El dolor es una percepción convincente. Consigue requisar la atención del perceptor y obligarle a buscar alivio y rumiar posibles orígenes.
Como cualquier otra percepción, el dolor incita a una conducta en base a un significado.
El picor incita al rascado en base a un posible peligro cutáneo. El dolor de las “piernas inquietas” incita a abandonar la cama y moverse en base a un posible peligro de abandonarse al sueño. El dolor de las “piernas quietas” incita a estarse quieto en base a un posible peligro de moverlas.
El cerebro contiene muchos miedos ancestrales, recogidos en diversos programas defensivos, seleccionados a lo largo de la evolución. El miedo a las serpientes, las arañas, los precipicios, los estímulos sensoriales intensos sorpresivos, determinados olores y sabores…
El miedo ancestral a las temperaturas extremas, los estirones y compresiones, la falta de oxígeno en los tejidos… explica y justifica la existencia de sensores de temperaturas extremas, estirones, compresiones y ácidos en las neuronas vigilantes del peligro de daño (nociceptores). Ese miedo biológico se expresa a través del dolor.
Los programas biológicos defensivos se estrenan al asomarse a la vida con una mezcla de temor y curiosidad ante lo desconocido. El aprendizaje irá poniendo los miedos en un sano juicio o los sacará de quicio convirtiendo el día a día en un terror continuo a que todo lo terrible pueda suceder, aun cuando considerarlo sea una insensatez probabilística.
Los programas biológicos del miedo están gobernados por las áreas del conocimiento, las que van construyendo una teoría general de la realidad, de los significados y relevancias, abiertas y ocultas, en base a lo que captan los sentidos… y a lo que esas mismas áreas imaginan.
El cerebro de las relevancias puede gestionar el miedo biológico con mesura y racionalidad, activando los programas cuando el peligro está ahí y no cuando está alejado. Lo irrelevante queda configurado así como tal, en base a unas convicciones firmes.
Ese mismo cerebro puede derivar a una dinámica de miedo encendido sin ton ni son, a una alerta a todo y siempre. Cualquier estímulo se convierte en un activador, una señal de peligro. Una rama puede ser una serpiente, un champiñón una amanita phalloides…
El dolor siempre es miedo: miedo biológico al daño celular violento, consumado, inminente o imaginado.
La pretensión biológica del dolor es contagiar ese miedo al individuo y obligarle a conducirse temerosamente, cumpliendo con los rituales que vayan catalogándose como necesarios para recuperar la confianza perdida.
La Naturaleza no se fía de las apariencias pues sabe que todo bicho viviente tira del engaño para sobrevivir. Hay serpientes que simulan ser ramas y setas que parecen comestibles.
En el interior también mandan los miedos y las apariencias. Una célula puede crear problemas aun cuando aparentemente sea normal. Cualquier incertidumbre molecular puede alimentar el miedo. Cada célula contiene una voluntad de inmortalidad (cáncer) y una amenaza de toxicidad si sus complejos procesos químicos no están debidamente controlados. Cualquier alimento puede contener gérmenes y tóxicos.
Los animales sociales comparten aprendizaje y liberan señales de peligro que inducen respuestas defensivas en la manada.
Homo sapiens es un animal social y ha optado por la socialización del conocimiento como estrategia de supervivencia. Los significados que la cultura atribuye a la realidad alimentan los encendidos del miedo a esto y aquello. No hace falta la predicación del miedo a lo evidente, a aquello que resulta dañino siempre. Nadie se tira por un precipicio para llegar antes al suelo… La información socializada adquiere sentido cuando se trata de alimentar el miedo a lo desconocido, a lo posible, a todo lo que la imaginación puede organizar como amenaza y conjuro.
La cultura del dolor no ayuda a racionalizar el miedo sino a justificarlo de modo absurdo, frente a todo tipo de irrelevancias, en todo momento, lugar y circunstancia.
El cerebro de las posibles racionalidades se vuelve el pro-motor de lo descabellado. Es lo que tiene la cultura.
El dolor aflora del cerebro imaginativo realimentando los peores augurios. ¿Qué pasa? ¿Qué hago?
El cerebro de los miedos activa el cerebro de la conducta defensiva, el de la compulsión al ritual que aleja el peligro (imaginado).
– Ando fatal de la columna…
Parece que la columna esté hecha unos zorros. Es lo que tiene el dolor. Su maldita apariencia. El miedo es así. Consigue que actuemos como si fuera verdad lo temido.
– YO sólo sé que me duele.
