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Maldito cerebro

El dolor es una percepción aversiva que protege aquellos tejidos lesionados que deben ser protegidos en el proceso de reparación o que penaliza la actividad del individuo en contextos de enfermedad, con el objetivo de reducir el consumo improductivo de energía.

No siempre es así. Es más frecuente que el dolor no sea mas que la expresión de una valoración de amenaza errónea por parte del cerebro. El individuo consciente puede compartir o no esa valoración errónea.

El objetivo ante el dolor innecesario e improductivo es el de modificar la evaluación errónea cerebral que lo genera.

¿Cómo?

No lo sé.

Teóricamente:

1) cambiando el paradigma: el dolor no informa del estado de los tejidos sino de cómo se evalúa la amenaza por parte del cerebro, a veces de modo erróneo.

2) desde la convicción de falta de peligro, promover la actividad libre y confiada.

3) centrando los recursos atencionales en la actividad programada.

4) desatendiendo el dolor y el objetivo de minimizarlo a costa de la pérdida de actividad.

5) primando la estrategia a medio y largo plazo sobre el resultado inmediato.

El proceso evaluativo cerebral integra muchos factores que interactúan de modo complejo y básicamente inconsciente a lo largo de la vida. No podemos modificar esos factores a nuestro antojo. Nos limitamos a crear condiciones de cambio en lo que conocemos y lo que decidimos hacer.

El objetivo de la Pedagogía es el de facilitar el conocimiento de los factores que integran la percepción dolorosa para que el padeciente decida desde un marco distinto al que la cultura oficial sugiere.

Muchas veces el cerebro modifica sus evaluaciones. Hay menos dolor, menos invalidez y menos consumo adictivo de terapias.

Otras veces nada cambia. No basta estar convencido y tratar de recuperar la actividad perdida. Todo sigue igual.

En ocasiones hay un cambio inicial, a veces brillante, pero el cerebro vuelve a las andadas, recupera evaluaciones pasadas y reorganiza el error.

Teóricamente no hay problema: si el cerebro reorganiza el miedo al daño y atribuye al dolor la validación de ese miedo (sesgo de confirmación) el individuo debe reaccionar con las armas del conocimiento y la conducta, reforzadas por el éxito pasado.

A veces es así. Todo vuelve a su cauce.

Otras veces el dolor gana la batalla e impone su ley. Los padecientes recuperan los fármacos y la inactividad con sentimientos de culpa por haber cedido a la presión de un dolor despiadado.

No es una situación fácil y no dispongo de recetas específicas. No hay plan B. Cada padeciente deberá explorar el modo de salir del círculo kafkiano del dolor sin daño, desde las mismas convicciones y determinación que le fueron útiles al comienzo.

Puede que la recaída resulte más complicada. No hay nada nuevo que conocer ni conducta que modificar. El padeciente hace lo “correcto” pero el dolor impone su ley.

En mi caso, con la reaparición del lumbago, me apliqué la receta: convicción de no daño, no modificar la actividad, no perder la calma. Resistir, persistir.

Sé que algunas amigas del blog lo están pasando mal con crisis renovadas de migraña.

Sólo puedo darles ánimo.

!Maldito cerebro¡

!Maldita la cultura que lo conectó¡


Este blog es solo la punta del iceberg, se puede hacer mucho más.


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    22 comentarios en «Maldito cerebro»

    1. Dejar de enfocar el dolor: si cede o aumenta… y abandonar la tarea que uno quiere desarrollar. El problema aparece al proponerse el objetivo de no pensar en el dolor: irónicamente aumenta la atención hacia él

    2. Gracias, Arturo , por esta entrada. Se que hay padecientes seguidoras y seguidores del blog que sufren en silencio sus recaidas quizá por temor a ser diferentes, a ser bichos raros, quizá por el temor de sentirse acusados de no haber entendido la propuesta (porque el cerebro también aprieta en ese sentido con ese pensamiento “contigo no sirve esto”)
      Si algo caracteriza a este blog es la pluralidad, el poder expresar cuando la propuesta funciona, cuando se produce una recaida, cuando todo va sobre ruedas……..expresemos, contribuiremos a la riqueza del blog
      Hay veces que el individuo propone y el cerebro impone.

