He participado en un curso dedicado al abordaje multidisciplinar en dolor crónico. Lamentablemente me perdí las ponencias sobre la fatiga y el síndrome de fatiga crónica. Reflexionaré sobre el resto.
Yo expuse mis propuestas habituales sobre cerebro como órgano que imagina, sueña, teme y desea una realidad, en cada escenario pasado, presente y/o futuro. Desde esa realidad imaginada emerge la percepción, lo que sentimos, la ficción del yo generador de voluntad. Los sentimientos somáticos o síntomas no son sino la expresión del estado imaginado, evaluado, de cada escenario.
El dolor integra información sensorial e imaginación, adaptada a ese momento, lugar y circunstancia.
En muchas ocasiones no sucede nada amenazante pero la idea de organismo que en ese escenario está operando puede proyectar dolor a la conciencia sin que los datos sensoriales de normalidad puedan contener el exceso imaginado.
El organismo imaginado está poderosamente influido por la cultura (imitación e instrucción más o menos experta) y por ello el cerebro puede actuar al margen de la realidad, a golpe de miedos promocionados.
Mi propuesta es la de educar desde la biología para contrarrestar el adoctrinamiento.
Abrí el curso y a mi propuesta siguieron otras:
Acupuntura.
Independientemente de que exista el soporte teórico que pretende justificar el procedimiento (energías, meridianos, desequilibrios…), lo cierto es que el efecto beneficioso final de la intervención aparece por la modulación del sistema nervioso central.
Para algunos, puro efecto placebo. Para otros, restauración del flujo energético somático.
Y si es efecto placebo ¡qué más da! Beneficio, al fin y al cabo. Es lo único que interesa: el alivio del dolor. Todo aquello que optimiza la analgesia , venga del efecto placebo y/o de una supuesta acción real, es deseable y lícito.
No estoy de acuerdo, pero es mi opinión. Sostengo que el efecto placebo genera un alivio a corto plazo pero empeora el sustrato nocébico, la dependencia de una acción externa con la convicción de sustrato patológico.
A la acupuntura siguieron varias ponencias sobre ejercicio, deporte, actividad.
Me gustó la propuesta de la actividad frente a la de ejercicio y, sobre todo, deporte. El aporte de salud decrece desde mantenerse activo a hacer ejercicio y practicar deporte.
Lógicamente el complemento necesario es el de combatir el miedo a la lesión, desde el sentido común, desde la convicción de un organismo suficientemente sano que agradece, necesita y no teme la actividad.
Hipnosis. Importancia de la gestión atencional, la posibilidad de utilizar la sugestión para modular las decisiones cerebrales, por ejemplo las que llevan al alivio del dolor.
Intervención sobre terapia breve, con una síntesis extraordinaria de humor y sentido común, remarcando la necesidad de escuchar, captar la atención y colaboración del paciente, antes de proceder a la intervención, sin entrar como un elefante pedagógico en la cacharrería de la historia, expectativas y creencias de cada doliente.
Finalmente una exposición del trabajo desde la psicología en grupos de pacientes con dolor crónico. Constatar, una vez más, que la atención psicológica al sufrimiento lo hace más llevadero aunque, también una vez más, se potencie la aceptación de que estamos ante una situación irreversible: “el dolor crónico no se quita”…
Conclusiones:
Siempre es saludable acudir a un encuentro en el que otros exponen su visión, en parte confluente y en parte divergente. Es bueno saber que hay cosas que no sabemos o no les damos la importancia que merecen
Hay un colectivo de fisioterapeutas ávido de aprender, con espíritu crítico, sensible al papel del cerebro.
El abordaje multidisciplinar no acaba de integrar una teoría moderna, sistémica, del dolor.
La ausencia de médicos en el auditorio.
Pedagogía, acupuntura, placebo, actividad, catastrofismo, kinesofobia…
El cerebro interesa.
Puede que contenga en el dolor crónico muchas preguntas y respuestas.
Puede que más que la biomecánica.
Eso opinan un número creciente de fisios.
Espero tener más oportunidades para actualizarme e integrar.
Un placer.
Fue un placer conocerte en persona Arturo. Deseo verte en otras ocasiones. 1 abrazo y gracias.
Hola Arturo,
Aprovecho este post para reafirmar tus comentarios y exponer mi experiencia a otros lectores.
Ahora hace un año que conocí el blog y leí tu libro, para mí el enfoque fue toda una revelación, los posteriores e-mails que intercambie contigo respondieron muchas de mis dudas y optar por el conocimiento ha sido y esta siendo sobre todo una experiencia liberadora, no depender de los medicamentos y experimentar que el dolor se va sin analgésicos es lo que me hacer seguir por este camino.
Para ser precisa y no extenderme, estos son mis resultados:
* 2 analgésicos en todo 1 año, a estas alturas habría ya tomado alrededor de 300. Si 300 , unos 4/6 por día tomaba en mis crisis
* Reducción de la duración de las crisis , ahora suelen duran un máximo de 18 horas, antes duraban 3/4 días , la última con analgésicos fue de 7 días. Y ahora hay crisis que me han durado unas pocas horas.
* Espacio de las crisis. Poco a poco veo que se van espaciando, antes tenia cada dos semanas, ahora 1 al mes e incluso en alguna ocasión ha sido mes y medio
* Intensidad, varía en las horas de crisis hay momentos de mas / menos intensidad creo que depende de la atención, es cierto que pasar una crisis sin el soporte de los analgésicos a los que estas acostumbrada, es a veces complicado pero cada vez menos, por eso pienso que aquí es dónde hay que poner creatividad y cada uno encontrar lo que mejor le vaya para desviar la atención. En mi caso es ponerme a hacer algo que me resulte complicado, que tenga que concentrarme. Aqui creo es el punto donde los padecientes puedan necesitar algún tipo de ayuda, ideas, soporte.
Simplemente todo ventajas, dudas, muchas todavía 🙂 sobre todo con el dolor. Yo lo tengo claro hay que seguir y ser constante, si el momento ahá no le llega al organismo, la repetición de los comportamientos adecuados en la dirección correcta acabará por calar y el dolor sin daño acabará por no aparecer
Son muchos años en las que otras rutinas han impuesto sus reglas, por lo que hay que darse tiempo y mientras tanto disfrutar.
Gracias Arturo , supongo que como a muchas otras personas, el conocerte ha cambiado mi vida a mejor.
Abrazo!
Pati: muchísimas gracias por tu aportación. Tiene mucho valor lo que cuentas. A veces queremos salir del atasco con prisas, desde la angustia y la necesidad del alivio. El dolor impone. Abusa y nos puede desviar del camino correcto, nos roba la atención.
No hay más armas que las que tan magistralmente has indicado.
Un abrazo
Gracias Arturo por querer divulgar, enseñar, aprender, compartir….ha sido un verdadero placer tenerte en las Jornadas.