Hay que saber algo más. Si dedicamos el cerebro de la racionalidad potencial a alimentar la irracionalidad dando por bueno lo que parece ser cierto, no hay nada que hacer.
– Eso de la Pedagogía, a MÍ no ME sirve. Necesito una solución…
Ese es el problema, como conseguir que el cerebro deje de alimentar la irracionalidad.
Como “sufridor” de un trastorno ansioso obsesivo desde hace casi 20 años que tengo mas o menos controlado gracias a la inestimable ayuda de mi psiquiatra, siempre tengo crisis, que suelen ser cada uno o dos años, pero en las cuales se me cae el mundo encima. Mañana tengo cita urgente con mi psiquiatra ya que ha habido una enfermedad grave en la familia, mi pobre suegro, al que quiero un monton, ha sufrido un ictus cerebral con 79 años. Parece que avanza bien y que la recuperacion va por buen camino, pero a mi ya me ha pegado un extraño hormigueo encima del pomulo derecho y ante ayer dejé de percibir el sabor dulce!
SI, es una locura, me fuí corriendo a urgencias donde coincidí con una de las doctoras que por desgracia ya me conocen, la cual escuchaba con los ojos como platos la explicacion de mis extraños sintomas. ¿Como es posible que no sientas el dulce pero si el salado?. Me hizo las pruebas neurológicas habituales y me recetó un ansiolitico, que este dia no me iba a morir de un ictus. En ese momento me tranquilizo, un medico me ha visto y me dice que no me pasa nada, pero sigo con la sensacion en el pomulo de adormecimiento… llego a casa y me tomo la pastillita rosa y el cerebro frena… me tranquilizo.
Ayer al levantarme lo primero que hago es irme directo a tomar una cucharada de azucar… buf… siento el dulce pero como muy diluido… que me estará pasando. Se me ocurre buscar por internet… casi todas las causas son ictus o cancer (vamos bien), tengo un tensiometro en la oficina (14/9,5) la ansiedad va subiendo. Causas de perder el gusto, entre muchas, el estar en contacto con insecticidas. TATE!!!! El domingo fumigamos unas hierbas en el huerto y yo no llevaba guantes… me habré intoxicado un poco, será una irritacion de la lengua… es una explicacion plausible!, pero como puedo comprobarlo… espera! Si! El centro nacional de toxicología!. Aunque no os lo creais llamé al centro nacional de toxicología, explicando que estuve en contacto indirecto con un herbicida cuyo compuesto es GLIFOSATO y que irrita las mucosas pero que en poco tiempo desaparece. Me comentan que es posible y que no me preocupe, que en unos dias desaparece. Una persona normal no habría llegado hasta aqui, pero yo aun no estaba tranquilo y busque por internet fabricantes y mayoristas de GLIFOSATO y les hice a todos la misma pregunta por email. Lo cierto es que me respondieron 7 y todos coincidian en la irritacion por haber tocado herramientas sin guantes que estaban en contacto con el dichoso herbicida. Por la tarde me siento tranquilo, hay una explicacion a lo de los sabores, pero esta mañana me vuelvo a preguntar si habrá algo mas detrás de la extraña sensacion en mi pomulo y el problema del sabor que poco a poco va volviendo…
El ictus me persigue y los nervios que me provocan me estan haciendo tener la tension alta…
Me estoy matando a mi mismo… Me tomaré medio orfidal en plan rescate y a esperar a que la tarde me traiga la tan ansiada mejoría que suele presentar mi caso.
Por que os cuento esto? Puede que para desahogarme, para saber que hay mas gente que sufre como yo y que se pueden tener temporadas de autentica calidad de vida con estos episodios de maldita locura.
Otro dia os contaré como fuí el primer español que ha sufrido una depresion post parto siendo el PADRE!!!
Dr. Goicoechea, doy gracias por haber encontrado su blog.
Espero no haber sido muy pesado.
Reblogged this on unpocdeseny.
Unpocdeseny: no he podido evitar sonreir al leer que llamaste al centro nacional de toxicología y que enviaste emails a comerciantes de glifosato, y es que creo que si contáramos en clave de humor todos los pacientes nuestras batallitas, pensamientos, creencias absurdas debido a la variedad de síntomas que percibimos y lo alarmantes que resultan, conseguiríamos hacer un libro que, en vez de hacer sentir compasión, haría soltar carcajadas a la gente, y es que todos nosotros tenemos algún ejemplo de este tipo para contar. Yo en un momento llegué a estar convencida de que el hámster de mis sobrinos me había contagiado la rabia porque me había mordido, también busqué los síntomas de la rabia en Internet y todos coincidían con los míos en aquel momento, hice que mi madre fuera a preguntar a la tienda de animales si era posible el contagio, también se lo pregunté al médico pero no consiguieron tranquilizarme, así que devolvimos el hámster a la tienda y luego me quedé esperando a que pasaran las tres semanas que había leído que era el tiempo desde el contagio hasta la muerte y como no me morí, pues eso, que ahora recuerdo aquello y también sonrío, aunque en aquel momento viví una angustia horrible, similar a la que imagino tú has vivido estos días.