    3. “La mente, es decir el cerebro, gestiona junto con el sistema inmune los recursos defensivos del organismo. Activa y desactiva programas cuyo objetivo es minimizar la incertidumbre de daño. La mente no puede curar enfermedades, solo se limita a gestionar recursos defensivos: a activarlos y desactivarlos” (Arturo G)

      Completamente de acuerdo, pero entiendo que si activa recursos defensivos de alguna manera, directa o indirectamente está posibilitando el que pueda haber curación… no es así?

      Entiendo de la complejidad del tema, pero según he leído en el último libro del Dr. Joe Dispenza, (“El placebo eres tú”) dónde se combinan los últimos descubrimientos en neurociencia, epigenética, y psiconeuroinmunología, nos habla de infinidad de casos extraídos de la literatura médica y de sus propias investigaciones que demuestran que la anatomía no es estática sino que se transforma y regenera constantemente, y que el agente de estos cambios no es el azar, ni el estilo de vida, ni la genética (aunque todo esto pueda influir) sino que son los pensamientos que albergamos, las emociones que sentimos y las convicciones que arrastramos lo que se traduce en forma de hormonas, proteínas y neurotransmisores, manifestándose en nuestra salud y en nuestra vida..
      según Dispenza, podemos dejar de ser sujetos pasivos, y revertir el proceso activando cadenas de acontecimientos en nuestro organismo capaz de devolvernos la salud.

      Según Dispenza, los pensamientos y emociones modelan constantemente el cerebro, el cuerpo e incluso las mismas células….

      A partir de aquí, su libro está lleno de casos de curaciones dónde parecen intervenir dichas teorías.

      Si los agentes externos influyen sobre nuestra salud, ¿Por qué no lo pueden hacer los internos?

      Verdad o mentira??? No lo se, pero tampoco lo encuentro del todo descabellado!!!

    4. Joaquín: estoy de acuerdo con la idea base de que el sistema neuroinmune gestiona el organismo y nos protege constantemente de todo tipo de amenazas pero tiene poderes limitados y pienso que no podemos hacer que trabaje a nuestra voluntad. El efecto placebo modifica las decisiones defensivas del sistema neuroinmune y eso podría en teoría activar recursos dormidos defensivos pero cuando un cáncer, por ejemplo, está instalado, no creo que, salvo en casos muy excepcionales, los placebos, el poder de la mente, puedan invertir la situación. He oído hablar del Dr Dispenza y lo que dice son afirmaciones muy generales. La Psiconeuroinmunología es un universo muy complejo y peligroso. No tengo suficiente conocimiento del tema como para opinar y juzgar. Me limito a mostrar mi escepticismo y mi desconfianza.

    5. Patricia: no tengo ninguna explicación para tu queja. En ningún caso he censurado un comentario tuyo. No siempre los contesto. Depende del contenido pero no recuerdo haber omitido ninguno tuyo. Sólo censuro los que contienen insultos arbitrarios o publicidad.

    6. Gracias por la aclaración.
      Hace meses comenté que quise que mi cerebro re-evalue la falsa alarma. Conclusión: pude escribir y publicar un libro sobre la formación del Estado en Ecuador desde la neuropolitica. El Estado es un cerebro político.
      Lo que quise demostrar es que se puede sobrepasar los limites que impone la fibromialgia severa crónica. Se puede, con mucha tenacidad, a ritmos especiales de tiempo, a mi ritmo y pesima calidad de vida. No he mejorado. Mi maldito cerebro y mi ego.
      Si alguien quiere revisar el libro le mando el link. Arturo, le mande hace varios meses a su correo .
      http://www.planificacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2014/06/Los-Constructores-del-Estado-Nacional.pdf

    7. Pienso que la configuración de un plan B no le corresponde a usted, Arturo. Con su plan A ya ha hecho una gran contribución. El caso es las cosas funcionan así, al cerebro no se le puede imponer nada, se rebela a base de empeorar la sintomatología.

