Dicen nuestros detractores que la Pedagogía de la Biología del dolor sólo contempla el dolor en la fibromialgia y que deja huérfanos otros componentes de la enfermedad por lo que puede y debe ser des(a)preciada.
No es cierto.
La Biología del dolor sitúa a éste dentro de una respuesta global del organismo frente a una evaluación de amenaza que, en cada caso, contiene distintos significados y, por tanto, distintos síntomas.
En concreto, en la fibromialgia, el dolor forma parte de la activación del programa “respuesta de enfermedad”, un programa global que incluye dolor, cansancio, desánimo, problemas para dormir y un estilo cognitivo disfuncional por derivación atencional a las cuestiones internas . Es el programa que se activa cuando tenemos una enfermedad como la gripe. Cada uno de esos síntomas base recibe su cuota de explicación desde la perspectiva biológica.
En la migraña, el dolor se acompaña de intolerancia digestiva, intolerancia sensorial y, en ocasiones, aura. Cada uno de estos síntomas recibe su tratamiento específico desde la perspectiva del significado biológico. Los enfoques terapéuticos se limitan a pretender neutralizar el síntoma: “analgesia” para el dolor y unos supuestos “neuromoduladores”. Ni palabra sobre el significado biológico de los síntomas. El organismo no existe como sujeto activo, interesado en su supervivencia y preocupado por lo que pudiera estar pasando.
En el dolor lumbar crónico se pone el acento en el tema fundamental de fondo del miedo al movimiento, en la convicción de vulnerabilidad raquídea frente a las cargas mecánicas, en el catastrofismo inducido por la información profesional, en la deconstrucción de mitos músculoesqueléticos, en la importancia del esquema corporal y otros aspectos.
En el dolor cervical otro tanto de lo mismo.
Cada síndrome recibe una atención específica. El enfoque en grupo no permite valoraciones individuales, Se dan pautas generales y si se precisara, cada paciente puede solicitar una atención complementaria.
Vale todo esto para la depresión, el insommio, el cansancio, la disfuncion cognitiva, el estrés…
Explicar el significado biológico de los síntomas desde la perspectiva del organismo ayuda a muchos pacientes a comprender su situación. Se sienten liberados y recuperan su dignidad como pacientes.
La multidisciplinaridad no está reñida con el enfoque pedagógico. El conflicto reside en la diferencia del punto de partida. Para los partidarios de la teoría de enfermedad y aplicación de terapias todo sucede desde una supuesta enfermedad, misteriosa e incurable. No caben otras consideraciones. Para nosotros, una vez descartada la enfermedad (en sentido tradicional) es fundamental recuperar la convicción de salud razonable y debe dedicar el tiempo necesario para qu los pacientes comprendan la propuesta del origen biológico de su sufrimiento e invalidez desde la no enfermedad.
Es fundamental compartir una teoría general, un modelo, entre los profesionales y los pacientes.
Podemos discutir sobre el modelo pero afirmar que la Pedagogía del dolor sólo se fija en el dolor y no considera nada más, es una afirmación falsa. Justo es todo lo contrario.
La buena y saludable detracción es complicada.
Resulta más fácil hacer una caricatura de lo detractado para hacer con ella lo que venga en gana con el fin de defender lo que el detractador considera amenazado.
Si hablamos de fibromialgia podríamos aceptar que el título Pedagogía del dolor no hace justicia a lo que realmente se propone y que sería más adecuado decir que en los grupos se trabaja la Pedagogía en mecanismos generales y particulares de las respuestas biológicas a la evaluación de enfermedad.
También podríamos sugerir que se suprimiera el término “fibromialgia” dado que nada tiene que ver con lo que se cuece en músculos y tejidos blandos por más que la OMS la incluya en el apartado de reumatismo de partes blandas.
Me parece ideal que se cambie de nombre de fibromialgia, no tiene nada que ver con el síndrome Nos harían un gran favor un movimiento de esta naturaleza pero serán capaces los médicos, los científicos, padecientes ilustrados e informados, los que tiene poder politico. Los profesionales de la salud que me tratan no hablan entre si, soy la intermediaria y creo que me respetan porque tengo el conocimiento para argumentar. Pero son los médicos el problema Saludos
Yo he comprobado que si un síntoma, como por ejemplo los mareos ,dejan de preocuparme desaparecen.En cuanto a los problemas cognitivos,si de verdad existieran serían constantes e incluso irían en aumento pero observamos como hay días en los que estamos totalmente atentos y nuestros reflejos están al 100%.
También he encontrado médicos muy experimentados en fibromialgia que están totalmente de acuerdo con Arturo.
A PESAR DE VENIR LEYENDO HACE AÑOS SOBRE LA FIBROMIALGIA, LA QUE ME DIAGNOSTICARON DESDE EL 2007, ME CUSTA MUCHISIMO PODER ENTENDER LOS TERMINOS A LOS QUE UDS. SE REFIEREN.
SI TUVIERA QUE EXPLICAR LO QUE RACIONALIZE SERIA ALGO ASI: “LA ENFERMEDAD NO EXISTE, ESTO NO SIGNIFICA QUE NO HAYA DOLOR; SINO QUE CADA INDIVIDUO ES UN SER UNICO Y POR LO TANTO, CADA UNO TIENE SUS LIMITACIONES, DIFERENTES UMBRAL DE DOLOR ETC., ETC. POR LO QUE NO ES POSIBLE GENERALIZA, NI ADJETIVIZAR ENFERMEDADES QUE GENERALIZAN O NOS PONEN A TODOS EN EL MISMO NIVEL.” PERDON SI ESTOY MUY LEJOS DE LO QUE EXPLICA ARTURO. GRACIAS.
Hola Arturo. Me encanta que hayas incluido esta entrada haciendo referencia a la depresión, ansiedad,etc. Los que hemos tenido celebros alarmistas sabemos que en determinadas circunstancias vuelve a las andadas con dolorcitos en el corazón, por ejemplo, que no te dejan dormir. Como cualquier otro dolor superado lo enfoco -lo estoy intentando- desde la misma perspectiva de daño, dolor, innecesariedad de la alerta, desde la disfunción evaluativa cerebral. Un abrazo y gracias.
Perdón cerebros…un saludo.
Soy lourdes blanca….no se que ha pasado con la identificación.no me deja borrarlos y poner mi nombre. Eliminalos si puedes.un abrazo.
Elizabeth: creo que no has acabado de comprenderlo. No existe la enfermedad, en sentido clásico, pero sí como estado real de sufrimiento e invalidez. El mecanismo que proponemos es equivalente al de las enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus, alergias) sólo que acontecen en la red neuronal y no en el sistema inmune. En ambos casos se trataría de la activación innecesaria de programas defensivos, pues no existe ninguna amenaza. Es lo que llamo enfermedad por error evaluativo. La evaluación de amenaza es una función neuronal, inconsciente. El dolor, el cansancio. las alteraciones del sueño y la disfunción cognitiva son la expresión de la activación de un programa denominado “respuesta de enfermedad”, un programa que todos poseemos y que debiera activar sólo en presencia de una enfermedad. En la fibromialgia se activa un no habiendo enfermedad pero las consecuencias de la activación son reales.