Hay muchísima gente que sufre también muchísimo a cuenta de los padecimientos sin daño relevante asociado en el organismo, en muchas ocasiones se sufre aún más que con enfermedades asociadas a daño orgánico. A tu pregunta sobre cómo conseguir que el cerebro deje de alimentar la irracionalidad, la respuesta es introduciendo racionalidad en la red neuronal, lo que se traduce en introducir información correcta, cambiar las creencias erróneas que tenemos y actuar en consecuencia. Te voy a recomendar algunas lecturas del blog para que te quedes con varias ideas fundamentales:
1) En ausencia de daño relevante o un peligro real (león), la mayor parte de las veces lo que percibimos no se corresponde con la realidad del estado del organismo. Podemos estar sanos y sentirnos enfermos. Cuando el cerebro está hipersensibilizado, en estado de alerta, podemos llegar a percibir los síntomas de un ictus, un ataque al corazón, horribles e intensos dolores, pinchazos, mareos invalidantes, desmayos, y un largo listado de síntomas, ya que lo que activa el cerebro son programas defensivos, respuestas de enfermedad, pero en realidad en el organismo no ocurre nada que justifique semejante respuesta irracional. Saber esto es fundamental para conseguir tranquilizarte y no contagiarte del miedo cerebral (sin necesidad de acudir a urgencias o al centro nacional de toxicología por poner un ejemplo).
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/03/19/cerebro-y-percepcion-de-enfermedad/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/22/sintomas/
2) Lo más probable es que los síntomas que percibes los active el cerebro porque valora peligro ante determinados contextos o situaciones, pero en muchas ocasiones el cerebro se equivoca en su valoración, no hay peligro pero él cree que sí y activa respuestas de enfermedad “como si” algo terrible fuera a ocurrir pero realmente nada amenazante ocurre. Por tanto, otra cosa fundamental que hay que saber es que se trata de un error cerebral (DISFUNCIÓN EVALUATIVA NEURONAL), lo que se percibe es real pero no responde a la realidad del estado del organismo ni a peligros externos que nos amenazan. Por ejemplo, el ictus de tu suegro no es algo irrelevante pero no afecta a la integridad de tu organismo, por tanto, es absurdo desde el punto de vista biológico que se activen síntomas ante esta situación.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/05/16/pedagogia-en-neurobiologia-del-dolor-los-errores-del-cerebro/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/01/26/la-disfuncion-evaluativa-como-factor-de-riesgo/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/07/30/irrelevancias/
Partiendo de estas ideas, debes cambiar el modo de afrontamiento, frente a la irracionalidad del cerebro, el Yo debe tratar de imponer racionalidad, aunque no hay fórmulas mágicas para conseguirlo.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/11/27/soluciones/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/28/hablar-con-el-cerebro-2/
Espero haberte orientado un poquito. Un saludo.
Magnífica entrada, una de las que mas me ha gustado por la buena explicación y la forma en que se da en el clavo.
Disfunción cognitiva: La parte del cerebro que genera el problema, no cree lo que le dice la parte racional, y si se siente obligada a cambiar su actitud, responde exacerbando los sintomas (dolor y miedo) ¿Como actuar de manera inteligente y sutil para promover el cambio?
El modo intensamente catastrofista y emotivo con que solemos valorar el hecho del dolor, y el significado interno que le damos al mismo está en el núcleo de la génesis del problema, es algo muy personal y es de nuestra absoluta responsabilidad ¿Le podemos pedir a los profesionales y menos aún exigirles la solución?
¿Es necesario encontrarle un sentido a todo este sufrimiento vital (Victor Frankl)?.
Sin abandonar el berrinche infantil por tener que vivir lo que nos ha tocado vivir ¿Es posible alguna solución?
¿Es posible encapsular y aislar el problema del dolor de otros problemas de carácter emocional o de carácter existencial que tengamos y resolverlo aisladamente, o será necesario una resolución general?.