      Se trataría entonces, creo yo, de confeccionar una estrategia basada en intentar crear las condiciones necesarias para que se pueda producir el cambio cerebral sin esperar ningún resultado, al estilo de Ghandi, actuar sin tener en mente los frutos de la acción.

      Todas las demás terapias (alternativas o no) al no tener en cuenta al cerebro, no solucionan nada, nos desesperan y nos limpian la cartera. Pero es humano, mientras probamos la nueva panacea, nos ilusionamos durante un tiempo con un chute de optimismo, y si el terapeuta es humano, nos sentimos entendidos en nuestro drama.

      Podemos estar así toda la vida, probando y probando, las terapias son infinitas, harías falta unas cuantas “reencarnaciones” para experimentar con todas.

    8. Santiago: me parece bien la propuesta Ghandiana. Creo que algunos padecientes intentan ponerla en práctica con resultados variables. Al menos sirve para distanciarse del dolor y no dejar que se convierta en un compañero insoportable de viaje que no calla con su verborrea insoportable: “tus palabras son como zumbidos de moscas en mis oídos” que decía Sinuhé el egipcio.

    9. Hace ahora poco más de un año que leí el libro de Arturo sobre la migraña y empecé a visitar asiduamente el blog. Llevaba 50 años de paralizantes dolores de cabeza que me obligaban a permanecer en cama una o dos veces al mes, a veces más. Ni pastillas ni remedios alternativos habían tenido ningún resultado. Desde el primer día que me enfrenté al dolor con este nuevo planteamiento tuve éxito, vencí mis dos primeros dolores intensos en unas horas y hasta ahora no me ha vuelto a dar ninguno de importancia. A veces hay un conato pero cuando me doy cuenta envio la brigada de sentido común antidolor que enseguida lo neutraliza.
      Si tuviera que dar un consejo a alguien es que supere el miedo, antes me iba a la cama con temor a que al día siguiente me iba a doler como consecuencia de algo que había hecho, comido… Tambien que pierda el miedo a que a el, o ella no le va a funcionar. Para mi, la mejor forma de enfrentarlo es con conocimiento, he aprendido mucho a través de lecturas (Kandel, Damasio, Ramachandran,…) sobre como funcionan nuestras mentes, sobre la plasticidad del cerebro y neuronas, etc., y esto me ha cargado de razones para lidiar con un cerebro alarmista.
      Muchas gracias.

    10. Un poco de Jung:

      “Cabe decir, pues, que nos encontramos en la situación de un neurótico que debe rendirse a la penosa evidencia de que se halla en un conflicto y de que su tan repetido intento de reprimir sencillamente aquello que se le enfrenta sólo dió por resultado un empeoramiento de la neurosis”

      “Por mas que se esté ilustrado desde largo tiempo atrás respecto de la significación, los efectos y las propiedades de los contenidos inconscientes, jamás se llega a penetrar su profundidad y abarcar sus posibilidades, pues son susceptibles de variación infinita y no es posible privarlos totalmente de su potencia. El único medio de dominarlos en la práctica consiste en colocar a la conciencia en una postura tal que permita que lo inconsciente coopere, en lugar de perturbar”.

      Desconozco si el dolor crónico puede ser considerado como neurosis. Desde luego habrá padecientes muy neuróticos y otros no tanto, pero creo que lo escrito por Jung puede extrapolarse perfectamente al tema que nos atañe en este blog.

    11. Santiago: en mi opinión los contenidos de la consciencia son proyecciones del procesamiento integrado de la red neuronal. Podemos modificar esa proyección a través de la instrucción y la experiencia, imaginando despiertos pero la conciencia es lo que el sistema propone al individuo, es una función selectiva, proposicional. Sólo tenemos caminos indirectos e inciertos para tratar de modificar el batiburrillo inconsciente y, consecuentemente, lo que acaba proyectándose a la conciencia. Me temo que son cuestiones filosóficas, interesantes, que aún se nos escapan.

