña como enfermedad?
¿Qué está alterado?
¿Son enferm@s l@s alumn@s del curso?
En mi opinión, no.
Tampoco se puede decir que estuvieran sanos, pues no disfrutaban de “un completo estado de bienestar físico, psicológico y social”, tal como exige la OMS para extender el certificado de salud.
¿Insanos, entonces? ¿Inválidos, quizás?
Suena fatal.
Prefiero hablar de “padecientes” pues el término define la condición de sufridores.
¿Cómo definimos la mejoría?
¿Simple alivio de los sìntomas? ¿Curación?
Los términos médicos que acompañan a la enfermedad no encajan en la migraña. Al organismo no le pasa nada patológico. Sólo que está mal gestionado, privado de libertad para vivir, para afrontar lo cotidiano.
El padeciente de migraña es cautivo de su cerebro y su cerebro está captado, cautivado, por las culturas múltiples de enfermedad.
Como siempre algún padeciente comenta que sus allegados temen que hayan ingresado en una secta. No puede ser que “sólo hablando” se vaya el dolor. Sólo cabe lo mágico, lo esotérico, la apropiación de la mente.
Para nosotros, los profes y l@s alumn@s, la cosa está clara. Se trata de espabilar y para eso hace falta que alguien y algo abra los ojos a la realidad del organismo, un universo que el padeciente está condenado a imaginar desde la perspectiva de lo que le han contado.
El lunes arrancaremos otro grupo.
Ya les contaré.
En la otra orilla, el ibuprofeno, los triptanes, el bótox, las agujas, la homeopatía, todo tipo de chamanes y sanadores y el cuarto oscuro.
¿Hasta cuàndo?
Enhorabuena por un curso más donde un puñado de padecientes se han podido liberar de la condena a una “enfermedad crónica incurable”. Estaría bien que hubiera un curso de formación que nos capacite para realizar cursos sobre migraña. Yo me apuntaría la primera. Un gran abrazo.
Si pero usted trasmite sus conocimiento sobre migraña a enfermedades que desconoce.
Clasifica por ejemplo de ” padecientes ” y cuestiona el caracter de enfermedad al Sindrome de Fatiga Crónica con el perjuicio que ello supone para los enfermos porque osakidetza hace caso de teorias acientíficas.
El centro para el control de enfermedades de Atlanta de clasificación de enfermedades la clasifica como enfermedad y se hace eco de la Revisión de la evidencia por el instituto de medicina norteamericano: donde se establece que hay evidencia científica suficiente ( adjuntando numerosa bibliografía de los estudios científicos que lo argumentan) de que es una Enfermedad sistémica en estos aspectos:
enfermedad discapacitante;
fatiga profunda que no se alivia con descanso;
malestar post-esfuerzo;
problemas cognitivos, procesamiento lento de la información;
intolerancia ortostática;
dolor;
disfunción inmune;
y respuesta anormal al virus de epstein-barr.
Por ello concluyen :” Es claro por la evidencia recopilada por el comite que el Síndrome de Fatiga Crónica es una seria, cronica, compleja y multisitémica enfermedad que frecuentemente y dramáticamente limita las actividades de los pacientes afectados. ”
Esta es la enfermedad que usted minimiza como de “padecientes razonablemente sanos”. Uff.
http://www.nationalacademies.org/hmd/Reports/2015/ME-CFS.aspx
Iñaki: no cuestiono la enfermedad sino que considero la disfunción evaluativa neuroinmune como factor fundamental en la génesis de la enfermedad. Yo no minimizo el sufrimiento e incapacidad de los pacientes. Un organismo razonablemente sano puede convertirse en un infierno a veces letal por la gestión equivocada del sistema neuroinmune. La prueba son las enfermedades autoinmunes. Yo defiendo que existe el equivalente neuronal, con la implicación adjunta (porque siempre el sistema nervioso y el inmune van da la mano) del sistema inmune. Por supuesto que esta situación es una enfermedad sistémica.
Iñaki: no tengo experiencia suficiente con pacientes del síndrome de fatiga crónica y no opino en el blog sobre esa enfermedad. Me limito a exponer información, científicamente contrastada, sobre el funcionamiento de la red neuronal defensiva.
Yo he cruzado el rio. Y mi marido lo entiende. Y lo disfruta conmigo! Gracias, gracias, gracias…
Buenas noches, me encantaría hacer el curso pero vivo en Sevilla y lo tengo complicado. Hay posibilidades de que deis alguno por aquí cerquita?. Seria fantástico.
Mientras tanto Arturo le pediria que me resuelva una duda que tengo. Se que el dolor se produce sin daño previo pero no me ha quedado claro si realmente hay inflamación o no, usted habla de inflamación neurógena, es o no inflamación?
Muchas gracias
Zorionak! Felicidades para todos/as padecientes que habéis conseguido salir de la “Pesadilla Cerebral”. Yo también soy un ex., pero hay que continuar reeducando a nuestro miedoso y equivocado cerebro. Un buen entrenamiento es leer lo que Arturo nos regala. ESKERRIK ASKO!
Lola: no hay inflamación. Sólo sensibilización de los receptores de nocividad (nociceptores), apertura de las zonas de paso de la información, facilitación de programas defensivos… es decir, alerta, pero sin inflamación. El término “inflamación neurógena”es inapropiado.
Muchas gracias Arturo por la aclaración.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-05-08/problema-oculto-provoca-dolor-cronico-sea-insoportable_1185647/
Es un enlace que acabo de leer, parece q algo se empieza a mover.