Estas son varias cuestiones (alguna de carácter autocrítico) que me surgen y que dejo en el aire después de numerosos fracasos terapéuticos de toda índole, incluido la afrontación del movimiento (que es básico) en fisioterapia acuática y en “seco”.
unpocdeseny :
Me ha dado la impresión de que a pesar de lo doloroso de tu situación, eres capaz de mantener el sentido del humor. Muchos de los que llevamos años en esto del sufrimiento sin sentido aparente, creo que desarrollamos un tipo de humor a veces sarcástico pero muchas otras veces muy sano, que a la hora de relatar lo que nos pasa nos ayuda a sobrellevar el problema.
Imprescindible el sentido del humor, mientras mas, mejor.
Es lo unico que me queda cuando me encuentro mal. Anteayer, cuendo fui corriendo a urgencias te aseguro que no me reia lo mas mínimo, me imaginaba intubado sometido a una resonancia por contraste y con los medicos preparados para una embolectomia… Visto luego con frialdad y tras ver la cara de alucine de la doctora al contarle que el danone griego azucarado no me sabia dulce… creo que por un momento los pies tocan el suelo… pero solo un momento… hoy me sigue incordiando la mejilla, la cual no tengo paralizada ni insensible sino con una sensacion como de si hubiera estado al sol, esa tirantez tipica de la piel cuando te has quemado un poco los primeros dias de verano…
Cuando leo que hay que rebatirle al cerebro el que hay un peligro, que a mi mejilla no le pasa nada, el ignorar la sensancion es muy bonito… pero quien me asegura a mi que no pasa nada si no voy al neurologo? SI, me hicieron las pruebas neurologicas basicas y salio todo normal… será un problema causado por una vez hace un par de meses que sacandome el casco con una mano me hice daño en la patilla (curiosamente la del lado de la mejilla que me molesta) y me estuvo doliendo unos dias… me espachurré algun nervio que ahora se está vengando? Al menos si fuera eso me conformo ya que no es un motivo de alarma vital….
En el arte de comerse el coco los ansiosos obsesivos somos autenticos Ciranos de Bergerac.
Unpocdeseny: nadie te lo asegura, que no te pase nada, pero cuando se vive con el cerebro en permanente estado de alerta hay que aprender a apagar las falsas alarmas, y si no se consigue, al menos calmarse por uno mismo. Si lo que lees en el blog te cuadra, como me había parecido entender por el final de tu primer comentario, puedes conseguir tranquilizarte sin pensar en hipótesis posibles pero nada nada nada probables. Eso no implica que nunca jamás reaparezcan los síntomas pero es un gran paso, reducir el significado amenazante que tienen sin necesidad de acudir a hacerse pruebas médicas o vivir en un continuo estado de alarma y miedo.
Sergio: ya sabes bien que entenderlo y compartirlo no implica necesariamente que la sintomatología desaparezca. Te respondo a tus preguntas con un sí generalizado, sí es necesario encontrarle un sentido o explicación a lo que nos ocurre (actualizar el conocimiento y las creencias erróneas), sí es posible separarlo de lo emocional (sentir y no padecer), sí es posible no vivir permanentemente enrabietado, sí es necesario pedir a los profesionales que actualicen su conocimiento para poder orientarnos en la dirección correcta (aunque no podemos pasarnos la vida echándoles la culpa porque en su momento no lo hicieran). ¿Como actuar de manera inteligente y sutil para promover el cambio? Esa es la pregunta del millón, no puedo contestar “sí”, 😉 Así que va una entrada del blog como respuesta, creo que la has leído pero creo que también sabes bien que no hay una respuesta exacta para tu pregunta, que aquí no hay truco, cada persona es un mundo, cada cerebro es un mundo.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/02/28/%c2%bfdonde-esta-el-truco/
Un saludo.
Cristinaarenaz nunca adivinarías que estudié en la universidad… y fué el punto de partida de mi padecimiento en tercero de carrera… de esa maldita asignatura saque un notable. 😉
La asignatura fué psicodiagnostico.
Unpocdeseny: nunca adivinarías qué estudié yo, fue pedagogía… pero jamás imaginé que dedicaría parte de mi tiempo a hacer “pedagogía del dolor”. Y es que aquí en el blog lo que puedes encontrar es información para dejar de autodiagnosticarte, 😉
Unpocdeseny: me recuerdas a Woody Allen. Lo del yogur griego es muy bueno. No te lo tomes a mal, siento que sufras y te comprendo.
Cristina, lo del hamster rabioso también es muy gracioso. Visto desde la distancia, por supuesto.
Cristina:
La entrada viene perfecta. La pedagogía a veces no es suficiente, aunque si pienso que es imprescindible.
