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Piernas inquietas y glutamato

El síndrome de las piernas inquietas es un padecimiento inquietante y paradójico. Cuando uno decide dormir, es decir, quedarse quieto en la cama y abandonarse al deseado sueño, aparece un desasosiego apremiante en las piernas que llega a hacerse doloroso, que urge al padeciente a moverlas o, incluso, a levantarse de la cama y caminar. Sólo así se alivia el agobio.

El síndrome de las piernas quietas, más conocido como claudicación intermitente o “enfermedad de los escaparates” es el proceso contrario. Cuando uno querría mover las piernas y caminar aparece un dolor apremiante que obliga a quedarse quieto… y mirar un escaparate para disimular.

La función del dolor es promover una conducta preventiva. En el síndrome de las piernas quietas hay un problema serio de provisión de sangre a los músculos de las piernas, por una obstrucción arterial. Cuando hacemos trabajar a esos músculos, no llega el aporte de energía suficiente y las señales de peligro activan el programa dolor en el cerebro, forzando al individuo a pararse. Está bien que sea así pues de lo contrario se destruirían esos músculos en la primera caminata más allá del límite.

En el síndrome de las piernas inquietas el dolor no aporta ningún beneficio preventivo. Se limita a fastidiar. Es un problema muy común y que trae de cabeza a los investigadores. La estrategia de buscar un culpable molecular centraba las sospechas hasta ahora en la dopamina, la molécula de la motivación. Se sospechaba (no entiendo muy bien por qué) que andaba escasa y que, por tanto era buena idea potenciar su acción con fármacos que reproducen su actividad. Algunos iban bien. otros no o, tras una mejoría inicial, volvían a las mismas pero con más intensidad.

Parece que los investigadores han encontrado una nueva vía de investigación: el glutamato: han detctado que está aumentado en el tálamo. Por eso cuesta dormir, ya que en el tálamo se centralizan las decisiones sobre el estado de vigilia.

Los padecientes de piernas inquietas duermen poco pero no tienen somnolencia diurna. Los defensores de la tesis del glutamato piensan que dicho aminoácido les mantiene despiertos, día y noche.

¿Correlación o causa?

¿Es el aumento de glutamato en el tálamo una consecuencia, un testigo inocente del estado de la red, un mensajero? Si es así, ¿qué genera ese estado de excesivo glutamato en el tálamo?

Los investigadores no se hacen la pregunta. Les basta la correlación para pensar que han dado con la causa.

Ultimamente el glutamato está de moda. Es un aminoácido neuroexcitador. Allá donde hay órdenes, activación de programas… con toda seguridad encontraremos glutamato.

El síndrome de las piernas inquietas acompaña con frecuencia a la fibromialgia. Es uno más de los muchos síndromes que conforman el Síndrome de sensibilización central, es decir un estado definido por la activación de programas de alerta que debieran estar apagados, pues no hay nada actual o inminente que justifique el encendido.

Los padecientes de piernas inquietas, generalmente mujeres, piensan (mal piensan) que el desasosiego tiene un origen “circulatorio” pero se equivocan. Cuando el origen es arterial, cuando la “sangre no circula”, el dolor aparece cuando uno quiere mover las piernas y no cuando decide mantenerlas quietas.

 Un dolor que se alivia al levantarse y caminar nunca es circulatorio.

¿Por qué el cerebro decide activar un programa que impide al individuo dormir?

El cerebro tiene razones que el individuo desconoce, razones que forman parte de la irracionalidad del miedo incontenible.

¿Solución?

Desactivar el programa. Desensibilizar. Eliminar el miedo de los sistemas de memoria del cerebro. Eso hará que se libere menos glutamato donde y cuando toca toca cerrar el grifo, pues no son horas de andar por ahí.


