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Complicada honestidad. ¡Zorionak, Maite!

Hoy cumple años mi hija Maite. Todavía pocos. Puede que ya demasiados.

Maite es fisio, como su marido, Asier.

Una vez obtenida la titulación, invirtieron la pasta y su tiempo en cursos de postgrado a la vez que trabajaban para engordar cuentas ajenas. Drenaje linfático, osteopatía, inducción miofascial…

No habíamos hablado nunca de dolor hasta una sobremesa, hará ya unos cuantos años.

– El dolor no surge de los tejidos sino del cerebro…

– ¡Aitá!. ¿Quieres decir que tenemos que olvidar todo lo que hemos estudiado?

Ese día les compliqué la vida. Lo que ellos creían Norte era para mí el Sur. Hablamos más veces. Lo del Norte y el Sur es relativo. Los alaveses son del Sur para el resto de los vascos…

Sólo debiera haber un modo de afrontar la incertidumbre: adquiriendo conocimiento y aplicándolo con honestidad… sin perder de vista el Norte del paciente (puede que sea también el Sur).

Creo, desde el sesgo de la paternidad, que Maite y Asier, aceptaron que el conocimiento y la honestidad les complicara la vida profesional.

Pensando en ellos y en todos esos fisios chiflados que no pueden desprenderse de la pasión por conocer y ser honestos escribí en 2011 la entrada que hoy reedito: Complicada honestidad.

¡Zorionak! Maite. Felicidades.

Disfruta de la tranquila y profunda emoción de la coherencia.

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Complicada honestidad

Los pacientes que acuden al fisioterapeuta tienen unas determinadas expectativas. Existe un estereotipo bien definido sobre lo que habitualmente se espera que haga un fisio para aliviar el dolor: una vez recogido un mínimo de datos (dónde, cuándo, cuánto y por qué duele) y los informes diagnósticos y pronósticos profesionales previos, el paciente espera que se ponga cuanto antes “manos a la obra” y comience a palpar, masajear, mover la zona dolorosa para localizar “el mal” y disolverlo con sus manos…

Post data: tal como sucedió en 2011, puede que la entrada se interprete erróneamente (según mi parecer) como un ataque a otros modos de hacer Fisioterapia. Para quienes hagan esa lectura les aconsejo que lean los comentarios que siguieron a la entrada, allá por 2011.

 


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11 comentarios en «Complicada honestidad. ¡Zorionak, Maite!»

  1. Egun On ta Zorionak Maite!!
    Y sobre la complicada honestidad un pequeño apunte sobre las dudas que me surgen al leer esta paternal entrada.
    Por una parte podría aclarar a que se refiere con lo de “engordar cuentas ajenas”?
    Y por otra parte, debe entenderse de lo que expone en esta entrada que el resto de fisioterapeutas que según dice trabajarían siguiendo ese estereotipo habrían “perdido el norte” y/o se les estaría cuestionando su honestidad, sugiriendo a caso que estuvieran ejerciendo su profesión con el objetivo de “vaciar los bolsillos” de padecientes con dolor sin daño tisular cuyo sufrimiento se debe a estar bajo el dominio de un “cerebro equivocado”?
    El conocimiento del cerebro que tiene gracias a sus estudios y la experiencia adquirida en su larga trayectoria profesional creo podrían haberle permitido comprender que aún no habiendo daño tisular el dolor puede ALIVIARSE, ATENUARSE, aunque sea TEMPORALMENTE, mediante técnicas que esos fisioterapeutas de los que parece cuestionar su honestidad han aprendido y práctican, seguramente con la misma intención y deseo que les mueve a ustedes, evitar el sufrimiento o cuando menos aliviarlo.
    A las y los padecientes que hemos acudido, seguimos acudiendo y ójala pudiéramos dejar de acudir se nos “resienten los bolsillos” pero lo hacemos por NECESIDAD y no con la intención de “engordar cuentas ajenas”.
    Y por si le sirve, creo que nadie es ajeno a que ante el sufrimiento, aunque sea solo moral, una caricia siempre viene bien luego difícilmente podrá cuestionarse el papel de los fisioterapeutas “convencionales” en el tratamiento del dolor, sabiendo tanto ellos como los padecientes que no siempre se logrará el objetivo de la erradicación total del dolor y que en muchos casos nos conformaremos con el paliativo del alivio del mismo.
    Un saludo

  2. Buenos días Doctor.
    Trabajo en Psicología con padecientes de dolor crónico y cáncer. He podido comprobar como tramitir sus experiencias y enseñanzas ayuda a muchas personas, por lo cual le estoy muy agradecido.

    El motivo inmediato de este mensaje es comentarle que ayer por la noche vi en TVE-2 el inicio de una pelicula, INSENSIBLES, y me parece que cuenta con unas imagenes que pueden ser muy útiles en Pedagogia del dolor para ayudar a los participantes-padecientes a comprender el valor funcional del dolor.

    Le reitero mi agradecimiento por todo su trabajo y por su humanidad y honestidad.
    (Espero poder escucharle alguna vez en Madrid)

  3. Marite: “engordar cuentas ajenas” se refiere a trabajar por cuenta ajena, mucho y mal remunerado. Creo que a todos nos ha podido pasar en los comienzos. Para su conocimiento, le diré que desde alguna asociación adoctrinan a sus socios para que eviten ser atendidos por quienes divulgan la pedagogía del dolor

  4. Domingo: gracias por el comentario y la recomendación. Realmente fue así: a los pobres niños que padecían la enfermedad de no poder percibir dolor los exhibían como espectáculo de circo. Ellos mismos creían poseer un superpoder que les volvía indolentes y presumir de valor para soportar el daño auto o heteroinfligido sin pestañear. Lógicamente morían en unos pocos años.