Después de tantos intentos fallidos en el afrontamiento del movimiento, llegué a la conclusión de que era necesario un paso previo.
No es posible hacer una flexión de tronco hacia adelante si previamente el cerebro no confía. En mi caso la hiperprotección hace que la pelvis y la zona lumbar no se muevan independientemente, de tal manera que forman un todo rígido que no permite libertad de movimiento.
Ahora no hago ningún tipo de ejercicio de los que me prescribieron los fisios, el cerebro no da su permiso y normalmente acabo haciéndome daño.
El paso previo logicamente tiene que ser tranquilizar al cerebro mediante la pedagogía y luego tendrá uno que intentar moverse poco a poco con el propósito de recobrar la vida perdida.
Importante aceptar el riesgo, la incertidumbre y la posibilidad natural de que el dolor pueda aparecer (esto para mi de largo es lo mas díficil, estoy inundado de temor y no es posible delegar en nadie ni tampoco culpar a nadie, me compete solamente a mi y es responsabilidad solamente mía el cambiar el significado interno que le doy a este problema).
Gracias
Sergio: los fisios-pedagogos ayudan precisamente en eso que comentas, en señalar y corregir patrones de movimiento y acción inadecuados o no funcionales y, al revés, y esto es IMPORTANTÍSIMO, a veces hay movimientos o acciones que creemos que hacemos “mal” (porque percibimos dolor, rigidez, incluso sonidos internos, crujidos, vértebras, músculos tensándose o destensándose …) y te ayudan a ser consciente de que en realidad lo haces razonablemente bien, de modo funcional. El hecho de que haya dolor cuando te flexionas no siempre implica que se estén activando posturas de protección “ultradefensivas” que bloquean articulaciones, vértebras, músculos… a veces es así pero no siempre, para mí casi fue mayor el descubrimiento cuando me dijeron que yo me movía bastante bien o que ciertas posturas eran adecuadas y funcionales cuando en realidad a mí me daba la sensación de que estaba todo el día rígida y moviéndome de modo incorrecto adoptando posturas de protección, lo cual me generaba bastante agobio porque yo sabía muy bien que hacer esto es muchísimo más perjudicial para la estructura que el movimiento natural y espontáneo, el no penalizado. En esto que te comento entra en juego un concepto fundamental, la copia eferente, busca tú mismo entradas sobre este tema en el buscador del blog, si no hay filtro de lo irrelevante, percibes del interior más de lo debido y las consecuencias de ejecutar todas las acciones por más inofensivas que éstas sean, y hay que trabajar en ambas direcciones, conseguir autorización cerebral para el movimiento (descatalogar como peligrosas las acciones irrelevantes) y ser conscientes de que lo que percibimos no siempre es debido a que nos movemos de modo incorrecto.
La pedagogía, como bien dices, es imprescinible, pero el objetivo de la misma no es que primero se va el dolor (autorización cerebral) y luego yo me flexiono y hago lo que quiero, eso es, por supuesto, lo deseable pero creo que, por lo general, el proceso va a la par, me muevo y me flexiono con confianza aunque duela (y mucho) porque tengo el convencimiento (y el conocimiento subyacente) de que no me daño, y es así como se va retroalimentado el cerebro con mensajes de que nada ocurre, a veces dolerá, otras no… Pero para perder ese miedo comprensible ante el dolor hay que tener muy claros conceptos como alerta nociceptiva, copia eferente, catalogación errónea de acciones inofensivas (irrelevantes), etc. Te pongo un par de enlaces pero yo no lo explico de forma tan técnica como Arturo, por eso debes complementarlo con otras lecturas que puedes buscar tú mismo en el blog porque hay muchísimo escrito sobre estos temas.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/02/02/copia-eferente-la-princesa-del-guisante/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2013/02/13/grupos-de-dolor-lumbar-memorias-del-dolor-la-carpeta-roja-de-la-relevancia/
Por último, sí creo que merece la pena coger un barco, un avión, un autobus, o lo que sea para conseguir ayuda en esta dirección, sobre todo si estás convencido de que lo que lees en el blog es lo que te ocurre y no consigues perder el miedo por ti mismo. También entiendo que te dé miedo ponerte en manos de cualquier profesional, pero creo que tienes ya suficiente conocimiento en la materia como para darte cuenta si lo que te ofrecen va o no en consonancia con este planteamiento teórico. Sol del Val no hace mucho comentó algo sobre esto, acudió a un fisio-pedagogo y enseguida se dio cuenta de que lo que le ofrecían no tenía mucho que ver. Un saludo.