    12. Patricia: desde mi punto de vista el conocimiento del proceso neuronal que genera la percepción de dolor, en ausencia de daño, es una base previa conveniente o, incluso, necesaria, para, si existe un afrontamiento psicológico disfuncional, abordarlo con una psicoterapia

    13. hola Doctor, me resultan de muchisima ayuda sus conocimientos acerca del dolor crónico, podría Ud. enviarme información sobre terapia cognitiva- conductual. Un Saludo y muchas Gracias

      Date: Mon, 23 Mar 2015 08:31:09 +0000 To: ncbfantasma@hotmail.com

    14. Norberto: no es un tema de mi competencia ni tengo experiencia ni conocimientos en la materia. Corresponde lo que me pides al ámbito de la Psicología. Nuestra propuesta es pedagógica, no terapéutica.

    15. Hola Arturo. Hace dos años que comencé una terapia basada en los conocimientos que transmites en este blog y gracias a la pedagogía y al aumento progresivo de actividad conseguí combatir muchos síntomas de las migrañas y la fibromialgia que sufría. Conseguí acabar con todo tipo de medicinas y terapias para combatir el dolor, reducir los desencadenantes de las crisis al mínimo y llevar una vida bastante más activa que la media. En este tiempo me he sentido muy orgullosa de todo lo conseguido, sobre todo de haber cumplido mi sueño de ser madre, de amamantar a mi niña durante un año sin haber olido una medicina en el camino. Pero ahora después de todo ello estoy pasando una fuerte recaída. De todos los desencadenantes el único con el que sigo luchando es con el factor hormonal. Tengo los ciclos menstruales muy irregulares. Si tomo anticonceptivos los ciclos se regulan pero no me libro de la migraña en esos días. Esto no suele ser un problema porque es una vez al mes y aprendí a pasarlas sin medicación. El problema es cuando dejo los anticonceptivos. Estoy intentando buscar otro bebé y, al no tomar anticonceptivos, los ciclos son muy irregulares. Llevo dos meses sin menstruar y mi cuerpo ha sufrido una recaída terrible= brote de fibromialgia y migrañas todas las semanas. Me siento permanente como los días en los que menstruba pero sin llegar a hacerlo. Sigo repasando la teoría, manteniéndome lo más activa posible, sin medicar e intentando racionalizar la situación pero no podía evitar preguntarme: ¿Qué estoy haciendo mal? ¿por qué ha dejado de funcionar? ¿Si me esfuerzo por cumplir todas las recomendaciones por qué otros ya no tienen recaidas y yo si? Me sentía atascada y no sabia cómo afrontar esta fase. Con esta entrada me has ayudado mucho. Al menos sé que son cosas que pueden pasar aunque se esté haciendo bien. Me centraré en las batallas ganadas (que han sido muchas), en disfrutar de mi niña y no centrarme mucho en la recaída (puede ser desesperante). RESISTO Y PERSISTO

    16. Monica: los cambios hormonales son continuos en el organismo pues este tiene que afrontar realidades y objetivos cambiantes. La menstruación es un proceso de despegamiento delicado de la mucosa uterina preparada para alojar un huevo fecundado. Si el óvulo llega de vacío se produce la apoptosis (caída de hoja en griego) y la mucosa uterina se desprende sin problemas, sin inflamación. Si aparece dolor en la zona pélvica no es por los sucesos de despegamiento sino porque se instaura el estado de alerta hipersensible.

      Percibimos aquello que el cerebro considera deseable, aquello que incita a una conducta que el cerebro exige.

      Los estados dolorosos en ausencia de un daño que los justifique, son estados de miedo somático proyectados a la conciencia para conseguir el contagio y la complicidad del individuo.

      No te preocupes. Intenta tranquilamente rebajar alertas. No te obsesiones con conseguir el triunfo. Céntrate en los objetivos: por ejemplo traer otro bebé…

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