  5. Sigue llamándome la atención de su “interés” por las asociaciones que adoctrinan a sus socios para que eviten ser atendidos por quienes divulgan la pedagogía del dolor.
    Yo le puedo decir que pertenezco a una asociación en la que SE HABLA de la pedagogía del dolor, algo diferente a ADOCTRINAR. De cualquier manera veo más fácil evitar el adoctrinamiento, venga de donde venga, que convencer al cerebro de la evaluación errónea que hace en las patologías que cursan con dolor sin daño tisular. Es mi humilde opinión.
    Estoy deseando de que desde la medicina pública se ofrezca a quién lo precise la posibilidad de conocer la Pedagogía del Dolor para que también así de esta manera se pueda valorar con el rigor que se merece el éxito si lo tuviere en los miles de personas afectadas por estas “disfunciones” cerebrales.
    Y de cualquier manera, añadir que tampoco comprendo la alusión a dicha asociación cuando trataba de aclarar lo que es “trabajar por cuenta ajena”.
    Salud

  6. Gracias a Domingo por compartir esa información. Trataré de buscar la película y ójala pueda encontrar en ella la útilidad que comenta para poder comprender y asimilar mejor la Pedagogía del Dolor y el valor funcional del dolor. Si lo consigo intentaré compartir la experiencia.

  7. Marfite: no hay ninguna referencia a las asociaciones en el concepto de “cuenta ajena”. Acepto sustituir el verbo adoctrinar por el de informar pero en cualquier caso se les aconseja que eviten la prestación a la que nos referimos. No tengo ninguna obsesión. Lamento que algo en lo que creo firmemente no haya encontrado el apoyo de asociaciones (fibromialgia o migraña) con las que siempre hemos colaborado cuando lo han solicitado.

  8. Hace unos años comencé primero a sufrir frecuentes lumbalgias y luego se fue instalando algo peor que es el miedo al movimiento para tratar de evitarlas. Asi, de a poco como empezó terminé como una persona de 80 cuando todavia no he llegado a los 60 años de edad. Encontré la solución al entender que resultan ser mensajes erróneos del cerebro y por lo tanto comencé a hacer caso omiso a las acechanzas del dolor y tratar de continuar mi vida normal. No digo que lo he vencido pero sí me ha ayudado a superarlo. Un saludo y gracias por la información.-

  9. Estando muy de acuerdo con lo que se postula en este blog, tambien soy consciente de que aunque se extendiera universalmente la pedagogía del dolor, muchos padecientes no lograrían comprender ni interiorizar las causas de su problema, es mas, muchísimos padecientes aún convirtiéndose en “expertos” en el cerebro y sus equivocaciones, tampoco mejorarían. Pero no porque las tesis del Dr Goicoechea estén equivocadas, sino, porque la misma naturaleza de la problemática de la que estamos hablando es así de cruel.

    De igual forma y como ejemplo diré que ocurre lo mismo con los llamados trastornos de la personalidad, un montón de gente que los padece, a pesar de psicoterapias y fármacos no mejoran, y no se cuestiona la validez de la Psicología, sino que se achaca a las dificultades propias de dicha problemática.

    Pienso tambien que cuando no hay problema orgánico y se produce una mejora subjetiva del paciente por medio de los métodos convencionales que no tienen en cuenta los errores evaluativo-predictivos, ni los miedos infundados transmitidos por la cultura, seguramente estaríamos hablando de que o el cerebro se ha tranquilizado porque previamente creía en la efectividad del tratamiento, o también porque dicho tratamiento le ha distraído consiguiendo que no prestara tanta atención a la parte del organismo que le duele (hay mas causas posibles).

    En mi propio caso diré que a pesar de todo lo sabido, cuando tengo una lumbalgia lo suficientemente intensa, sigo acudiendo a urgencias a que me pinchen. Y yo lo veo así, a pesar de estar convencido intelectualmente de que no se trata de un problema inflamatorio, la parte de mi cerebro donde se origina el miedo, cree en el voltarén.

    Ahí está la problemática, el cerebro disiociado, dos partes que opinan de forma totalmente diferente, Y ¿Como puede convencerse el cerebro a si mismo? ¿Como puede hacerlo si está convencido de que su error no lo es en absoluto?

    Lo que digo, si no se producen mejorías en los padecientes a pesar de la pedagogía, no significa que la tesis del error cerebral sea errónea, significa que la propia naturaleza de la problemática tiene esa característica, esa dificultad: A un cerebro predispuesto al miedo de nacimiento y encima mal configurado culturalmente le suele costar horrores cambiar, eso es un hecho.

    Pensar y sentir diferente a la mayoría, a lo que la cultura establece como real, no es cuestión baladí, aparecen el aislamiento y la incomprensión, y si esa diferencia es demasiado grande, la cosa se agrava mucho mas.

    Por ello es comprensible tanta resistencia a pensar por uno mismo, a desarrollar independencia de criterio, a salirse de lo irreflexivamente comúnmente aceptado, en definitiva tanta resistencia a llegar a ser una persona libre y autónoma.

  10. Santiago: suscribo tus reflexiones y no tengo nada que añadir. Quizás recordar que el dolor crónico contiene una estructura adictiva que consigue obligar al padeciente a una conducta “terapéutica”. Eso explica la dificultad de superar el círculo vicioso

    Enviado de Samsung Mobile

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