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    13 comentarios en «Piernas inquietas y glutamato»

    1. Pues se encargarán de fabricar un medicamento para regular los niveles de glutamato. Volvemos a lo de siempre, a fijarnos en las moléculas desconsiderando una visión más global de la circuitería neuronal. ¿La variación de los niveles de este aminoácido supondría una respuesta halostática?
      No sé por qué tenía yo la idea de que lo de las piernas inquietas afecta a estas personas que estando sentadas no paran de mover una de las dos piernas haciendo extensiones de tobillo, taconeando el suelo. Como yo, por ejemplo.
      Siempre he tenido curiosidad de si mis problemas con el campo gravitatorio se reflejan de alguna manera en la variación de alguna molécula o algún aminoácido. Sólo curiosidad.
      Saludos

    2. Antonio: Si hay un estado de alerta, es probable que encuentres variaciones o alteraciones químicas pero no son la causa, sino la consecuencia… “Las serotoninas, adrenalinas, dopaminas, endorfinas, sustancia P, CGRP, oxitocinas, colecistoquininas, prostaglandinas… no son sino palabras, mensajes, órdenes…”.

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/28/hablar-con-el-cerebro-2/
      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/01/24/la-quimica-de-las-palabras/

      Y una gran diferencia entre el síndrome de piernas inquietas, el que se suele activar por la noche, y el hecho de ser inquieto y mover las piernas taconeando al estar sentado o tamborilear en la mesa con los dedos de la mano, es que el primero es involuntario y el segundo se puede controlar a voluntad, 😉

      Un saludo.

    3. Cristina: Sí, sería la consecuencia, pero lo que me preocupa, además de la activación de irracionalidades cerebrales más o menos invalidantes, son sus consecuencias químicas, en el sentido de que una variación prolongada de la homeostasis pueda provocar perjuicios físicos.
      Tenía una idea vaga de los del síndrome de piernas inquietas, que no sabía si lo de darle ajetreo a la piernecita todo el día tenía que ver, o era más algo para echarse unas bulerías 😛
      Saludos

    4. Antonio: efectivamente así es, la activación de irracionalidades cerebrales, como dices, tiene consecuencias químicas en la red neuronal y el mantenimiento continuado del estado de alerta puede pasar factura al organismo pero es algo reversible, la química puede volver “a su ser” y recuperarse la calma en el sistema nervioso central. “La plasticidad neuronal estará siempre ahí disponible para cambiar de creencias y recuperar un régimen de funcionamiento del organismo fisiológico, sensato”.

      http://arturogoicoechea.wordpress.com/2013/04/17/el-despilfarro-de-recursos-alostaticos/

    5. Cristina me encanta tu comentario “La plasticidad neuronal estará siempre ahí disponible para cambiar de creencias y recuperar un régimen de funcionamiento del organismo fisiológico, sensato” porque creo que es la clave de muchas terapias.

    6. Burton313: Estoy de acuerdo en que es la clave pero son palabras de Arturo, por eso las he puesto entre comillas y debajo el enlace a la entrada donde aparecen, aunque en este caso es en uno de los comentarios.

      Un saludo

    7. Cristina, no sé hasta qué punto el estado físico del organismo ante una respuesta halostática mantenida en el tiempo es reversible. No me refiero a la migraña, pero quizá sí al estrés o la depresión. Neuronalmente no lo dudo, puede cambiar, puede hacerse reversible.
      Por eso digo a mí me gustaría saber cuál es la química del mareo, sólo por curiosidad, y aunque de mareos no me vaya a morir.
      Por cierto, hoy leyendo la prensa digital de mi tierra me he encontrado esto:
      http://www.ideal.es/salud/vida-sana/20130510/piernas-inquietas-201305101522-rc.html
      Saludos

    8. Lo siento Antonio, yo no te puedo ayudar con eso, desconozco si hay o no una química específica del mareo pero tiendo a pensar que no, que más bien son alteraciones debidas al estado anormal de alerta por error de predicción de daño o amenaza. Si lo ves claro para la migraña, que puede ser reversible, para el mareo es igual, lo mismo que para estados depresivos y para alteraciones orgánicas por estrés, el cuerpo tiene un gran poder de recuperación, reparación y reorganización, si nos reponemos tras sesiones de quimioterapia, tras terribles accidentes de tráfico, inhalación de gases tóxicos, etc. es difícil pensar que la depresión, el estrés o el mareo crónico dejen secuelas irreversibles en el organismo, al menos a mí me resulta difícil creerlo a pesar de haberlo escuchado en boca de profesionales, yo confío en la capacidad del organismo para reponerse y para afrontar la adversidad.

