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El lenguaje del cerebro

Una amiga migrañosa me comentó ayer que ha descubierto un remedio para abortar la crisis:

Agua.

No es la primera vez que lo oigo.

No hay nada como un par de litros al día para mantener «limpio» el organismo.

Sea lo que sea que inicie la crisis puede hacerlo porque acumula mugre, química tóxica. Pasamos la fregona y listo.

El agua potable es necesaria para el buen funcionamiento del organismo. Tenemos grifos por todas partes. Por si nos olvidamos de beberla el cerebro nos recuerda a través de la percepción de la sed que debemos priorizar el traguito.

Muchos ciudadanos han incorporado el botellín al kit de supervivencia de cada día. Antes era el tabaco. Ahora el agua.

Si instruimos al cerebro en el bien del agua, en el concepto de impureza interna, en la virtud de la limpieza… acabará reclamando el consumo adictivo. Puede hacerlo de modo imperioso incluso, creando el mono de la abstinencia porque se nos ha olvidado cargar el botellín en la mochila.

De esos polvos culturales pueden surgir muchos lodos. Uno de ellos es la activación de la penalización vía dolor, vía crisis.

¡Bebe agua!

La exigencia se hace crisis incipiente.

Una serie larga de pequeños sorbos calmarán el «hambre de agua» del organismo.

No falta agua. Sobra miedo a la «impureza» interna por no consumirla.

El balance final es:

El organismo no necesitaba más agua pero el cerebro está instruido en el exceso acuoso como virtud.

El cerebro hace suya la creencia en la virtud acuosa y exige que el individuo consume la acción de los traguitos. Lo hace, incluso, con apremio (dolor)

El individuo calma la angustia cerebral consumando el trago y se apaga la reclamación. El dolor amaina.

El riñón, el corazón, la hipófisis… han tenido que hacer un trabajo extra para eliminar el agua innecesaria.

– El agua me corta la migraña. Me limpia.

Hoy en día está muy extendida la idea de «organismo sucio».

– Estoy siguiendo una terapia de limpieza.

Se establece una dieta severa, regada generosamente por agua y el organismo queda como nuevo. El dolor y otros achaques se van.

Hay un libro muy recomendable: «The idiot brain» de Dean Burnett, un neurocientífico dedicado a la divulgación en la BBC. Su lectura acaba con la idea de que el segundo órgano favorito de Wody Allen sea algo perfecto. Más bien es lo contrario. Es lo más ingenuo y potencialmente absurdo que uno se puede encontrar por este mundo.

Puede concluir, por ejemplo, que los estímulos sensoriales visuales, cinestésicos y propioceptivos generados por viajar en coche sólo pueden interpretarse como envenenamiento y activar la orden de vomitar el supuesto veneno… y también puede exigir, activando el dolor, que echemos con urgencia, un trago de agua.

– Pues a mí me funciona.

El cerebro funciona. Estamos de acuerdo

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5 comentarios en «El lenguaje del cerebro»

  1. Nunca he entendido la manía de los médicos por recomendar agua para cualquiera que sea el problema que tengas, Hay que beber cuando uno tiene sed. Y si no ¿Porqué la ingesta de agua era una forma de tortura en la Edad Media? Ironías de la vida.

  2. Buenas noches Arturo
    Como siempre un placer leérle.
    Estas comparaciones claras,contundentes,pragmáticas son perfectas para entender (mejor dicho sentir) el como y el porqué…gracias por seguir ahí.
    Saludos

  3. Leo un par de cosas y me preguntó… Al autor le dolio alguna vez algo?
    Porque al que no le duele no puede opinar. O puede hacerlo desde la teoría,sin estar en los zapatos de.
    Una fractura ósea duele?o es algo que biológicamente no debería doler?
    Cuando te golpean o te golpeas, te queman o te quemas, etc hay dolor? Es físico?
    O sea, sin la mente humana maquinando, si uno estuviera anestesiado sufre el organismo?
    Yo creó que si,sino anestesiada la mente , el cuerpo no haría los procesos de respirar,cicatrizar ,coagular etc.
    Ahora creó también que ,si a esos dolores le sumamos estar alterados,irascibles y con el pájaro carpintero rumiador destilando bronca como es mi caso, se potencia el dolor a niveles extremos.

  4. Mari Cas: este doctor ha tenido mucho dolor en una determinada época de la vida, cuando creía erróneamente que mi dolor lumbar provenía de las alteraciones de mis discos, tras ser intervenido de una hernia discal. Afortunadamente reflexioné y estudié lo suficiente como para cambiar mis creencias y expectativas hacia la dirección que ahora trato de divulgar en este blog. Muchos lo entienden así y mejoran tras comprender la verdadera trama biológica del dolor.
    Todos los dolores sonfísicos o psicológicos, como uno prefiera. En mi opinión todos los dolores son neuronales, es decir, provienen de un tipo de células (neuronas) que se dedican a crear productos psicológicos, como la percepción, memoria, imaginación, creencias, decisiones, emociones y un largo etcétera.

  5. Estoy sorprendido de encontrar este blog. Quería daros las gracias por postear esta obra maestra. Sin duda he gozado cada pedacito de ella. Os te tengo agregados para ver más cosas nuevas de esta web .

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