Este sábado hemos tenido la revisión del último grupo de padecientes de migraña. Siete habían mejorado sustancialmente y cuatro seguían igual. La intervención pedagógica se completa con esa revisión. Es previsible, como ha sucedido hasta ahora, que después de la revisión, el resultado mejore.
En la revisión cada padeciente relata cómo le ha ido tras la exposición de la propuesta pedagógica. En dos meses los alumnos han tenido la oportunidad de afrontar conatos de crisis o crisis en toda regla desde el nuevo marco.
Muchos han plantado cara y han optado por el cambio de estrategia: nada de renunciar a los planes; nada de quedarse en la cama y suplicar silencio; nada de tomar precozmente el calmante.
Otros han claudicado y han optado por la vía habitual: calmante precoz.
Hubo todo tipo de comentarios. Cada alumno cuenta su peculiar modo de luchar por el “desenmigrañamiento”. El cómputo general muestra un descenso considerable de días de dolor, de intensidad de sufrimiento y de invalidez. Todo ello con una reducción notable del consumo de fármacos.
Una alumna dijo algo que hemos oído repetidas veces en los grupos:
-He recuperado la dignidad
Los pacientes con migraña severa se sienten muchas veces culpables, incapaces de hacer frente al embate de las crisis, pues no acaban de dar con la clave de la conducta que evite su desencadenamiento. Creen residir en un organismo enfermo, vulnerable, sensible, que no tolera la más mínima desviación de una norma que tampoco conocen. Tratan, a pesar de todo, de vivir con cierta apariencia de normalidad y ocultan su drama ante los demás para que no piensen que son personas quejicas, manipuladoras, que no hacen mas que estropear todos los planes familiares.
La migraña puede hacerse sentir a quien la padece, muy miserable. Puede mellar su autoestima, generar una cierta vergüenza de “ser” así y no acertar a remediarlo.
La Pedagogía desculpabiliza el organismo migrañizante y a su residente, el padeciente. Quita la carga de una genética que determina, que condena y la desvía hacia los instructores, a quienes proclaman la doctrina oficial o alternativa del origen del mal y su remedio.
La migraña aflora en un organismo sano, con una genética normal y con un individuo que lleva o trata de llevar una existencia biológica y socialmente normal. Nada hay que justifique las crisis. Sólo miedo. Un miedo del sistema neuroinmune de defensa a que algo va a suceder en la cabeza. Un miedo alimentado por una cultura sensibilizante que lo consolida en un círculo vicioso retroalimentado una y otra vez con cada crisis.
– Tiene usted migraña. Acéptelo. Viva ordenadamente. Prívese. Relájese. Siga nuestros consejos y propuestas terapéuticas.
Ni caso:
– Espabile. Instrúyase. Libérese. Atrévase. Haga un corte de mangas. Recupere la convicción de normalidad.
La Pedagogía se limita a explicar cuestiones básicas del sentido y peligro de la actividad del sistema neuroinmune defensivo. Basta conocer esas cuestiones básicas para afrontar el cambio de conducta.
– He recuperado la dignidad
Ese era el objetivo.
El cuatro de Octubre tenemos un grupo nuevo. Previsiblemente, un porcentaje sustancial de los alumnos recuperará la dignidad. Hasta ahora siempre ha sido así, con los grupos de San Martín y con los de nuestra clínica.
Quienes se decidan pueden dirigirse a este link:
http://www.escueladeldolor.com/2013/04/bienvenido-a-la-escuela-del-dolor/