Cristina:
Actualmente distingo 3 circunstancias interrelacionadas diferentes que se mezclan y se agravan entre sí:
1ª Síndrome de desensibilización central (en mi cursa con dolor crónico tipo agujetas, rigidez, cansancio muscular, embotamiento mental, rumiación etc etc). Llevo con este problema mas de 25 años.
2ª Síndrome facetario lumbar (me provoca dolor agudo e invalidante de forma violenta e inesperada posterior a un movimiento, sea banal o no). Se presentó hace algo mas de 10 años y he tenido unas cuantas crisis. Es la causa principal de la aparición de mi kinesiofobia con todo el comportamiento evitativo y de restricción de movimientos que conlleva.
3ª Desacondicionamiento físico (disminución importante de fuerza, resistencia y movilidad causado por la evitación de movimientos y su falta de naturalidad durante tantos años).
Las limitaciones y consecuencias de todo esto para mi vida, son muy graves. No voy a caer en reiteración y por eso no voy a dar detalles.
Comprendiendo que la solución de esta problemática pasa obligatoriamente por un cambio cerebral, hace que sea necesaria la intervención de un pedagogo del dolor (ya que son los únicos que tratan y comprenden adecuadamente esta situación).
Mi objetivo sería recobrar la vida perdida y que las consecuencias de mis problemas físicos se manifestaran de forma proporcionada, sufrir lo que toque sufrir, ni más ni menos.
Como donde yo vivo, no hay pedagogo, me es necesario desplazarme, pero no considero eficaz para mi, viajar, que me den unas instrucciones y regresar de nuevo a mi casa. Siento que necesito seguimiento y supervisión por un profesional de mi confianza, por lo que tendría que irme a vivir donde el viva durante el tiempo necesario. Logicamente Vitoria es el sitio adecuado, pero de momento por diversas circunstancias no puedo ir.
Además del miedo a afrontar el problema, tengo otro miedo bastante instaurado, tengo miedo a que fracase la terapia. Como dije antes, una vez entendido lo impepinable del cambio cerebral, si este no se produce, me resulta tremendamente desolador el pensar en la posibilidad de permanecer en esta insoportable situación mucho tiempo mas, por lo que quiero hacerlo bien, llevo demasiados intentos infructuosos. (A lo mejor el verme en pleno centro de la tormenta hace que piense que la solución es mas complicada de lo que es en realidad).
Esta es mi forma de pensar actual, pero estoy abierto a que se me haga caer en la cuenta los errores que pudiera estar cometiendo y a que me corrijan los conceptos equivocados.
Un abrazo y gracias.
Errata: Es síndrome de sensibilización central.
Sergio: esas expectativas que tienes me temo son un poco peligrosas, la pedagogía del dolor no es una terapia, no funciona del modo en que me parece entender que tú crees que lo hace. Esto es un cambio radical de chip independientemente de que el dolor desaparezca o permanezca, no vas a encontrar un profesional que te pueda asegurar que las crisis agudas no volverán, tampoco uno que te enseñe a moverte para evitar el dolor, y si encuentras uno que te promete eso, no le creas, 😉
Las sesiones con fisioterapeutas-pedagogos no tienen nada que ver con las sesiones de rehabilitación tradicionales, no son todos los días, por lo general se ajustan a las necesidades de cada persona y se espacian en el tiempo (una sesión semanal o cada dos semanas) y habitualmente no son muchas sesiones, precisamente porque el que toma las riendas en el proceso es el paciente, que es un sujeto activo y no pasivo. Un fisio-pedagogo no es un mago que hace desaparecer el dolor con sus palabras, sólo te da unas directrices, puede que haga correcciones o sugerencias sobre tu forma de moverte o puede que no, te ayudará a ver lo que haces bien y crees que haces mal y viceversa, te intentará ayudar a perder el miedo y coger confianza en la robustez de tu estructura, pero eres tú el que debe primero creérselo de verdad, y segundo, ponerlo todo en práctica en el día a día, en la vida cotidiana, el que ha de perder el miedo, el que ha de moverse con confianza a pesar de las consecuencias, etc.