    9. Antonio: la cuestión que planteas sobre la reversibilidad es la de la reversibilidad de las crfeencias. En cada caso habrá una “imposibilidad” mayor o menor de que se puedadn modificar. Lo fundamental es saber si son creencias erróneas o ajustadas a la realidad.

    10. Si sumamos la cantidad de personas que padecen migraña, fibromialgia, piernas inquietas, mareos, diversas neurosis, alcoholismo etc etc nos daremos cuenta de que la cifra es enorme.

      Entiendo que la cultura tiene algo que ver en esto: Nuestra cultura tiene como valor preponderante una economía basada en la avaricia y la competitividad, valores alejados de “lo humano” y de la justicia.

      Incluso a los jovenes se les dan unos programas de estudios donde las humanidades y las artes han pasado a un segundísimo plano (asignaturas importantísimas para la formación de la persona) y donde se le da prioridad absoluta a unas asignaturas según las necesidades coyunturales del mercado de trabajo (los seres humanos somos una mercancía mas).

      Adaptarse a esta sociedad basada en valores absurdos e inhumanos, supone para muchísimos de nosotros un coste personal enorme, muchos quedan excluidos, otros lo consiguen de forma renqueante, siempre insatisfechos y neuróticos (la prueba son las toneladas de psicofármacos que se venden en el mundo).

      Adaptarse a un absurdo supone un sacrificio brutal, muchos lo logran no desarrollando su capacidad de reflexión crítica y esto tiene como consecuencia directa la facilidad con la que somos manipulados por las élites-super-minoritarias-que-viven-a-cuerpo-de-rey-a-costa-del-sacrificio-de-los-demás.

      A los padecientes no nos queda otra que intentar resolver nuestro problemas de forma independiente al paradigma cultural, utilizando los resquicios marginales que esta cultura nos pueda suministrar, ya que para esta nosotros no somos sino deshecho, un “daño colateral” asumible e irrelevante.

    11. Por supuesto Cristina, faltaría más. A veces yo me voy también al lado más extremo, de alguien que le da un infarto por estrés mantenido, sin tener tiempo ni de contarlo, pero con los ejemplos que comentas tienes razón.
      A veces me analizo por dentro, y aunque estoy mucho mejor, veo que quedan resquicios de miedo, miedo a perder el control de la situación, a lo que pueda ocurrir si me encuentro mal, sobre todo si implica a otras personas. Supongo que es cuestión de tiempo y trabajar más.

      Por cierto Sergio, lo del hombre como mercancía me ha recordado bastante a Erich Fromm (ya que lo mencionaste una vez)
      Saludos

    12. Antonio, creo que te falta un libro en tu nueva biblioteca, 😉
      ‘Por qué las cebras no tienen úlceras’, de Sapolsky, búscalo tú mismo porque desde el móvil no consigo insertar links. El problema con el tema del estrés es que está tan de moda el término que terminamos catalogando erróneamente situaciones cotidianas como estresantes y peligrosas cuando en realidad la mayor parte de las veces no hay león a la vista. Escucho el telediario horrorizada con la información sobre una noticia de esta semana, la de las chicas secuestradas en Cleveland, que ellas no hayan muerto por infarto a causa del estrés sufrido en diez años de cautiverio y agresiones tiene la misma explicación biológica que el hecho de que las cebras no tengan úlcera.

      Un saludo.

    13. Cristina, creo que me he anticipado a tu propuesta. Me compré el libro cuando se citó en un comentario de una entrada del blog . Me lo acababa de empezar, fue cuando descubrí el tema de homeostasis y respuesta halostática. Espero que su lectura me ayude 😛
      Un saludo

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