En Vitoria sí hay dos profesionales de los buenos pero también los hay más cerca de donde tú vives, tiene que haberlos, yo también estuve en Alcalá el año pasado en el curso de Moseley y allí había montones de fisioterapeutas de la nueva generación, los fisios-pedagogos, muchos de ellos leen el blog, aunque no creo que lean estos comentarios-testamento, 😉 Pero si pones uno breve, tipo SOS, igual tienes suerte de encontrar uno más cerca de lo que imaginas. Todos no tendrán la misma práctica clínica pero tú ya vas con ventaja, sabes de qué va todo esto y tienes criterio. Aquí tienes una muestra:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2013/02/26/mi-experiencia-con-la-pedagogia-del-dolor/
Yo he trabajado con dos buenísimos fisios-pedagogos y sigo percibiendo dolor y penalizaciones diversas, ¿se puede decir que haya fracasado conmigo la pedagogía? Rotundamente no porque uno de los objetivos es que los síntomas pierdan su significado amenazante, perder el miedo al daño, y otro objetivo es recuperar la vida, poder volver a hacer todo aquello que antes hacías, si es sin penalizaciones mejor que mejor, pero si persisten síntomas, hay que saber afrontarlos sin que condicionen toda la vida. La pedagogía no funciona únicamente cuando han desaparecido todos los síntomas, funciona cuando tu modo de afrontar lo que te ocurre está en consonancia con todo lo aprendido, plantearte venir a Vitoria o a cualquier otro destino hasta que el problema se resuelva es empezar con mal pie (con un objetivo erróneo). Entiendo tu desesperación, eso de que si esto no funciona, entonces qué va a ser de mí, yo también pasé por esa etapa, pero esa presión no ayuda, hasta que no das con el objetivo apropiado no se avanza, en mi caso cambié el objetivo de estar bien para poder hacer mi vida por el de tener vida desde YA.
Te podría estar señalando cuestiones importantes hasta la eternidad pero creo que yo tampoco te voy a conseguir ayudar más porque ya te he dicho casi de todo, así que te hago una última recomendación, releer todas las entradas del curso de dolor lumbar del año pasado (te pongo un enlace a la primera) y los comentarios habidos, más de lo que ahí se dice creo que ya no podemos decirte a través del blog, al menos yo.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/06/08/grupos-de-dolor-lumbar-i/
Un saludo y suerte.
Cristina:
En esta 2ª etapa parece que las cosas me van quedando mas claras en cuanto expectativas (supongo que cuando uno se pone en contacto por 1ª vez con un modelo tan atractivo y lógico como el de este blog, puede llegar a fascinarse) y no creo en las soluciones mágicas, lo que yo pretendo es unicamente (que fácil decirlo) conseguir llegar a sufrir de manera proporcional.
Seguramente me hizo falta esta 2ª tanda de orientaciones, ya la 1ª vez me dijiste que ya no podías decir nada mas, que estaba todo dicho y fijate que tuve la necesidad de una 2ª oportunidad para que calara el mensaje.
Te agradezdo mucho toda la ayuda que me has dado, sobre todo porque lo haces de manera desinteresada y con mucha paciencia y comprensión. A pesar de que muchas de las cosas que he contado han sido personales, he preferido hacerlo a través del blog y no a tu mail directamente porque a lo mejor puede servirle a alguien con un problema similar y supongo que a algún profesional que lo lea tambien le ayudará a entender la psicología de personas como yo. (Si ha tenido el valor de leer alguno de mis comentarios-letanías je, je).
Creo que lo de ir a Vitoria no va a ser buena idea (parece que he escuchado un ¡uf… que alivio! je,je) así que voy a buscar por aquí haber que pasa.
Un abrazo y te deseo lo mejor.
Sergio: el objetivo de “hasta que el problema se resuelva” es lo que no es correcto, no el ir a Vitoria o a donde a ti mejor te parezca para ponerte en manos de un profesional que haga pedagogía del dolor. Ojalá tuvieras un AVE directo desde donde vives a Vitoria, incluso con el primer tramo submarino, 😉 El objetivo de sufrir de manera proporcional es el objetivo básico de la pedagogía porque es lo mismo que decir que duela sólo cuando ha de doler, es decir, que el cerebro haga una gestión razonable del dolor.
En esta segunda tanda de orientaciones, como dices, creo que he repetido más o menos lo mismo que te dije en la primera, y bien sabes que si necesitaras una tercera tanda de orientaciones, volvería a repetir lo mismo o parecido una vez más y volvería a recomendarte la lectura de las mismas o parecidas entradas del blog, pero también entenderás que si ya está dicho y, además, está escrito (en comentarios y en correos), es fácil poder releerlo… y es normal que yo te diga que no puedo ayudarte mucho más sólo con palabras, porque si la teoría ya la tienes más o menos hilvanada, lo que necesitas es pasar a la acción… y ahí el trabajo es tuyo, con ayuda del fisio-pedagogo o sin ella.
Un saludo.
Cristina:
Lo de que “hasta que el problema se resuelva” es un error mío por desconocimiento del funcionamiento de la fisioterapia pedagógica y agradezco un montón la observación que me haces al respecto.
Tambien entendí lo del error de ir a Vitoria con unas expectativas no adecuadas con la realidad y te agradezco también que me hicieras caer en la cuenta de ello (hice una bromita con eso de “Uf…que alivio” en tono de humor por lo “pesaíto” que he sido a veces).
Tambien entiendo que me digas que ya me has dicho todo lo que podrías decirme, en el sentido de que no es bueno para mi quedarme en un bucle permanente y que hay que comenzar otra etapa diferente. No te conozco personalmente, pero me he dado cuenta de que tienes una muy buena capacidad de servicio desinteresado y de paciencia, además de que comprendes situaciones como la mía por haberlas experimentado tu misma personalmente.
Soy consciente de que mi caso es complicado, mi psicología lo es, he pasado muchos años con este problema, inmerso en una cultura que no ayuda en nada sino todo lo contrario. Espero conseguir mi meta de llegar a sufrir de forma proporcionada.
Un abrazo y gracias, gracias y gracias por toda tu ayuda.
Acabo de quedarme helada!! he leido la entrada de la princesa del guisante,se han referido a mí de esa forma tantas veces…me siento tan identificada…Tengo que decir que me abruma mi propia ignorancia,soy fisioterapeuta,bloqueada por un trabajo rutinario y muchos dolores propios que te van desengañando y acomodando en tirar con el día a día,empiezo a bucear en este blog y me entero de que hay fisioterapeutas-pedagogos,que puedo reorganizar mi cerebro(aunque aún no sepa como) para facilitar mi vida y sobre todo,que no soy una rara que está sola por el mundo. Me cuesta hacerme con el blog,voy leyendo poco a poco las entradas,pero alguien me podría indicar una que hable del como llegar a ese control del que todos hablais?
Gracias de parte de una princesa más.
Hola Marta, creo que no vas a encontrar una entrada en el blog que te indique exactamente cómo llegar a ese control porque aquí no se dan fórmulas mágicas, lo que puedes encontrar en el blog es un planteamiento teórico-práctico que ofrece una explicación lógica y científica al dolor sin daño avalada por la biología de organismo y el avance de las neurociencias. En el blog hay más de 800 entradas, voy a intentar orientarte un poco recomendándote algunas con “cierto” orden para que te hagas una idea sobre el planteamiento pero si quieres una visión de conjunto y, además, eres fisioterapeuta, te recomiendo también la lectura de un par de libros:
Migraña: una pesadilla cerebral (Arturo Goicoechea). Los conceptos se aplican igualmente al dolor musculoesquelético.
Explicando el dolor (Butler y Moseley).
Lecturas del blog:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/06/22/en-ausencia-de-dano-relevante-2/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/10/06/disfuncion-cerebral-evaluativa-y-dolor/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/03/15/pedagogia-en-biologia-del-dolor-programas/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/21/y-el-dolor-se-hizo-cronico/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/12/13/reparacion-de-tejidos-y-dolor/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/01/20/fin-de-episodio/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/10/05/cerebros-hipersensibles/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/09/27/terapias-tecnicas-y-aprendizaje/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/11/04/verlo-claro/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/05/07/estima-autocorporal/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/01/13/el-miedo-cerebral-al-movimiento/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/11/09/%c2%bfcopia-eferente-no-me-suena/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2010/06/29/lo-mio-es-muscular/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/14/musculo-y-cerebro/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/04/07/relaja/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/18/el-primer-cerebro-del-dia/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/07/19/sensibilizacion-central-implicaciones-en-el-diagnostico-y-tratamiento/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/07/14/fibromialgia-puntos-gatillo-puntos-sensibles-sensibilizacion-central/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/03/17/dolor-y-analgesia/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/02/11/y-sin-embargo-no-duele/
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2009/11/27/soluciones/
Finalmente, te recomiendo la lectura de todas las entradas que escribió Arturo sobre el curso de dolor lumbar que se impartió el año pasado en el centro de salud de San Martín de Vitoria, te pongo un enlace a la primera de ellas:
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2012/06/06/apariencias/
Un saludo y bienvenida al blog, 😉 Has tenido suerte de encontrar la puerta, no vas a encontrar sobre dolor (no asociado a daño relevante) información más fiable.
http://arturogoicoechea.wordpress.com/2011/10/27/las-puertas-del-miedo/